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Todo indica que el gobierno nacional desistió de su intento de revertir la situación y poder instalar la quinta central nuclear del país en territorio rionegrino. Macri ya ha dado directivas concretas de que el asentamiento se resuelva de inmediato y seguramente el lugar de emplazamiento será junto a las ya existentes en Atucha.
Se sabe que funcionarios de Energía y la Comisión Nacional de Energía Atómica ya se reunieron con la gobernadora María Eugenia Vidal para ratificar el asentamiento en la localidad de Lima, Zárate, a 100 kilómetros de Buenos Aires.
Además de las indefiniciones del gobierno rionegrino, lo que apuran son los tiempos que se acordaron con los chinos y la molestia que causó en los asiáticos los vaivenes que debió soportar el proyecto.
Breve introducción
El 16 de mayo de 2017 en su cuenta de twitter el gobernador de Río Negro sorprendía a los rionegrinos desde China con un mensaje que decía: “El gobierno nacional acordó con China emplazar en Río Negro la quinta central de energía nuclear de Argentina. Su construcción será en 2020”.
El 24 de agosto de 2017 también por twitter Weretilneck ponía: “Estamos redactando la nota que enviaremos al gobierno nacional rechazando definitivamente la instalación de la central nuclear en Río Negro”.
Solo mediaron entre ambos anuncios por la red social del pajarito 101 días. Sin embargo todo lo que sucedió en el medio y las consecuencias que esto trajo aparejado para la provincia y el país, será muy difícil de contar dentro de algunos años, cuando alguien trate de trasmitir los avatares de la política en general y rionegrina en particular, en este período que estamos transitando.
Es que si para muchos de nosotros, que somos contemporáneos al acontecimiento que nos tocó vivir como ciudadanos, nos cuesta encontrarle una lógica explicación, no es fácil imaginar lo que será explicarlo o intentar hacerlo en 30 o 40 años.
Prólogo
Luego de haber acompañado al presidente Macri en una gira por España a mediados de febrero de 2017, el gobernador Alberto Weretilneck es invitado en mayo a sumarse nuevamente a un viaje presidencial, en este caso a Japón y China.
Conocido el anuncio se comenzó a especular con la posibilidad de que la incorporación del rionegrino tenía que ver con la instalación de una central nuclear, habida cuenta de una versión que en los primeros días de mayo, había lanzado en una radio de Viedma un dirigente del Pro de segunda línea, al manifestar que tenía en su poder información fidedigna y confidencial procedente de una alta fuente del gobierno nacional que indicaba que se analizaba esa posibilidad e incluso que el lugar elegido era Sierra Grande.
A las 9.14 del 16 de mayo Weretilneck confirmaba con aquel tuit la versión y manifestaba su profundo orgullo y satisfacción por la elección de la provincia para la construcción de la central y su beneplácito por tratarse de la más gran inversión jamás realizada en la historia de la provincia.
En mensajes sucesivos y en notas periodísticas el gobernador luego habló de todos los beneficios que esto traería aparejado, las bondades de la energía nuclear, los puestos de trabajo que se generarían, la construcción de hospitales, escuelas, rutas, etc, etc.
También mencionó por aquellos días que el Invap hizo un estudio y “hay 8 lugares posibles de emplazamiento en Río Negro”.
Tras los anuncios, lógicamente hubo repercusiones, pero las que más se escucharon fueron en contra, sobre todo en Viedma donde comenzaron a reunirse ambientalistas y vecinos para oponerse a la instalación.
Mientras tanto en el país y en la provincia ya había clima electoral porque el 13 de agosto se venían las PASO. Por esa fecha el partido del gobernador aún no tenía candidato, cosa que se confirmó un mes después cuando se anunció la precandidatura del cipoleño Fabián Gatti.
Elecciones y decisiones
Las dos campañas crecían a la par, la proselitista y la de los asambleístas contrarios al uso de la energía nuclear, hasta que el 1 de agosto el gobernador dirigió un mensaje a los viedmenses en el que dijo que "después de analizar todo lo que ha pasado y observando una gran mayoría de viedmenses que rechazan la instalación el proyecto he tomado la decisión de excluir absolutamente al ejido de Viedma para la instalación de la central nuclear".
Para concluir el gobernador rionegrino sostuvo que "por lo tanto he decidido dar por cerrado este tema y la planta se instalara donde la gente lo pida y donde la comunidad la apoye".
Luego se confirmaría que el lugar más adecuado para la radicación del emprendimiento sería en cercanías de Sierra Grande.
Llegó el 13 de agosto y el resultado electoral de las primarias ya es por todos conocidos. Muchos manifestaron que el mal manejado tema de la central nuclear había sido factor fundamental en tan desastrosa elección del oficialismo provincial.
Así llegamos al tuit del 24 de agosto cuando anuncia el rechazo a la construcción de la planta.
Al día siguiente explica que “ha entendido y ha aceptado que la mayoría de los rionegrinos no quieren esa planta y siempre he dicho que se haría si existía aceptación social y, evidentemente, no la ha habido”.
