Desde el retorno de la democracia el peronismo perdió tres elecciones presidenciales: en 1983 con Raúl Alfonsín, en 1999 con Fernando De la Rúa y en 2015 con Mauricio Macri. Ya nadie duda, o mejor, todos saben, que el movimiento creado por Juan Domingo Perón perdió la infalibilidad electoral de la que gozó hasta la muerte de su líder.

La división, e incluso la unidad, que expresa el peronismo en cada cita electoral, ya no dependen exclusivamente de los liderazgos. Tampoco del poder de “rosca” de unos u otros, sino de la capacidad de cada sector para interpelar a la sociedad. Carlos Menem y Néstor Kirchner, dos extremos de un mismo arco, son un ejemplo de esto.

Otro elemento que aflora ante cada cita electoral es la diversidad ideológica y programática que anida en el peronismo desde su constitución como movimiento y que se acentuó a partir de la muerte de Perón, en julio de 1974.

La elección presidencial del 27 de octubre próximo muestra estas variables exacerbadas por la posibilidad inédita de que pueda ser reelecto un presidente que exhibe sin tapujos un programa neoliberal, y su alianza con el establishment económico y financiero internacional.

Acerca de la unidad

La unidad siempre es un valor. Suma, une, esquiva la fragmentación. Mucho más en épocas de disgregación social, económica y cultural. Lo es para el peronismo, por su matriz policlasista y nacional. Lo es también para Mauricio Macri, quien esmerilado por la crisis económica, necesita juntar lo propio y separar lo ajeno para tener alguna chance de ser reelecto.

Sin embargo, la unidad también establece límites, fija perspectivas, abre posibilidades. Y mide fuerzas. Sobre todo cuando parece que, a priori, a nadie le alcanza con lo que tiene. Y más aún cuando el otro (Cambiemos visto desde el peronismo) controla los resortes del Estados. Las elecciones las ganan y las pierden los oficialismos, dice un viejo adagio nunca del todo comprobado.

“La unidad lo que garantiza es que el triunfo sea más amplio, pero no me parece indispensable para ganar”, explica Alberto Fernández a . El ex jefe de gabinete de Néstor Kirchner va más allá: “Si no hay unidad, lo que puede pasar es que haya un triunfo del peronismo más estrecho. Si vos unís todo el peronismo hoy estás en un 50% de los votos, y a Macri lo tenés clavado en 30 o 32%. Si no lo unís puede subir un poco más, pero no mucho”.

Una mirada similar tiene Agustín Rossi, jefe de la bancada del Frente para la Victoria-Partido Justicialista en la Cámara de Diputados, para quien“la unidad es necesaria pero no suficiente para ganar en octubre”.

“Yo no veo indispensable la unidad del peronismo para ganarle a Macri. Sí creo que hay más posibilidades que si hay división. Me parece que en un escenario de división va a haber una representación mayoritaria nucleada alrededor del PJ y otra minoritaria”, asegura el diputado santafecino a .

En tanto, el diputado nacional Facundo Moyano (Red por Argentina) cree que“en política nadie se puede hacer el distraído: el que quiere construir dos oposiciones sabe que está jugando para el oficialismo. Todos tienen acceso a las encuestas, conocen el panorama”.

“Nosotros desistimos de construir una tercera alternativa porque la sociedad nos dijo dos veces que no era por ahí. Tenemos que dejar nuestra soberbia de lado y no querer condicionar a un 30 o un 40 con un 10 o con un 5. No se puede. De la grieta se sale gobernando”, plantea.

Desde Alternativa Federal, el espacio que encabezan Juan Manuel Urtubey, Sergio Massa, Miguel Pichetto y Juan Schiaretti, tampoco consideran que la unidad del peronismo sea imprescindible para ganar.

“La unidad tiene que darse entre quienes piensan igual. Y hoy Cambiemos es un espacio, Unidad Ciudadana otro, y nosotros uno diferente. Si hay ballotage yo no tengo dudas de que Alternativa Federal pone el próximo presidente”, dice a Pablo Kosiner, jefe del interbloque de Argentina Federal en la Cámara de Diputados.

