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25/03/2018

Nada para celebrar

Nada para celebrar | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

La unidad es el imperativo de la hora, no del año que viene ni del día de las elecciones de 2019. O los sectores que se oponen al modelo neoliberal deponen sus diferencias y construyen la unidad o se preparan para un nuevo período de neoliberalismo, ya sea con Macri o con algún/a otro/a menos desgastado.

Héctor Mauriño

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El reiterado desencuentro de Unidad Ciudadana y el Frente Neuquino no aporta nada para celebrar, sino muy por el contrario la virtual garantía de que en Neuquén habrá una nueva frustración de las fuerzas del campo popular en el 2019.

Lo advertimos desde esta columna antes de las elecciones legislativas del año pasado y lo constatamos luego de conocidos los resultados: si los candidatos de UC y el FN hubieran ido juntos muy probablemente ese espacio hubiera ganado las elecciones.

Más allá de que Darío Martínez alcanzara su objetivo y Ramón Rioseco no, dejamos constancia entonces de que sólo Cambiemos debe haber celebrado los resultados del desencuentro.

Evaluamos antes de las elecciones que en esa oportunidad lo que estaba en entredicho era el macrismo y no el MPN, y los resultados también nos dieron la razón.

Ahora ocurre algo parecido. Si en el 2017 el debate de la sociedad era a favor o en contra de Macri, lo más probable es que la devastación producida por este gobierno antipopular y antinacional agudice ese debate en el 2019. Que por un lado esté la minoría que respalda los desplantes del oficialismo y por el otro, todos los agredidos por este modelo insolente, mentiroso y saqueador.

El problema, entonces, será el mismo en Neuquén que en el resto del país: que el sector agredido tenga la capacidad de ofrecer un frente unido o se resigne a las consecuencias de permanecer separado.

La unidad es el imperativo de la hora, no del año que viene ni del día de las elecciones de 2019. O los sectores que se oponen al modelo neoliberal deponen sus diferencias y construyen la unidad o se preparan para un nuevo período de neoliberalismo, ya sea con Macri o con algún/a otro/a menos desgastado.

Esta dramática opción está presente en el país y en Neuquén, y a pesar de los saludables intentos de abrir camino a la unidad, el objetivo se muestra todavía bastante lábil.

En el caso neuquino, cuando los ánimos parecían serenarse como para encarar una reflexión que ponga por delante el interés colectivo y relegue los agravios y pases de factura, otra vez el horizonte amenaza con oscurecerse.

En una entrevista con este portal, el diputado de UC-FpV Darío Martínez, a la vez titular del PJ neuquino, aseguró hace unos días que de cara al 2019 esa fuerza va a “ir caminando codo a codo con el Frente Grande, con Kolina, con el partido de la Victoria, con el Partido Solidario, con muchas fuerzas y seguramente gran parte del MPN que no está cómodo con éste MPN estilo Macri”.

Cuando se le preguntó por Rioseco, recordó la relación de éste con Quiroga y lo instó a “definirse”. Aunque no fue conciliador sino más bien áspero, al final admitió que su sector va a “estar con los brazos abiertos para todo aquel que se defina políticamente, que se plante frente a Quiroga, frente al MPN”.

Cuando le tocó el turno responder a Rioseco, este reaccionó con crispación: “con Unidad Ciudadana no vamos a ir a ningún lado porque no hay afinidad política”, disparó. Recordó, de paso, queen el Partido Justicialista no lo quieren y que el tema está saldado desde el 2017 “cuando fuimos separados”.

Lo ocurrido no podría ser más desafortunado. Las redes sociales repicaron el tema toda la semana y nuevamente atronaron los tambores de guerra. ¿Puede ser tan miope el campo popular en Neuquén para preparar su derrota con tanta anticipación?

Por suerte no todos piensan así. El miércoles salió –también en Va Con Firma- una entrevista con el concejal de UC Marcelo Zúñiga en la que éste reafirmó que el espacio está “ante el desafío enorme de unir y reconstruir el peronismo”.“Es algo tan difícil como necesario, por eso no me gusta personalizar ni descalificar a los dirigentes”.

No es seguro que Zúñiga hablara de Rioseco ni de nadie en particular sino en todo caso de todos, pero no hay duda que tiene claro el deber de la etapa.

Para echar algo más de luz, el viernes el portal publicó una nota con Rodolfo Canini, líder de Nuevo Encuentro e integrante del Frente Neuquino, quien definió con dramatismo que “es imprescindible unirse porque nos vamos a quedar sin país y sin provincia”.

Más aún, Canini recordó que “si en las elecciones pasadas el Frente Neuquino y Unidad Ciudadana se hubieran unido, habrían ganado las elecciones” y expresó cierta sorpresa por la respuesta destemplada de Rioseco, pero buscó justificarlo al señalar que en el PJ fue “ninguneado” y por eso reaccionó.

Es cierto que en el PJ algunos se hicieron gárgaras antes de apoyar a Rioseco, como es cierto también que el personalismo de Rioseco lo llevó a cometer errores. Pero no es menos cierto que el ex intendente de Cutral Co se mostró como un buen administrador en su ciudad y fue honrado por el peronismo con la candidatura a gobernador.

De cara al 2019 y a la necesidad de derrotar al neoliberalismo las posibilidades están a la vista: el camino de los agravios y los reproches conduce a la derrota, ya se sabe. Un equilibrado reparto de las responsabilidades de cada uno, sin agravios y con la voluntad de construir en unidad, abriría una perspectiva diferente.

29/07/2016

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