Directores de dos escuelas ubicadas en parajes al norte de la provincia, casi en el límite con Mendoza, viajaron la semana anterior 445 kilómetros hasta la capital neuquina para poner en conocimiento a funcionarios provinciales de la grave situación que atraviesan. Sucede que en esas escuelas albergues, a las que asisten hijos de crianceros, no se pueden dar clases presenciales por los problemas de infraestructura que hay en los edificios, como conexiones eléctricas inseguras y pérdidas de gas.

El gobierno tomó nota de esos dos casos puntuales y se comprometió a darles una solución. Dos días después de la reunión, los mismos directores confirmaron a que personal de una empresa enviada por Obras Públicas para hacer los arreglos, se acercó al lugar y comenzó una inspección "minuciosa".

Pero los problemas de infraestructura escolar exceden a esas dos escuelas y han sido denunciados durante años por la Asociación de Trabajadores de la Educación de Neuquén (ATEN). En los últimos meses, el tema cobró relevancia a raíz de lo ocurrido en otra escuela albergue, ubicada en Aguada San Roque, donde murieron una docente y dos operarios a causa de una explosión originada por una pérdida de gas.

Luego, con la mejora en la situación sanitaria relacionada a la pandemia quedó en evidencia que muchas escuelas no pudieron retomar la presencialidad por problemas de infraestructura que no garantizan que sea un espacio seguro.

El director de la Escuela Nº 210 de Coyuco, Adrián Orellana, es uno de los docentes que viajó hasta Neuquén para denunciar que no pueden garantizar la presencialidad desde 2018 porque les retiraron el medidor de gas debido a las pérdidas que había. Luego se reunió con la diputada provincial Lorena Parrilli, y según un comunicado difundido por la legisladora, sostuvo que "la falta de mantenimiento y el abandono en las escuelas rurales no es algo nuevo sino que lleva décadas".

Según datos oficiales del área de Estadísticas del ministerio de Educación de la provincia, hay en Neuquén 375 "unidades de servicio" del nivel primario, con una matrícula de 84.430 alumnos en total. El 94% concurre "a unidades de servicio ubicadas en el ámbito urbano (62% de las unidades de servicio). A las unidades de servicio ubicadas en el ámbito rural (38% del total provincial) asiste el 6% de los alumnos", según se lee en el Informe Estadístico sobre el Nivel Primario Común realizado en 2020 por la Dirección General de Estadística y el CPE.

Silvana Inostrosa es directora de la escuela Nº310, una escuela albergue con ciclo escolar de septiembre a mayo, ubicada en Cochico, un paraje al norte de la provincia donde viven alrededor de 80 familias. A la escuela concurren 37 alumnos. Muchos de ellos son albergados allí. Llegan a caballo o caminan durante dos o tres horas hasta el camino donde los espera la trafic para llevarlos a la escuela, por un camino que en gran parte bordea un precipicio.

"Estamos con problemas edilicios fundamentalmente desde la pandemia. Es lo que resultó de no haber estado en la presencialidad", explicó la docente a , y agregó que pese a no haber registrado ningún contagio de coronavirus desde que comenzó la pandemia, tuvieron que amoldarse a los protocolos y decretos nacionales que prohibían la presencialidad.

La docente aclaró que "estos problemas edilicios vienen de antes, tienen que ver con un mantenimiento tardío porque se fueron arreglando algunas cuestiones pero lo de fondo, que es el tema del gas, la electricidad es una obra más importante".

Con respecto a los problemas eléctricos, Inostrosa señaló que actualmente cuentan con el servicio pero el mismo no es seguro. Por un lado, las instalaciones fueron hechas cuando se construyó la escuela, en 1997, y no recibieron mantenimiento durante más de veinte años. Pero además, el problema mayor es que el panel central de la escuela no cuenta con un disyuntor que interrumpa la corriente ante algún desperfecto.

