El martes se conmemoró el Día Mundial de la Ciencia y la Tecnología, instituido en honor al médico y farmacéutico argentino Bernardo Houssay, primer latinoamericano en recibir el Premio Nobel de Medicina en 1947, quien recibió el reconocimiento por sus descubrimientos científicos y médicos.

Lamentablemente, los científicos argentinos por segundo año consecutivo lo festejaron reclamando por los fuertes recortes presupuestarios que el gobierno del presidente Mauricio Macri viene realizando desde que asumió en el cargo.

Justamente Houssay fue el creador del Conicet (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas), que hoy atraviesa una complicada situación a partir de la implementación de las políticas neoliberales del gobierno, que han provocado que la ciencia en el país esté “pendiendo de un hilo”, a partir del proceso de recortes y despidos no solo en el mencionado Conicet sino también en el INTI (Instituto Nacional de Tecnología Industrial) y en otros organismos vinculados con la ciencia.

En el caso de Río Negro, los rebotes ya han generado temor e incertidumbre en el personal de la empresa estatal Investigaciones Aplicadas (Invap), que ante la imposibilidad de afrontar los gastos corrientes liquidó en cuotas los sueldos de marzo. Los recibos llegaron con una suma “plana” de 30 mil pesos. Quienes tienen salarios inferiores percibieron la remuneración completa, pero el plantel que percibe una cifra mayor se encontró este mes con un pago “a cuenta” y sin fecha conocida para percibir el importe restante.

Ya a fines del año pasado, tras una visita a la sede de Invap, la senadora nacional Magdalena Odarda señaló que el “presupuesto nacional 2018, refleja reducciones presupuestarias en las compras previstas de distintos ministerios” a la mencionada compañía del Estado provincial dedicada a los desarrollos tecnológicos.

De acuerdo a datos que divulgó la propia empresa, de los 5.000 millones de pesos que debieran haberse previsto en 2018 para cumplir los contratos firmados entre el Estado Nacional e Invap, solo figura la mitad. “Esta situación va a generar un perjuicio a la empresa y a los trabajadores y trabajadoras”, había anticipado en aquella oportunidad la senadora.

La predicción se confirmó este mes, cuando los empleados de Invap se encontraron con los salarios liquidados en cuotas.

“No se preocupen”, dijo Macri

El área más castigada de la empresa es la abocada al desarrollo satelital. Los inconvenientes surgieron tras la decisión del gobierno nacional de asociar a la Empresa Argentina de Soluciones Satelitales (Arsat) con la norteamericana Hughes para construir el satélite Arsat 3, lo cual fue percibido como un avance hacia la privatización de la empresa.

Los datos emergieron de la Carta de Intención que firmó a mediados de 2017 Rodrigo De Loredo, presidente de Arsat, por la cual cedía a Hughes el 51 por ciento de las acciones de la compañía. Un acuerdo a todas luces ilegal.

"Les digo a los muchachos de Invap que no se preocupen, van a seguir trabajando y estamos buscando cómo potenciar mejor su trabajo", dijo Macri en aquel momento.

A menos de un año de ese comentario presidencial, Invap ya no puede afrontar la masa salarial, que ronda los 140 millones de pesos mensuales.

De acuerdo a una investigación realizada por el sitio informativo digital En estos días, los empleados consultados confirman que existe “un ambiente de desgaste” puertas adentro de la empresa, y que “muchos compañeros decidieron renunciar”. Sin embargo, los directivos no ofrecen precisiones.

“Nos están sugiriendo que nos vayamos”, confirman los empleados que piden especialmente el anonimato, y agregan que los responsables de la compañía estatal “no ofrecen un plan de retiro ni nada, pero te dicen que te vayas buscando otra cosa”.

Resultados económicos, costos y facturación

Las claves de la situación actual las ofreció en octubre pasado el propio Héctor Otheguy, entonces gerente general y actual presidente de Invap, cuando la empresa aprobó su último balance.

En aquella ocasión, acompañado por el gobernador Alberto Weretilneck, Otheguy afirmó que "el resultado económico del ejercicio fue de 22 millones de pesos, casi el 80 por ciento por debajo de los cuatro años anteriores, cuando varió entre 90 y 100 millones de pesos de utilidades por año".

Con mesurada claridad, el presidente de la firma reconoció que las complicaciones se dieron en el frente externo con un “dólar planchado” y al mismo tiempo inflación interna. Todo ello se tradujo en un aumento de costos en dólares, particularmente en los contratos firmados hace tres o más años, así como en la reducción de compras y contratos del Estado nacional, que implican el 75 por ciento de la facturación.

Con el kirchnerismo en el gobierno, resumió Otheguy en aquella ocasión, la situación era otra. La empresa venía “de un crecimiento muy importante en los últimos diez años, en los que pasó de una facturación anual menor a los 30 millones de dólares, con una planta de 350 empleados, a la actualidad con ventas por casi 200 millones de dólares y 1.400 empleados".

A fines de enero de este año, la empresa fue contratada para el desarrollo de un reactor productor de radioisótopos para uso medicinal en Holanda.

En aquella oportunidad, Weretilneck afirmó que “este nuevo objetivo alcanzado no es un hecho aislado, sino que es el resultado de años de trabajo y seriedad de esta gran empresa rionegrina, que se ha constituido en uno de los emblemas no solo de nuestra provincia, sino también de la Argentina”.

Y agradeció al presidente Mauricio Macri por el apoyo a Invap en todas sus gestiones, “lo que habla de su compromiso con el desarrollo científico y tecnológico de nuestro país”, dijo el mandatario provincial.

Algo falló en el camino, porque el gobernador no podía desconocer los planes del gobierno nacional para la empresa.

Invap (Investigaciones Aplicadas) supo ser la empresa de tecnología más importante del país, y hoy es víctima del plan vigente de desguace de la industria nacional.