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01/09/2019

Neuquén y el incendio nacional

Neuquén y el incendio nacional | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

La grave crisis desatada por Macri y quienes lo apoyaron sin reservas, todavía no ha desembarcado de lleno en Neuquén. Pero las medidas agónicas tomadas discrecionalmente por el gobierno nacional, terminarán impactando de lleno sobre la economía local.

Héctor Mauriño

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En medio del incendio, con el país fundido por Macri y “el mejor equipo del mundo”, en medio de la incertidumbre, Neuquén quema los últimos cartuchos, como si no terminara de asumir la grave situación de la Argentina. Como ya ocurrió en el 2001, la realidad terminará esfumando el sueño de la isla próspera, ajena a los avatares de la Nación.

La grave crisis desatada por Macri y quienes lo apoyaron sin reservas, todavía no ha desembarcado de lleno en Neuquén. Los supermercados mantienen un nivel de ventas superior al resto del país, las concesionarias de automóviles todavía venden y los viernes por la noche muchos restaurantes se llenan.

En el marco de una política energética que desprecia el desarrollo nacional y sólo se preocupa por obtener más divisas para quemarlas en el altar del dios mercado -él único que veneran el presidente y sus secuaces-, Neuquén también ha incrementado exponencialmente sus exportaciones.

Se trata fundamentalmente de los hidrocarburos, claro, pero también en ese campo la suerte está echada: las medidas agónicas tomadas discrecionalmente por el gobierno nacional, como el congelamiento del precio del crudo y del gas, tanto como las decisiones sobre el IVA y el impuesto a las Ganancias que reducirán la coparticipación, terminarán impactando de lleno sobre la economía local.

En ese marco, el de un país en default parcial; sin crédito en los mercados internacionales y con un FMI reticente a seguir financiando la campaña de un presidente derrotado y grogui; con los mercados financieros y el dólar desbocados, suena un poco temerario que el gobierno neuquino intente contraer, una vez más, deuda en dólares.

Pero es así. Esta vez se trata de un pedido de autorización a la Legislatura para tomar 85 millones de dólares para obras viales sobre rutas provinciales. 

El crédito es con un organismo internacional y es cierto que la tasa es relativamente baja para un país que ya no puede acceder a los mercados financieros, pero también que si el endeudamiento se concreta será el tercero en lo que va del año y terminará sumando un total de 398 millones de deuda acumulada en el mismo período.

No es que en el oficialismo se ignore deliberadamente la grave coyuntura nacional, sino que al parecer cuando se cree firmemente que las cosas van bien para Neuquén y eso se repite como un mantra, no es tan fácil parar. “No nos caigamos por la crisis, porque sabemos cómo salir. Salimos todos juntos tirando para el mismo lado”, dijo el senador Pereyra en el cierre de campaña del oficialismo en ese territorio seguro que es para el MPN y para el gremio petrolero Rincón de los Sauces.

Claro que el senador - gremialista tiene sus motivos para estar preocupado por la crisis nacional. El mismo ha sido uno de los motores del modelo de explotación de Vaca Muerta llevado adelante por la actual administración y ahora ve peligrar todo, justamente cuando más lo necesitan él y su partido, para no perder la banca en el Senado.

Si el candidato de Juntos por el Cambio en la provincia, Horacio “Pechi” Quiroga, lograra confirmar en octubre los resultados de las PASO, sería la primera vez desde la reforma de la Constitución nacional en 1994, que el MPN se queda sin banca en la Cámara Alta.

El oficialismo neuquino confía en dar vuelta esos resultados en octubre. Es cierto que hubo una cantidad importante de votos anulados que aparentemente pertenecían al Movimiento Popular Neuquino, por eso una vez más el partido provincial se dispone a ‘enseñar a votar’ a sus simpatizantes.

En las internas abiertas el candidato a senador de Juntos por el Cambio obtuvo en cifras redondas 90.000 votos y el MPN 77.000, unos 13.000 menos. El cálculo del oficialismo provincial es que con el peso del aparato y la boleta armada de antemano -¿acaso la de Fernández-Fernández?- existen chances de dar vuelta el resultado. 

Pero la realidad es que la diferencia entre el “Caballo” y Pechi” es todavía mayor, porque este último tiene en realidad 68.000 votos y los 8.800 restantes pertenecen a otro sector interno cuyo apoyo no se puede dar por descontado.

Por otra parte, no es posible precisar cuál va a ser la conducta de ciertos independientes al momento de volver a votar. Para algunos observadores, Quiroga sacará todavía menos que en las PASO porque ese sector sin filiación fija vota en general “a ganador” y, tal como están las cosas y a tenerse por todas las encuestas, el Frente de Todos sacaría todavía más sufragios que el 11 de agosto pasado y Juntos por el Cambio con sus distintos candidatos un poco menos.

A juicio de otros, el juego a la polarización y a mantener el odio que alientan sin desmayo los voceros del macrismo -como Carrió- y la prensa oficialista, podría aportarle algunos votos más a Quiroga en perjuicio de Pereyra.

Algo de eso deben haber entrevisto en la conducción de Juntos para el Cambio para que Quiroga diera brusco final al culebrón entre Monteiro y Bermúdez en las elecciones municipales. Algunos dicen que es porque “la orden” vino de Buenos Aires, pero sin contar con que Buenos Aires ya no da órdenes o si las da ya nadie las cumple, lo más probable es que en el sector hayan decidido cerrar filas para no salir perdiendo todos, tanto en las municipales como en las nacionales.

Precisamente en los comicios de Neuquén capital, primeros en el calendario electoral, la puja parece polarizada entre Mariano Gaido y Marcelo Bermúdez, pero buena parte de los pronósticos apuestan al triunfo del primero.

Quiroga tiene votos propios en la capital neuquina y en esta oportunidad le podrían servir para poner dique al rechazo generalizado por el gobierno nacional. Pero “Pechi” no es el candidato y Bermúdez es la figura más Pro de la ciudad, y por lo tanto la más expuesta a sufrir el rechazo que le profesa hoy la ciudadanía al macrismo.

El MPN no gobierna Neuquén desde 1999 y Quiroga dijo alguna vez que si volviera a ganar en la capital “sería un retroceso”. Más allá de que los gobiernos opositores en la principal ciudad de la provincia hayan servido de contrapeso al hegemonismo emepenista, en esta oportunidad el rechazo a Macri puede ser el soplo de viento a favor que necesita el partido provincial para “recuperar” la ciudad.

Se verá.

29/07/2016

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