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Panorama Político
02/04/2022

Sobre internas y unidades

Sobre internas y unidades | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

A pesar de las reiteradas promesas, una vez más los referentes de las principales líneas internas del PJ se pusieron de acuerdo para evitar la interna. En el MPN la posibilidad de que Figueroa vaya por fuera no le quita el sueño a los “azules”, que apuestan fuerte a Marcos Koopmann y no parecen tener plan B.

Héctor Mauriño

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Si para la UCR el gobierno es un mal rato entre dos elecciones, pareciera que para el PJ neuquino una interna es un mal rato entre dos listas de unidad. Aunque no fue ninguna sorpresa, el prematuro desenlace de la competencia por la conducción del partido que debía tener lugar el próximo 24, así parece confirmarlo.

A pesar de las reiteradas promesas de que esta vez serían los afiliados y no los dirigentes los que decidirían el destino del partido, una vez más los referentes de las principales líneas internas se pusieron de acuerdo para no consultar a las bases, como ocurrió en el 2018 y en la última puja por las candidaturas a diputados nacionales.

Como ya es uso y costumbre, Darío Martínez y Oscar Parrilli fumaron la pipa de la paz y acordaron esta “lista de unidad” que mantiene al secretario de Energía en la conducción partidaria, derrama algunos cargos sobre la familia Parrilli y sus allegados, y otros tantos entre Javier Bertoldi y Marcelo Zúñiga. Santas Pascuas, acá no ha pasado nada y el PJ duerme en paz.

En este contexto que se reitera vuelta a vuelta, es inevitable pensar que al PJ neuquino no le interesa demasiado la opinión de los afiliados. Más aún, a tenerse por algunas denuncias que dan cuenta de afiliaciones que se extravían en cierto laberinto burocrático, habría que concluir que a este PJ cada vez le interesan menos los propios afiliados.

Tampoco hay tal “unidad”. Habrá una lista pactada en las alturas, pero lo de unidad suena hueco porque todo el mundo sabe que si bien hay lucha por el aparato los proyectos son diferentes y no existe ninguna síntesis al alcance de la mano, como que el debate no llega a los interesados.

Sin vida interna en serio y con escasa participación, ¿de dónde sacar fuerzas para alcanzar objetivos transformadores? ¿Se habrá resignado el PJ neuquino, después de tantos años, a que el MPN le haya robado su vocación de poder? ¿Estará cómodo así?

Mientras, en el MPN la interna parece inevitable. Aunque la puja principal será entre los “azules” oficialistas y la lista Violeta de Figueroa, también Pereyra será de la partida con su Azul y Blanca. Por todo lo que trasciende, el Rolo se ha ofrecido como prenda de unidad para una lista única, quiere ser gobernador y lo demás… lo demás se puede conversar.

Pero hay casi nulas posibilidades de que vaya a haber tal unidad antes de las internas. Más bien, el oficialismo azul apunta a lo contrario. Y no sólo porque desconfía, también porque el MPN es un partido de poder y a diferencia de otras fuerzas hace de las internas un mecanismo de participación de las bases que a la larga asegura su subsistencia.

Es cierto que la superestructura del partido decide el rumbo (y casi todo lo demás), y es cierto también que el aparato pesa, pero la gente puede opinar o al menos cree que lo hace y eso se ha convertido en un reaseguro para la supervivencia del partido.

Así las cosas, habrá ganadores y perdedores y la pregunta surge espontánea: cuando eso suceda, ¿se mantendrá la cohesión? El riesgo existe, pero por lo pronto, desde su liderazgo hasta ahora indiscutido, Sapag se ha tomado el trabajo de aclarar a cada uno que se respetará el resultado cualquiera sea, siempre dentro de las estructuras del partido.

Tantas prevenciones no están de más, porque de un tiempo a esta parte arrecian las versiones sobre supuestos acuerdos de Figueroa para ir por afuera. En realidad esto suena un tanto ingenuo: nadie está esperando al “Rolo” para ofrecerle la candidatura; no importa dónde vaya a tocar la puerta, lo mandarán a la cola.

El tema tampoco le quita el sueño a los “azules. Entre sus dirigentes hay una apuesta fuerte a Marcos Koopmann y cuando se los escucha no parece que vaya a haber plan B. Ni Sapag de candidato, ni mucho menos un eventual respaldo por abajo de la mesa a Figueroa.

El cónclave del próximo 30 en El Chocón, servirá para despejar toda duda, respaldo total al vice, fundamental para que se encolumne la tropa y funcione el (temible) aparato electoral emepenista.

Con todo, el sector “azul” no deja de observar que Figueroa tiene de momento un perfil más político que Koopmann, un hombre inteligente y ejecutivo, pero sobre todo un técnico en temas de economía. No obstante ,el oficialismo gobernante razona que en lugar de perjudicar esa condición puede resultar beneficiosa, “lo que está ocurriendo en el país muestra que, justamente, los jóvenes tienden a desconfiar de los políticos de carrera”, se entusiasman.

El otro problema es la capacidad de los candidatos para encarnar lo nuevo. En un partido hegemónico como el MPN, que gobierna desde hace 60 años, frecuentemente los cambios se producen desde adentro y no desde las fuerzas de la oposición.

Así ocurrió en el ‘91, cuando Sobisch encarnó cambios que le permitieron presentarse como lo nuevo. Su caballito de batalla fue entonces el sistema de representación proporcional D’Hondt, que venía a terminar con el modelo de mayoría y minoría en la Cámara, visto como garantía de la gobernabilidad.

¿Puede Marcos Koopmann encarnar lo nuevo aunque pertenezca al riñón oficialista?

Está por verse, pero quedan varios meses hasta octubre o noviembre, las fechas más probables para que se convoque la interna. La batalla recién comienza.

¿Qué más? Sí, que Gutiérrez iría por la reelección como presidente del partido y que hasta es posible que Sapag lo acompañe en algún cargo.

29/07/2016

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