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Como suele ocurrir cada vez que están en juego los intereses de esa suerte de partido-Estado que es el MPN, quienes lo integran deponen pujas sectoriales para encarar el desafío en unidad, única forma de conservar e incrementar el acervo común.
Es el caso de las elecciones de este año, las legislativas y las municipales de Neuquén capital, ante las cuales los distintos sectores del partido están planteando la necesidad de una “lista de unidad”.
Hay que decirlo, a pesar de las muchas críticas que merece, este partido provincial enquistado en el poder desde hace más de medio siglo, ejercita puntualmente los mecanismos que hacen a la vida interna de una fuerza política.
A diferencia de otras fuerzas que lo critican sin mayor piedad, el MPN funciona efectivamente como partido, contiene distintas expresiones partidarias, celebra elecciones internas y mantiene un aceptable equilibrio entre la mayoría y las minorías que lo integran durante el ejercicio del poder.
Es verdad, que algunos de estos mecanismos son frecuentemente remedos de democracia interna, porque en el partido se siguen ejerciendo fuertes liderazgos que no admiten cortapisas. Pero no es menos certero también que, en lo que a diferencias partidarias se refiere, quienes conducen viven y dejan vivir, conscientes de que eliminar del todo las contradicciones internas es a la postre un revulsivo.
Precisamente la unidad que ahora se está buscando para superar con éxito la prueba de las elecciones de este año, tiene de los dos componentes mencionados: voluntad común de vida interna, y fuerte presión de los liderazgos vigentes.
Este año Neuquén renueva tres bancas en la Cámara de Diputados, dos de las cuales pertenecen al MPN -sus titulares son “Toti” Villar y Adrián San Martín- y la restante al Frente para la Victoria -la ejerce Darío Martínez- y los estrategas del partido provincial creen, o quieren creer, que están frente a “una buena oportunidad” para conservar los dos escaños propios que cesan.
En el Deliberante de Neuquén capital, en cambio, se renuevan 9 bancas, de las cuales el oficialismo y aliados pierden tres, dos NCN y una la CC-Ari. Allí la expectativa emepenista es, como siempre, mejorar la performance de cara a una posible recuperación de la ciudad.
En lo que se refiere a las legislativas, a tenerse por los cálculos que hacen en el MPN, la oposición está bastante fragmentada, algo que según dicen los beneficia. Sostienen que el espacio del PJ-FpV, tiene dos candidatos visibles, Darío Martínez y Ramón Rioseco -si es que no hay más- y no parece claro que se vayan a ‘bajar’ ninguno de los dos, lo que anunciaría una magra cosecha para el sector.
Siempre según esa óptica, Cambiemos también tiene varios aspirantes, entre ellos David Schlereth y Marcelo Bermúdez a la diputación. Y se habla del subsecretario de Obras Públicas del municipio, Guillermo Monzani, para encabezar la lista de concejales.
A Bermúdez le interesa en realidad la intendencia, pero todo indica que está dispuesto a usar la diputación como escalón, porque siente que a pesar del ser un Pro de la primera hora se ha quedado con las manos vacías, mientras otros que llegaron después o pusieron menos disfrutan del poder.
Según los emepenistas, no se sabe a ciencia cierta a quién apoyará Quiroga, el verdadero hombre fuerte de Cambiemos en Neuquén, si es que decide apoyar a alguien.
Por lo pronto, Bermúdez se queja por lo bajo de que “Pechi” no lo ayuda y el líder de Nuevo Compromiso Neuquino ha dicho a sus íntimos -y éstos lo han hecho trascender- que la última vez que apoyó públicamente a alguien fue a Martín Farizano, que luego de ganar lo olvidó.
Los estrategas emepenistas evalúan que también será candidato Jesús Escobar, de Libres del Sur, y coligen que eso aportará su cuota para dividir no ya por tres -como le gusta generalmente al partido provincial que ocurra- sino al menos por cuatro. Una ganga.
Claro que, cuando se trata de dar el primer paso, muy cerca del gobernador Omar Gutiérrez dicen que la iniciativa la tienen “los oficialismos”, que tanto en el ámbito legislativo como en el municipal ejerce la alianza Cambiemos.
Los que acceden al gobernador sostienen que éste considera que tanto Macri a nivel nacional, como Quiroga en el ámbito municipal necesitan asegurarse “la gobernabilidad” y precisamente por eso van a elegir como candidatos a pesos pesados.
Mientras ellos no jueguen, nosotros no vamos a mostrar las cartas, aclaran en las alturas del gobierno neuquino.
Una muestra elocuente de la voluntad unitaria del MPN la proporcionó el vice Rolando Figueroa, quien se avino rápidamente a recibir al senador gremialista Guillermo Pereyra después de hacer crítica su muy polémica adenda al contrato de los trabajadores petroleros de yacimientos no convencionales.
Figueroa había dicho que el ajuste siempre se hace a los trabajadores y Pereyra lo trató inmediatamente de descalificar acusándolo de no saber nada del asunto.
Luego ambos se reunieron en la legislatura, fumaron la pipa de la paz y se sacaron una foto en la escalera mecánica.
Entre sus íntimos Figueroa dice que lo hizo por el partido, porque es un año electoral y debe contribuir a mantenerlo unido, y Pereyra dice entre los propios algo parecido.
En realidad el vice, quien se presenta como la “pata peronista” del gobierno, no pierde oportunidad de desmarcarse de su propia administración y, sobre todo, de las políticas del gobierno nacional.
Ahora, operadores cercanos a Figueroa dicen que, cuando dijo lo del convenio de los petroleros, en realidad criticaba al gobierno nacional, pero sus dichos fueron un tanto tergiversados. “No obstante, como está de acuerdo, se hizo cargo”, resumieron.
Quienes frecuentan al “Caballo” Pereyra, en tanto, admiten que no se encuentra en su mejor momento. Que aceptó el trago amargo del ajuste “porque no había alternativa”, y que, en lo que respecta a las elecciones de este año, se allanará a la lista de unidad.
También, que alguien “al más alto nivel” limó asperezas entre él y Sapag -quien sigue haciendo pesar su liderazgo desde las sombras- y que ambos están de acuerdo en que el partido debe marchar unido a las urnas.
¿Quiénes serán los candidatos?
En el partido insisten en que no mostrarán sus cartas hasta que juegue el macrismo, pero en los mentideros políticos ya se barajan varios nombres: el ministro de Gobierno y Justicia, Mariano Gaido; el subsecretario de Gobierno y Justicia Juan Pablo Prezzoli; el diputado provincial Claudio Domínguez, el subsecretario de Asuntos Públicos, Osvaldo Llancafilo, para poner algunos. Se verá.
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