“Vaca Muerta arrancó, no es mágica pero es una realidad y su crecimiento no tiene techo”, se escuchó decir por estos días muy cerca del gobernador. En estos primeros meses del año Omar Gutiérrez se muestra optimista respecto del futuro de la economía provincial y tiene algunos motivos para albergar ese sentimiento, aunque, claro, no todas las novedades que se van conociendo son favorables.

El viernes pasado el gobernador anunció junto al presidente de YPF, Miguel Ángel Gutiérrez, una inversión por parte de la petrolera estatal y sus asociadas de más de 1500 millones de dólares durante el 2018 en la cuenca neuquina.

El martes próximo, el gobernador y el ministro de Energía de la Nación, Juan José Aranguren, visitarán Fortín de Piedra, el área que explota Pluspetrol, la petrolera de de Techint. Allí bajarán la llave de una nueva planta de gas que permitirá inyectar seis millones y medio de metros cúbicos adicionales por día al consumo nacional, un volumen equivalente a un 20% del déficit energético que tiene el país.

Los resultados en materia de producción de petróleo y gas durante el período macrista no son para festejar. Durante 2017, laproducción de petróleo cayó un 7,2% respecto al año anterior y en materia de gas la disminución fue del 0,16% en relación al 2016.

Pero la producción de Vaca Muerta no para de subir. El shale oil creció un 33,3% en los primeros nueve meses de 2017 y el gas no convencional, un 26,5%. A esta altura de los acontecimientos casi el 50% del gas que se extrae en el país es no convencional.

Según el gobernador  “hasta el momento se invirtieron en Vaca Muerta 11.000 millones de dólares”, la actividad hidrocarburífera en la formación neuquina es la que más inversión ha generado en el país y se está convirtiendo en el motor del desarrollo energético nacional.

En 2018, las regalías gasíferas duplicarán por primera vez en la historia a las petroleras y de la cifra global de 14.000 millones de pesos que el gobierno estima recaudar por ese concepto, más de 9.000 millones provendrán del gas.

El alentador panorama contrasta con las medidas tomadas en los primeros días del año por el gobierno neuquino. Un recorte del gasto que comienza por los sueldos de la planta política e incluyecombustibles, telefonía celular, uso de vehículos e inmuebles.

El 2017 dejó encendida una luz roja en el tablero con un déficit del orden de los 3.500 millones de pesos, atribuible según el gobierno al retraso en el tipo de cambio proyectado por el gobierno nacional, que repercutió en la percepción de regalías y en la recaudación de Ingresos Brutos.

El gobierno dice que ante la alternativa de afectar el pago a proveedores, en los programas de obra pública, los planes sociales, educativos y de seguridad, eligió ajustarse el cinturón.

Según el gobernador el ajuste es “de funcionamiento” y hasta ahora sólo se han conocido el 50% de las medidas. En los próximos días se darán a conocer el 50% restante.

En cualquier caso, el gobierno prometió que el congelamiento afectará “a la parte más jerárquica del Estado” y no al resto de los trabajadores de la administración pública provincial. Pero dejó sentado también que “todo gasto que no corresponda se va a reducir”.

“No habrá jubilaciones anticipadas”, advirtió en privado el gobernador y sostuvo que tampoco va a alentar los retiros voluntarios”, una expresión que Gutiérrez prefiere evitar porque asocia con al compulsivo por parte del estado. “No vamos a echar a nadie”, apuntó una alta fuente oficial.

En cambio, dio a entender que habrá buena disposición para aceptar desvinculaciones a propuesta de los propios trabajadores y en áreas que no sean cruciales para el sostenimiento del Estado. Habló de aquellos que quieran “migrar voluntariamente” de sus puestos actuales. No obstante, aclaró que todavía no han sido estudiados las condiciones y parámetros para que se den tales retiros.

El presupuesto neuquino para 2018 estima gastos por 61.637 millones de pesos e ingresos por 58.420 millones de pesos, lo que implica un rojo fiscal de aproximadamente el 5% (en 2017 fue del 3,5%).

Para este año, la provincia calculó un tipo de cambio de 19,3 pesos por dólar y este es el tema que más preocupa a la administración Gutiérrez, porque  el 70% de los ingresos provinciales está vinculado a la divisa norteamericana, tanto en lo que se refiere a las regalías como a la recaudación de Ingresos Brutos.

Precisamente, el gobierno aumentó la alícuota de Ingresos Brutos, que pasó del 3 al 5%. La decisión es reflejo del acuerdo de las provincias (menos San Luis) con el gobierno nacional, pero también consecuencia de la necesidad que tiene Neuquén de enjugar el déficit fiscal. La medida no pasó desapercibida: hubo críticas por parte de empresarios y comerciantes.

Así se presenta el 2018, entre el optimismo y la preocupación por el ajuste, que se produce otra vez en la historia.