Desde esta perspectiva, un acuerdo con el PJ y el kirchnerismo parece lejano. El legislador salteño subraya que “hay que construir una alternativa que convoque a la unidad nacional, que convoque a todos los sectores que hagan posible superar esta política, y dejar de discutir alrededor de figuras, si Macri o Cristina. Por eso elegimos otra senda política, un nuevo espacio que puede incluir a otros partidos o actores, diferente de Cambiemos y Unidad Ciudadana”.

Para Fernández, “el sentido común indica que el peronismo tiene que estar unido. Una opción de 10% solo favorece a Macri, que es quien ha alentado y utilizado este tipo de opciones en los últimos años”, analiza el ex jefe de gabinete, y explica que “ahí es donde empieza a pesar la responsabilidad de cada uno. Si esa racionalidad no se impone, la realidad va a terminar por imponerla. La gente la va a generar al margen de los dirigentes. Cristina tiene un 33-35% de los votos, contra 7 o 10% de quien pueda enfrentarla dentro del peronismo”.

Cuestión de límites

La unidad puede tener muchos egos pero dos fuentes de las que se nutre: la distancia respecto del gobierno nacional y la figura de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, la dirigente política con mayor intención de voto según las encuestas.

“No sé si Cristina tiene que ser candidata, pero no se puede prescindir de ella. Si no es candidata, sin duda va a ser una gran electora. Eso de que ‘Cristina es el límite’, se fue diluyendo para quedar como un slogan (de Alternativa Federal). Hay gobernadores que podían decir eso, pero en su territorio mucha gente vota a Cristina”, dice Fernández.

“El único límite para la unidad es Macri”, destaca Rossi. Agrega que “necesitamos una expresión política amplia, plural, representativa de todos los sectores políticos y sociales. Si hay miradas distintas, que se resuelvan a través de las PASO. Quienes dicen que Cristina es un límite trabajan para Macri, más allá de cuál sea su intención al plantearlo”.

Para Moyano, “el límite es Cambiemos y todo aquel que abone a su política. Me refiero por ejemplo a Urtubey, a quien yo ubico más cerca del oficialismo. En cambio, yo espero que lo de Massa sea una cuestión de especulación política. La sociedad dejó en claro que es un partido entre dos, y los dirigentes tenemos que interpretarlo”.

“Nuestro sector –sugiere Kosiner desde Alternativa Federal- ya tiene precandidatos que expresaron sus deseos de ser presidente, como Juan Manuel Urtubey o Sergio Masa. Entendemos que tiene que haber un consenso amplio con la gente, democrático, no entre sectores o a partir de dirigentes”.

Paso a paso

Con el oficialismo ya lanzado a la reelección de Mauricio Macri, todas las miradas se centran sobre el peronismo. Hoy, lejos de un candidato único, la exigencia de una definición aparece por momentos como parte de la campaña.

“Me parece que todavía falta que corra bastante agua debajo del puente”, reflexiona Rossi, para quien “el escenario político-electoral recién va a quedar conformado en abril”.

Moyano, sin embargo, considera que los tiempos son otros: “Yo creo que para la oposición el tiempo pasa rápido. Falta poco. Y hay que apostar a unirse, a presentar una propuesta superior a Cambiemos y a lo que estuvo antes”.

“Para definir candidaturas hay tiempo hasta las PASO”, subraya Kosiner, quien así como descarta cualquier acuerdo con el kirchnerismo, deja abierta una puerta a el ex ministro Roberto Lavagna y “a otros partidos o actores que transiten un camino diferente” al de Macri y Cristina.

“La unidad se puede forjar hasta el momento mismo del cierre de las listas”, considera Alberto Fernández, para quien “hay un apuro que es mediático porque la realidad dice que hay tiempo hasta el día en que cierran las listas, básicamente porque el que es opositor, y la mayoría lo es, sabe que va a votar en contra de Cambiemos. Lo que sí nos pide la sociedad es construir una alternativa mejor que Macri, pero también de lo que fuimos nosotros en el gobierno”.