-?
- Sostenga acá por favor…
- Pero qué hace.
- Juego al ping pong con Donald Trump. ¿Qué le parece que estoy haciendo?
- En principio que se está mudando.
- No suelte que si se le cae el canasto, la deuda externa se multiplica por veinte.
- Es pesadísimo, no puedo aguantarlo mucho más.
- Que blandito resultó el periodismo militante ¡mamita! No aguanta un canasto.
- ¿Me puede decir qué tiene acá dentro?
- El bien más preciado de estos cuatro años. ¿Le parece poco?
- Mire que no se puede llevar documentos…
- ¿Quién habla de documentos?
- Usted dijo… En serio... no puedo más…
- Respire hondo y exhale, respire hondo y exhale… Así, así…
- ¿Podemos ir hacia algún lado o me va a tener parado acá?
- Ah sí, claro, a la derecha. Siempre a la derecha.
- ¿Y ahora?
- A la cuenta de tres, lo subimos.
- ¿Adónde?
- A la carretilla que nos prestó Merkel! Al escritorio, ¿adónde lo vamos a subir?
- Voy a soltarlo, no puedo más.
- Está bien, bájelo que después viene Lacunza y se lo lleva.
- ¿El ministro de Hacienda va a acarrear los canastos?
- Es hora de que haga algo.
- Si usted lo dice… ¿Lo bajamos?
- Uy, qué pasado está, my God! Más denso que declaraciones de Monzó.
- Parece que la interna empezó antes que el verano. Voy a soltarlo, no puedo más.
- Espere, espere. Que necesitamos del esfuerzo de todos para salir adelante.
- Pero ya no puedo más.
- “Siempre se puede un poco más”. ¿Sabe quién decía eso?
- No.
- Christine Lagarde, nuestra Evita ¡Qué mujer! La van a extrañar, se lo aseguro.
- Si no baja de su lado voy a soltar el canasto, me van a explotar los dedos…
- Ya empiezan con la violencia y las amenazas.
- No puedo más.
- Si llegamos hasta acá no nos puede abandonar justo ahora. Apóyelo ahí.
- ¡Qué alivio! Mire las marcas que me quedaron.
- Más perdimos en estos cuatro años, se lo aseguro.
- No me dijo qué hay ahí adentro.
- Almohadas.
- ¿Almohadas?
- Sí- ¿Qué pone esa cara?
- Es demasiado pesado para tener almohadas.
- Una por cada día de gobierno.
- ¿El presidente usaba una almohada por día?
- Y a veces dos.
- Es un despropósito.
- Eso le parece a usted que solo duerme de noche. Imagínese si descansara a la noche, a media mañana, a la siesta y a media tarde.
- ¿El presidente dormía cuatro veces al día?
- ¿Usted fue presidente alguna vez?
- No.
- Entonces no sabe lo que se cansa uno.
- En todo caso usted tampoco lo fue.
- Pero el cansancio de Mauricio era tan grande que me pasaba un poco a mí.
- ¿Cómo que le pasaba un poco a usted?
- Y sí, veintiséis horas por día no se pueden dormir.
- Igual no entiendo cómo hizo para poner tantas almohadas en un solo canasto.
- Todos los canastos tienen almohadas.
- Es impactante.
- Somos un gobierno eficiente y profesional hasta el último día, nunca lo olvide.
- ¿Y además de almohadas qué hay?
- Una parte importante de nuestra historia reciente.
- ¿Una copia del acuerdo con el FMI?
- No, el osito de peluche que usaba Dujovne, balas de todo calibre que nos regaló Bolsonaro, la cama de clavos en la que dormía Marquitos…
- El Jefe de Gabinete dormía en una…
- Deje de hacer esas exclamaciones que nadie le va a creer que estuvo cuatro años acreditado en la Casa de Gobierno.
- Pero usted nunca me contó nada de eso.
- ¿Ah, no?
- No.
- Así es la libertad de prensa, mi viejo.
- ¿Cómo es?
- Se lo conté a su colega del diario de la cornetita. Pero no publicaron nada.
- ¿Y por qué no me lo contó a mí?
- ¿Para qué? Si a ellos no les pareció importante, a usted tampoco.
- Me hubiera dejado decidir a mí.
- No me haga escena de celos que tengo que meterme en ese canasto.
- ¿En cuál?
- En aquel, el del rincón.
- Pero se lo van a olvidar si lo deja tan apartado.
- De eso se trata.
- Usted es desconcertante.
- Y a usted hay que explicarle todo. El día que tenga que operar en la Bolsa se muere de hambre.
- Yo no voy a operar en ninguna…
- Ya, ya, ya. No me dé discursos que para eso lo tenemos a Durán Barba.
- Si se mete en un canasto alejado, tal vez lo olviden y…
- ¡Así me gusta! ¡Que caiga de una buena vez! Yo sabía que un día el fruto iba a estar maduro.
- No me diga que se va a quedar escondido en un canasto durante el próximo…
- ¡Shhh!… A usted no se le puede confiar un secreto...
- Es un disparate.
- No grite y venga conmigo. Cuando yo entre, usted me tapa con una frazada.
- ¿Para qué?
- Ahora no puedo. La seguimos después del 10 de diciembre ¡Noooo / Nos vamos nada! / ¡Que nos saquen / a trompadas!
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