"Ese es un límite que no se puede cruzar", dijo la docente y agregó que "el tema del gas es más complejo". Contó que cuando llegó a la escuela, a principios de 2020, "tuve que reiterar pedidos de mantenimiento de los calefactores hechos por las directoras anteriores, o sea que no es algo de ahora".

Durante la pandemia "esto se acrecentó muchísimo y hace un mes, por la insistencia desde distintos ámbitos para que hicieran una prueba de hermeticidad en la escuela, un gasista que realizó el trabajo a través de una contratación de la comisión de fomento, pudo ver que había pérdida de gas en la escuela y en los dos albergues (de estudiantes y de docentes)".

El informe dio cuenta que había problemas en siete calefactores ubicados en el albergue docente y eso actualmente les impide a los docentes ir a la escuela porque no pueden quedarse a dormir ahí. Además, en la escuela se localizaron dos pérdidas de gas que hay que reparar, mientras que en el albergue la prueba de hermeticidad dio cuenta de otras pérdidas que aún no se pudieron localizar.

"Nosotros estamos pensando en que estuvimos trabajando, porque si bien no hubo presencialidad hicimos viajes y permanecimos en la escuela sin saber esto" y señaló que a partir de la explosión en la escuela Aguada San Roque se maximizó mucho más el interés en estos problemas.

"Son tantas las escuelas con problemas que nosotros somos una más y es tanta la angustia que me ha generado la situación que me tomé el atrevimiento de llamar a YPF (que les provee los zeppelin) y de preguntar si ellos se podían hacer cargo de esta situación. Ahí me dieron el nombre de una persona de Infraestructura y todo esto empezó a tomar un poco más de forma".

"Desidia que dura décadas"

Tras el encuentro con funcionarios del CPE, Inostrosa y Orellana fueron recibidos en Neuquén por la diputada provincial Lorena Parrilli, autora de un proyecto de ley para la creación de un Plan de Mantenimiento de Infraestructura Escolar, que aún no fue puesto en el orden del día para ser tratado en la comisión de Educación que preside Marita Villone (MPN).

En diálogo con , Parrilli explicó que el proyecto surgió porque "no hay mantenimiento ni refacción de las escuelas, es decir, hoy hay una gran cantidad de escuelas que están sin presencialidad por problemas edilicios que no se han resuelto pero además, al no haber mantenimiento, es probable que en forma inmediata volvamos a tener otras escuelas con problemas edilicios. Se va atrás del problema y no se llega porque no hay capacidad organizativa para dar respuesta a los problemas de abandono".

"Esto es lo que nos dicen los directivos, los maestros y los padres", dijo Parrilli, y aclaró que esta "situación de abandono" que denunciaron los maestros de las escuelas rurales del norte "es general" y "muchas veces terminan siendo las empresas, que a través de la responsabilidad social empresaria, se hacen cargo de las carencias que debería estar atendiendo el Estado".

"Lo que nosotros vemos es que hay un abandono, una desidia por parte del gobierno de la provincia que dura décadas", agregó.

A mediados de agosto, Parrilli, junto a la diputada provincial Teresa Rioseco y al diputado nacional Alberto Vivero se reunieron con el entonces ministro de Educación de la Nación, Nicolás, Trotta, quien se comprometió a enviar fondos extras a la provincia para el mantenimiento de edificios escolares que no podían volver a la presencialidad.

Según contó la diputada, "Vivero le envió una nota a la ministra (Cristina) Storioni pidiéndole una reunión para tomar conocimiento de cuál era el estado de la plaza edilicia de la provincia de Neuquén, para poder empezar a hacer un presupuesto acotado a las situaciones de mayor urgencia. Nunca respondió la ministra Storioni, con lo cual no se pudo avanzar".

"No hacen ni dejan hacer", se lamentó la diputada, y expresó que los funcionarios "desprecian la educación·, para concluir que " parece que quisieran gente ignorante en la provincia".