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En su visita a Neuquén, Sergio Massa colmó las expectativas de los dirigentes del MPN y dejó contentos a los empresarios y gerentes de las multinacionales que operan en el sector petrolero. No fue para menos. El líder del Frente Renovador hizo anuncios que sonaron a música celestial a los oídos de unos y otros, que hoy por hoy se confunden en gustos e intereses.
Desde el MPN hicieron cola para saludar al flamante mandamás del gobierno nacional, desde el gran armador Jorge Sapag, pasando por el gobernador Omar Gutiérrez y hasta un Mariano Gaido exultante. “Sergio” más que un ministro es un amigo. Así parecen sentirlo todos ellos, y los anuncios que hizo en el Duam, ese templo pagano del businessneuquino, confirman hasta ahora lo que esperaban de él y más, hasta “se lo lleva” a Sapag de asesor.
Con el declarado propósito de impulsar la inversión en Vaca Muerta, “Sergio” aprobó la mayoría de las obras que piden las empresas (y la provincia, claro) como la ampliación del gasoducto a Bahía Blanca;el anunciode beneficios aduaneros para importar equipos yla reglamentación del decreto que establece un régimen cambiario diferencial para las empresas que incrementen su producción, lo que supone libre disponibilidad de divisas para ellos.
Hasta habló de “un blindaje jurídico que genere credibilidad con los países de la región, para que las productoras puedan firmar contratos de exportación de gas natural que no se puedan interrumpir. ¡Cómo no van a estar contentos!
Una de las (muchas) iniquidades que incluyó la reforma constitucional del ‘94 fue el traspaso del dominio de los recursos naturales y con ellos el petróleo y el gas a las provincias.
En un mundo donde el poder real son las grandes corporaciones multinacionales, el Estado de los países ricos trabaja en defensa de sus intereses, y el de los países dominados, también. Los primeros actúan en tándem con las empresas para acumular riqueza para sus naciones; los segundos cada vez más para entregar esa riqueza a los primeros.
Si el que administra es el Estado nacional el despojo es más difícil, de su lado están alineados todos los intereses del país y toda la capacidad científica, técnicas y administrativa. Si se trata de las provincias, como ha quedado demostrado por la experiencia de estos años, muchas veces terminan por prevalecer intereses cortoplacistas y subalternos, de manera que para las multinacionales todo se hace más fácil.
¿Le conviene al país lo que tiene tan contentos al gobierno neuquino y a las empresas? ¿Son realmente para celebrar algunos de los anuncios del ministro de Economía? En principio, Argentina se consolida cada vez más como mero productor de materias primas y energía. Exportador de soja para alimentar chanchos chinos; exportador de hidrocaburos sin alcanzar el abastecimiento interno ni el desarrollo económico; exportador de litio pero no de baterías.
Claro que en las actuales circunstancias para la coalición que gobierna no parece haber alternativa, es esto o el abismo porque el país fue quebrado por la acción concertada de Macri y el FMI. En este virtual jaque mate, la alternativas es Massa con sus buenas migas con el poder real y Estados Unidos, con la promesa implícita de contener a los sectores populares. Es eso o es la hecatombe y el camino allanado para un seguro triunfo de la derecha depredadora e incompetente.
Aún así, nada está escrito. Falta ver que a Massa le vaya medianamente bien, logre convencer a los poderosos para que haya un mínimo de reservas y logre bajar a inflación al menos por debajo de los 4 puntos mensuales. Nada demasiado pretencioso tampoco. ¿Hay espacio para eso? Se verá.
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