O sea que ahora extendía la prohibición que en principio era para Viedma a todo el territorio provincial, aunque igualmente surgieron algunas especulaciones y críticas desde algunos sectores de la oposición, sobre que el anuncio era una puesta en escena.
Así es que el 26 de agosto el gobernador en busca de algo de oxígeno a la complicada situación redobla la apuesta y anunció el envío a la Legislatura un proyecto de ley para prohibir en Río Negro la instalación de la central nuclear.
La Legislatura se reúne el 1 de setiembre y aprueba la prohibición por amplísima mayoría (44 a 1), aunque no faltaron algunas acusaciones cruzadas de oportunismo y chicanas en casi toda la sesión.
El 20 de setiembre, todavía afectado por el golpe, el gobernador intenta mostrar iniciativa y produce algunos cambios en el gabinete.
Weretilneck pensaba que clausurando la central, renovando un poco el gabinete, profundizando las críticas al gobierno nacional, y moviendo un poco la gestión salía del atolladero y podía encarar las legislativas con esperanza. Nada resultó como especulaba.
Unos días después y haciendo eje en la polarización nacional de las Paso y entendiendo que eso no se iba a poder modificar el 22 de octubre, el gobernador anuncia que sus candidatos no participarán en las elecciones legislativas.
Cuando parecía que el debate se terminaba ese mismo 22 de octubre desde Sierra Grande el senador nacional Miguel Pichetto vuelve a encender la mecha cuando junto al intendente Iribarren, dijo que la oportunidad aún no estaba perdida y que había que insistir con la radicación en esa ciudad. Agregó que era una oportunidad económica “única y excepcional” y que el debate estuvo mal concebido.
El jefe comunal envalentonado con el apoyo del senador de la oposición y el acompañamiento del gobierno nacional inicia un proceso de búsqueda de consensos y hace una consulta popular el 17 de diciembre que, aunque con baja participación, logró un 83 % de acompañamiento al Si.
Weretilneck ya había dejado de quejarse contra el gobierno de Macri y por el contrario buscaba arrimarse a los funcionarios nacionales para tratar de poder terminar de la mejor manera el 2017. Luego surge el pacto fiscal y el acuerdo con los gobernadores.
Todo este torbellino provocó serias discrepancias puertas adentro del gobierno y de Juntos Somos Río Negro, incluso un distanciamiento entre el gobernador y el vice, que aún hoy no se sabe en qué va a terminar.
Sobre el fin del fatídico 2017, le salió una bien al gobernador cuando consigue los fondos para el desarrollo del Plan Castello, para iniciar un programa de obras en toda la provincia que se ha transformado en la mayor y, posiblemente, única esperanza que tiene el gobernador de poder revertir la situación que se inició a las 9.14 de aquel 16 de mayo de 2017.
La posición de Nación y las consecuencias
El 10 de enero de este año, el presidente Macri le reclama en una reunión en Villa La Angostura al gobernador que retome el proyecto de instalación de la central nuclear, ratificando su interés para que el asentamiento se cumpla en esa provincia, a pesar de la ley que prohíbe su instalación.
La pregunta es ¿por qué Macri demuestra tanto interés en el tema? ¿Alguien puede pensar que no quiere que Río Negro pierda esta gran oportunidad?
El proyecto de esta central nuclear fue acordado por el gobierno chino de Xi Jinping con la ex presidente Cristina Fernández, y pasados dos años ratificado por Macri y contempla la financiación de la construcción de la quinta central nuclear con un préstamo a 10 años de 8.000 millones de dólares.
Todo venía bien tras la visita de Macri, la firma del acuerdo y la decisión de erigirla en la provincia de Río Negro.
El gobierno de China quedó muy sensibilizado por los vaivenes del proyecto y en más de una oportunidad expuso sus quejas ante la Argentina y las negociaciones y las relaciones diplomáticas no pasan hoy por su mejor momento.
El embajador argentino en Beijing Diego Guelar intercedió para poder explicar los vaivenes políticos de Weretilneck y las demoras de la Argentina en el cumplimiento del contrato. Pero resultó complejo que los chinos entiendan que es lo que pasó.
Para colmo de males también viene demorado el proceso para la construcción de la cuarta central también financiada por los chinos y que se construirá en Atucha.
El problema principal es que por diferentes motivos todavía no está definida la letra chica para que se inicie el diseño del proyecto técnico, tarea que en este tipo de centrales suele demandar unos 18 meses de trabajo, lo que indica que podría haber novedades sobre fines del 2019 cuando originalmente el compromiso de la cuarta central era en 2018.
El acuerdo inicial firmado por el kirchnerismo con los chinos incluía la construcción de la cuarta y la quinta central. Argentina estaba interesada en tener otro reactor de agua pesada y uranio natural y necesitaba el financiamiento chino, pero la intención del gigante asiático era venderle al país un reactor PWR de uranio enriquecido y agua liviana.
Finalmente, para reconciliar ambos objetivos se decidió avanzar con las dos obras de modo paralelo. Cuando el gobierno de Mauricio Macri pone los contratos bajo revisión le pide a los chinos avanzar primero con la central de uranio natural y agua pesada y postergar dos años, hasta el 2020, el proyecto que más seduce a los asiáticos.
