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Los radicales siguen mascando bronca. A pesar de que anoche presentaron junto al macrismo sus candidatos para las primarias del 11 de agosto, las heridas están lejos de cerrarse.
La Unión Cívica Radical (UCR), como partido, forma parte de Juntos para el Cambio (ex Cambiemos). Pero también hay radicales con Lavagna, con el peronismo y “en su casa”, frustrados por la ausencia de un proyecto común. También radicales que ya empezaron a construir un nuevo espacio político que los contenga.
El malestar por las políticas que desde 2015 llevó adelante la Casa Rosada se acentuó con la designación del senador peronista Miguel Angel Pichetto como compañero de fórmula de Mauricio Macri, en desmedro de un candidato radical.
No hace tanto tiempo desde la conducción partidaria se agitaba la necesidad de “poner al vicepresidente”, como justificación para mantener el frente electoral con el Pro y lograr una mayor incidencia en un hipotético segundo gobierno de Macri.
El descontento, que viene de arrastre, llevó a que un grupo de dirigentes, entre los que se encuentran algunos referentes de peso, comience a diseñar lo que definen como una “alternativa opositora que evite la desaparición del partido”, según confirmó a uno de los participantes del armado.
La movida no va a esperar el resultado electoral. Se va a poner en marcha durante la campaña, lo cual generará ruido en la interna del centenario partido. Y más de un dolor de cabeza para la conducción partidaria, a quienes los díscolos acusan de arrastrar al radicalismo a un acuerdo “de superestructuras” que no despierta entusiasmo ni adhesión en las bases.
“Queremos recuperar el partido, recuperar su identidad, su programa republicano y progresista, porque por el camino actual el radicalismo desaprece”, indicó a este portal de noticias uno de los dirigentes que convoca al nuevo espacio.
Si bien todos juran fidelidad a lo resuelto en la Convención Nacional partidaria realizada el 27 de mayo pasado en Parque Norte, que aprobó la continuidad ampliada de la alianza con el Pro y un mayor protagonismo de la UCR en la coalición de gobierno, algunos ya empezaron a desandar ese camino. Y pueden ser más, según avance la campaña y la crisis económica.
Golpeados y defraudados
Los radicales quedaron “golpeados y defraudados” con la decisión de embarcar al partido en la reelección de Mauricio Macri, explican las fuentes partidarias consultadas por . Y aseguran que el malestar es tan grande que “mucha gente no va a trabajar en la campaña”.
“Hay una diáspora radical, de la militancia y también de dirigentes de distintos puntos del país, quizás no los más visibles, pero que no van a acompañar la fórmula de Juntos para el Cambio. Algunos están con Lavagna y otros prefieren, directamente, quedarse en su casa”, explica la fuente.
La primera frustración llegó con el resultado de la Convención Nacional de mayo pasado, donde la conducción encabezada por los gobernadores de Mendoza y Jujuy, Alfredo Cornejo y Gerardo Morales respectivamente, más Ernesto Sanz y el radicalismo de la Capital Federal que responde a Enrique ‘Coti’ Nosiglia, lograron imponer la continuidad de la alianza con el Pro y la Coalición Cívica.
Gobernadores radicales macristas. Morales, de Jujuy (reelegido); y Cornejo, de Mendoza (termina su mandato, irá como diputado nacional). |
A pesar del clima hostil hacia el presidente Macri (hubo canto del “hit del verano” y parodia de la lluvia de inversiones incluidos), la conducción partidaria encontró la fórmula para evitar la ruptura: ampliar el viejo Cambiemos y ganar terreno para el partido en la toma de decisiones, que hasta ahora había sido propiedad del macrismo.
El resultado fue que Cambiemos pasó a llamarse Juntos por el Cambio, y que el vicepresidente no tendrá boina blanca sino que será un senador peronista calificado “histórico”, Miguel Angel Pichetto.
Para completar el cuadro de desasosiego de los radicales que pedían reformular, cuando no directamente romper con el macrismo, tanto Morales como Sanz se atribuyeron la maniobra de nominar a Pichetto y lo justificaron con los argmentos de la propia Convención: la necesidad de ampliar la base de sustentación de la coalición gobernante.
Es decir, el mismo argumento que planteaban quienes querían que la UCR abandone el acuerdo con el macrismo y se sume “a la calle del medio” que impulsaban, a través de Roberto Lavagna, socialistas, Stolbizer, peronistas federales y un sector del sindicalismo. Se entiende: el mismo argumento pero para ir en dirección contraria.
