En la entrevista con los periodistas de C5N, Cristina Fernández, dio pistas concretas sobre cuál es su planteo para las elecciones legislativas de este año, al mismo tiempo que puso límites a la idea de que su candidatura mágicamente resolverá los graves problemas que se le presentan a la sociedad por el accionar del gobierno antipopular y antinacional de Macri.

La enorme audiencia que siguió la hora y media de charla a través de la tevé y de Internet, y que buscaba una respuesta taxativa respecto de si Cristina será o no candidata, se tuvo que contentar con un “si es necesario”, que al tiempo que ratifica su disposición para encabezar la lista del Frente para la Victoria deja traslucir que no es algo que tiene decidido, acaso porque no ve esa posibilidad como un fin en sí mismo sino como la consecuencia de una unidad previa del peronismo en particular y del campo popular en general.

En sus expresiones, Cistina puso como eje las necesidades de la gente. Habló de declarar la emergencia alimentaria, laboral, tarifaria y farmacológica frente al “aumento irracional e inequitativo de los alimentos, de las tarifas y de los medicamentos y la creciente desocupación”.

También, alertó que frente al crecimiento exponencial de la deuda externa lo más probable es que los jubilados vuelvan a convertirse en el pato de la boda de la crisis.

La ex presidenta habló de la necesidad de “reconstruir la mayoría que frene al ajuste del neoliberalismo” y en ese contexto planteó la  “necesidad de construir una propuesta de cara a la sociedad”.

“Mi rol -dijo- es asegurar que se construya la unidad en base a propuestas”, dando a entender claramente que la candidatura sin estos preceptos no garantiza demasiado.

Además, criticó la actitud mantenida durante el último año y medio por los legisladores del Frente para la Victoria, que por temor a los carpetazos del gobierno o las tapas de Clarín terminaron acompañando las controvertidas propuestas del oficialismo. “Necesitamos candidatos que no les tengan miedo (…); que la gente que se siente en las bancas represente los intereses de los ciudadanos”, apuntó.

Puso en evidencia además que, en esta instancia, las PASO no alcanzan para garantizar la unidad del campo nacional y popular, requisito imprescindible para poner freno al proyecto neoliberal.

Las encuestas en la provincia de Buenos Aires, donde todo indica que se jugará el partido principal de las legislativas de octubre, muestran que una fórmula encabezada por Cristina llevaría una importante ventaja sobre Cambiemos y el resto de las fuerzas políticas.

Pero también muestran que el campo popular continúa dividido. Si Cristina atesora en promedio entre 32 y 34 puntos con picos de 40, Randazzo mantiene un promedio del 10 % y la fórmula Massa Stolbizer entre un 20 y un 22.

Según esos mismos sondeos, de los ciudadanos que votan a Randazzo un 60% se define como opositor y un 40% es más permeable al oficialismo, y entre los votantes del massismo y su aliada Stolbizer dos tercios de los electores aprueban al gobierno y apenas un tercio se define como opositor. 

 Así las cosas, resulta bastante evidente la necesidad de una unidad programática que sirva de hilo conductor para edificar una propuesta que pueda poner freno a la embestida del gobierno.

Además, hacerlo sería sacar la discusión del tema exclusivamente electoral, que es el espacio en el que quiere el gobierno nacional que se dé el debate para polarizar la elección entre el “pasado”, en el que quiere colocar a Cristina, y el futuro supuestamente representado por Cambiemos.

En cambio resulta claro después de escuchar a Cristina que, con ella o sin ella en la lista, lo crucial en esta etapa es que el debate gire en torno al desastre económico provocado por el gobierno y los graves problemas que esto le ha acarreado a la gente.

Es en línea con ese eje crítico, que a juicio de la ex presidenta se debe "reconstruir la mayoría que frene al ajuste del neoliberalismo”.

No cumplir con estos requisitos haría que tal vez no valga la pena jugar a una figura ganadora que no esté respaldada por un amplio frente. De la misma manera que está en duda que sirva votar candidatos que hoy pueden inspirar confianza pero no se sabe qué harán luego, como ocurrió con buena parte de los legisladores llevados Congreso en 2015 por el FpV.

En el caso de Neuquén, la única interpretación posible de los dichos de Cristina es la necesidad de conformar el frente más amplio posible.

Darío Martínez fue en buena medida una excepción entre sus pares, porque ejerció una oposición consecuente con la fuerza que lo llevó a su banca y eso inspira confianza para que los ciudadanos le renueven el crédito por otro período.

Pero la pregunta que el espacio del FpV se debe hacer en Neuquén es si se ha trabajado lo suficiente en el acuerdo programático que es necesario llevar adelante, o solamente se ha hablado de la adhesión o el rechazo a determinadas figuras, por más legítimas que sean estas ante los ojos de los electores.

¿Dónde está, en esta provincia, el amplio frente que propone Cristina y parece demandar la etapa?

Esta preocupación vale tanto para quienes desde el justicialismo y otras fuerzas que componen el FpV se han apresurado a trazar una línea, como desde el lado de Ramón Rioseco y su polémica decisión de marchar sólo a los comicios.

Si se acepta el planteo de Cristina, el esfuerzo que demanda la etapa es poner los intereses de la gente por encima de lo estrictamente electoral y la unidad de la mayoría por arriba de los circunstanciales intereses de los dirigentes. No es tanto pedir porque es mucho lo que se puede perder.