Pero a la fecha la realidad indica que la cuarta central no tiene todavía cerrados los contratos específicos que permitirán dar inicio a la obra y le quedan por lo menos 18 meses por delante y la quinta central, que es la que más le interesa a los chinos, ni siquiera tiene lugar donde construirse.
Momento de definiciones
Evidentemente el gobierno nacional debe dar rápidas respuestas a su par chino si es que no quiere que las relaciones bilaterales terminan complicándose aún más.
A tres años del primer acuerdo con el gobierno de Cristina Fernández, a casi un año del firmado con Macri y luego de un largo intercambio de misivas, arduas negociaciones y el marcado malestar expuesto por los funcionarios chinos, la cosa no da para más.
Todo parece indicar que Macri ordenó poner fin al conflicto e instruyó al ministerio de Energía y a la Cancillería a definir de una vez, la localización de la central nuclear que hará la administración de Xi Jinping.
Ya no hay tiempo para seguir discutiendo si la ley en Río Negro es constitucional o no, si es contraria a legislación nacional, si tiene facultades la provincia, si tienen autonomía los municipios o si hay licencia social; por lo que todo parece indicar que Nación desistió de esta posibilidad y va a ubicar a la quinta planta, cerquita de la cuarta es decir en territorio bonaerense, junto a las ya instaladas de Atucha.
Se sabe que funcionarios de Energía y la Comisión Nacional de Energía Atómica ya se reunieron con la gobernadora María Eugenia Vidal para ratificar el asentamiento en la localidad de Lima, Zárate, a 100 kilómetros de Buenos Aires.
Allí ya están funcionando las centrales Atucha I y Atucha II, se iniciará en el 2019 Atucha III, que es la cuarta central nuclear que tendrá el país junto a la cordobesa de Embalse, y ahora la quinta que tuvo el frustrado intento de instalarse en Río Negro.
Esto significa que la provincia de Buenos Aires se verá beneficiada con el desarrollo de un gran polo nuclear en Atucha en la margen derecha del Paraná, que, por ahora, prevé una inversión de más de 14.000 millones de dólares para la producción de 3.700 MGW. Esto es la energía similar a toda la producción de la represa Yaciretá.
Mientras tanto en Río Negro
Volviendo a Río Negro, si se confirma esta decisión del gobierno nacional, puede ayudar a descomprimir un poco la tensa relación de Weretilneck y Pesatti, o al menos no tensarla del todo, habida cuenta que mientras el gobernador fue demasiado pasivo en su respuesta cuando Macri le pidió insistir con el tema, el vicegobernador afirmó que iba a hacer “todo lo que haga falta y donde corresponda” para defender la ley de prohibición y ser un “celoso custodio de su cumplimiento”.
A todo esto el diputado nacional Sergio Wisky, manifestó que no hay definiciones concretas en el gobierno en cuanto al definitivo “no” de instalar la central en Sierra Grande o que por lo menos él no tiene información oficial al respecto.
Agregó el referente de Cambiemos en la provincia que “tengo el mandato del presidente Macri para hacer las presentaciones junto al municipio de Sierra Grande y no tengo contraorden”. En términos similares se expresó el intendente de Sierra Grande, Nelson Iribarren que dijo que “nosotros seguimos trabajando con nuestros abogados y con el gobierno nacional. No tenemos información en contrario”.
Mientras tanto la senadora Magdalena Odarda señaló que no hay información oficial del desistimiento de Nación a la radicación de la planta y que “es descabellado que los representantes del gobierno nacional que defienden la central nuclear, sigan insistiendo para invalidar la ley que prohíbe su construcción en todo Rio Negro”.
Epílogo
Si bien quedan algunas dudas sobre el final de la historia, lo cierto es que en este convulsionado y globalizado mundo de hoy, en este país necesitado de inversiones y de generación de empleo y carente de generación suficiente de energía, y en una provincia con las mismas o más necesidades, que es la cuna de la actividad nuclear en el país, que cuenta con el Instituto Balseiro y el Centro Atómico Bariloche desde la década del ´50, con el Invap que hoy le vende reactores nucleares al mundo desde los ´70, además del Complejo Tecnológico Pilcaniyeu donde se desarrolla la tecnología de enriquecimiento de uranio, se desiste de un proyecto de estas características y de semejante inversión porque: ¿somos una provincia no nuclear?
Cada uno deberá sacar sus propias conclusiones, pero lo cierto es que en 101 días dejamos pasar 8.000 millones de dólares de inversión, el partido del gobernador pasó de haber ganado a una elección por el 53 % de los votos a un 18 % en elecciones primarias y a nada, porque no presentó candidatos en la legislativa, a tener una ley que prohíbe desarrollos de esta características, a generar asperezas entre el gobierno nacional y provincial y entre el gobierno nacional y el de la República Popular China, ni más ni menos, a divergencias notorias entre el gobernador y su vice que podrían llegar a extinguir un partido provincial, por solo mencionar algunas de las consecuencias del proceso.
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