“Nosotros formamos parte de esa decisión (la candidatura de Pichetto), no solo a partir de la decisión de la Convención Nacional, que pidió ampliar la coalición de gobierno, sino que con Cornejo y con Sanz ya manejábamos la posibilidad de que alguien de otra fuerza política integre la vicepresidencia”, dijo Morales.
El gobernador de Jujuy abundó: “El primero que le consulta a Pichetto si estaba de acuerdo con integrar la fórmula fui yo, y una vez que dí el okey, Frigerio habló con él”.
Según Morales “el tema no pasaba por ocupar la vicepresidencia sino por ampliar la base de sustentación, y la coalición de gobierno necesitaba más peronismo, más ampliación, abrirse, no ir con una estrategia cerrada”.
Estas revelaciones terminaron por desatar la ira de los rebeldes, que recuerdan a quien quiera escucharlos que “Morales fue el mismo que en 2015 quería un acuerdo con Massa y no con Macri, y ahora es el más macrista de todos”.
Por derecha
“Yo no tenía expectativas ni siquiera con un vice radical sin antes discutir un programa que nos permita superar estas políticas, que son las que nos llevaron a la crisis”, dijo a Jorge Sappia, presidente de la Conveción Nacional de la UCR y uno de los dirigentes que impulsaría el nuevo armado.
El referente también embistió contra la conducción partidaria, a la que tiene a mal traer por sus continuos cuestionamientos públicos al gobierno nacional, al denunciar que “el gobierno aprovechó que la Convención Nacional exigió la ampliación del Cambiemos para incorporar a Pichetto con la anuencia de la conducción del partido”.
“Macri pensó: a los radicales ya los tengo, voy por alguien que me sume votos por derecha. Y Pichetto le va a sumar votos por derecha porque Pichetto está a la derecha de Macri, a la derecha por xenófobo y por macartista”, se despachó el dirigente.
Sappia cree que el actual proceso electoral va a profundizar el quiebre interno en el radicalismo, ya que “por un lado quedará el sector que persiste en seguir integrados en una coalición electoral con el PRO y por el otro un grupo de radicales, entre los que me encuentro, que consideramos que esa coalición fue frustrante para el radicalismo”.
El dirigente, que fue secretario de Trabajo de la Nación durante el gobierno de Fernando De la Rúa, consideró que más allá de la coyuntura electoral “el radicalismo tiene que recuperar su identidad, sus valores, porque si no lo hace va a seguir dominado por la división y la fragmentación”.
Modelo para armar
Sobre el cierre de esta nota Juntos por el Cambio inscribía (salvo alguna sorpresa de último momento) el acuerdo que la Casa Rosada selló con la conducción del radicalismo.
El pacto se estableció el miércoles pasado y consta de un "acuerdo de proporcionalidad" en las listas legislativas de todo el país, que le permitirá al radicalismo competir para retener sus bancas en el Congreso de la Nación y designar, además, cabezas de lista en otros distritos, como la ciudad de Buenos Aires, en la que fue ratificado el ex embajador en los Estados Unidos Martín Lousteau como primer candidato a senador nacional.
El acuerdo incluye definir en las PASO (Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias) las listas legislativas donde ni el radicalismo ni el Pro tienen bancas. Si bien unos y otros niegan que se haya conversado sobre la posibilidad de que sea un radical (Alfredo Cornejo) el presidente de la Cámara de Diputados en caso de triunfar Macri en los comicios de octubre, ese lugar será finalmente para Cristian Ritondo, quien encabezará la lista de diputados nacionales por la provincia de Buenos Aires.
Esta nueva postergación del radicalismo es una factura pendiente, cuyo valor de cobro recién se conocerá con el resultado electoral. Lo que sí es seguro es que constituye un elemento más para quienes critican “la sumisión” de la conducción partidaria a las necesidades del macrismo.
Más allá de toda especulación e incluso del resultado electoral, los rebeldes ya están en marcha. “Nuestro punto de partida son los 75 convencionales, sobre un total de 260 de todo el país que estuvieron en Parque Norte, que plantearon que no estaban dispuestos a seguir con Macri”, explica un dirigente que está en el diseño del nuevo espacio.
Preguntado sobre qué referentes partidarios se sumarían, descuenta que Ricardo Alfonsín, Federico Storani y Juan Manuel Casella serán de la partida, habida cuenta de sus cuestionamientos al gobierno nacional y a la conducción partidaria. Suman también a distintos dirigentes provinciales.
El espacio, todavía sin nombre, espera emitir un pronunciamiento público apenas se constituya, aunque todavía no esta claro si esto va a ocurrir en medio de la campaña electoral. Va a depender del contexto y del manejo de los tiempos que hagan los convocantes. Con el resultado puesto, sobre todo si es derrota, las adhesiones tenderán a multiplicarse.
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