Con el planteo laberíntico del exvicegobernador Rolando Figueroa para posicionarse como precandidato a diputado nacional y la posterior respuesta que dio el gobernador Omar Gutiérrez para que lo haga sin vueltas, la interna por la candidatura a diputado nacional del MPN entró en modo Pimpinela.

Como el dúo musical que interpreta célebres canciones con letras cargadas de reproches entre parejas, la primera fórmula del llamado "recambio generacional" que asomó a la política con alto costo económico para la provincia en el 2015, vuelve a mostrarse los dientes después de la áspera interna del 2018 por la candidatura a gobernador, una pulseada que dejó heridas que, en algunos segmentos del oficialismo, todavía no sanaron.

"Si querés ser candidato, si estás convencido de que querés ser candidato, preséntate", dijo ayer Gutiérrez en un mensaje lanzado sin ocultar fastidio y con indudable destino a Figueroa, que agitó en las últimas horas una suerte de operativo clamor a través de un documento del Movimiento de Acción Política (MAPO), un sector interno que supo tener como referente al exgobernador Jorge Sobisch y que acaba de pedirle al presidente del partido, cargo que ejerce el gobernador, que impulse una lista de unidad bajo la figura del exvicegobernador.

Figueroa, que en esta acción se mueve como un fantasma (otros hablan por él), en más de una ocasión dijo que no le interesaba el cargo para el que lo promueve el MAPO sino que su decisión consistía en construir una candidatura a gobernador para el 2023. A juzgar por las operaciones actuales, aquella premisa parece haber entrado en crisis.

La reacción de Gutiérrez de ayer fue la opuesta al pedido de MAPO: en vez de cerrar la puerta para designar, dijo que hay que abrirla. Y lo hizo en línea con lo ya expresado por Guillermo Pereyra líder sindical petrolero y dirigente del MPN, puestos que alterna según la ocasión.

Para conocer a los candidatos o candidatas que llevará el MPN a las PASO todavía hay tiempo hasta el fin de semana y el gobernador dijo que "desde ya que hay nombres arriba de la mesa, de mujeres, de hombres que trabajan". Pero no se le escapó ningún nombre, ni siquiera el de Figueroa, al que le enfiló los cañones pero tampoco nombró.