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Pablo Gutiérrez Colantuono, el flamante titular del Copade -histórico organismo de Neuquén cuyo nombre oficial es “secretaría de Desarrollo y Planificación”-, trazó como objetivo de su gestión “el desarrollo y la planificación de la provincia”, lo cual implica procurar “la máxima calidad posible de vida de los neuquinos y las neuquinas, no solamente en presente sino en futuro, a partir de lo que ha sucedido en nuestro pasado”.
Describió al proceso como “un recorrido continuo que va mucho más allá del principalísimo actor que es Vaca Muerta”, y precisó que la secretaría a su cargo “es un organismo por excelencia de escucha, de mirar, de observar, de repreguntarse continuamente”, e incluso preguntarse “qué podemos aportarle a toda la historia del propio Copade, a su producción, a como ha ayudado a construir una matriz de desarrollo, productiva, en la provincia del Neuquén”.
Militante político y además académico dedicado a la docencia y la investigación en universidades latinoamericanas, Gutiérrez Colantuono dijo en esta entrevista que el citado organismo “tiene un rol importante en el seguimiento, la ejecución, y el desarrollo y concreción, junto con otras áreas del gobierno”, del Plan Quinquenal impulsado por el gobernador Omar Gutiérrez.
-¿Cómo surge la decisión de que usted esté al frente del Copade?
-Es una decisión del gobernador Omar Gutiérrez porque estimo que el perfil que emerge de mis antecedentes y de mis trayectos, ya sean sociales, institucionales, políticos y académicos, cree que puedo llegar aportar algunas miradas a un organismo, que es un organismo fundante en el desarrollo, la estrategia y la planificación en nuestra provincia. El Copade es un organismo constitucional, está previsto en la Constitución y creo que es uno de esos organismos que ha sembrado legitimidad, consensos sociales, así como lo ha puesto otro organismo público que es la Universidad Nacional del Comahue, que es muy respetada por nuestra sociedad por sus producciones, sus aportes, sus científicos, sus técnicos. Con el Copade pasa algo parecido. Lo primero que uno se pregunta es, qué impacto genera en mí el Copade, que tiene una vasta trayectoria, y no digo como organismo, sino de todos sus técnicos, sus profesionales, todos los que han pensado desde siempre y han planificado desde el Copade. Entonces, ahí en mi caso tengo que estar bien abierto, bien atento, bien permeable, tener una actitud de apertura al máximo posible para absorber todo esos trayectos, sabiendo que uno es un pequeño eslabón en todo este recorrido que tiene el Copade. Y ver también qué creemos que podemos aportarle a toda la historia del propio Copade, a ese trabajo del Copade, a su producción, a cómo ha ayudado a construir una matriz de desarrollo, productiva, en la provincia del Neuquén. En el caso mío vengo de una importante construcción social y política institucional, no es que nazco hoy al mundo del aspecto público. Soy profesor en las universidades y eso me ha forjado y formado un perfil determinado, junto con las investigaciones, y también he trabajado y trabajo en muchos ámbitos sociales donde hemos construido, con un montón de personas, miradas en común que van a estar presente en el Copade.
-Usted habla de participación, de escuchar de forma permanente…
-Así es, a través de lo que llamamos la acción participada, o participativa. Hay mecanismos donde claramente desde la ciudadanía impactamos a los gobiernos, y los gobiernos se dejan impactar. Esos mecanismos después se transforman en metodologías de trabajo y me parece que el Copade es un organismo por excelencia de escucha, de mirar, de observar, de resignificar, de repreguntarse continuamente, de deconstruir lo que viene dado para repensar. El Copade, que es un organismo principalmente desde la ciencia, desde la tecnología, desde la innovación, se piensa en un contexto, es un contexto atemporal y temporal, generacional y transgeneracional también. Local, regional, latinoamericano y global. Todo esto influye en saber contextualizar correctamente las herramientas que representan la ciencia, la tecnología y la innovación. Ahí no solamente es el mundo del saber y el conocimiento, a mí me interesa también aportar la mirada del mundo del hacer. El mundo del saber es insuficiente sin el mundo de la realización, del trabajo diario, del hacer por parte de las construcciones individuales, sociales, colectivas, que mucho han aportado a aquello que hoy llamamos Neuquén. Ahí me parece que hay que encontrar un punto de intersección y si ya existe, ampliarlo, reforzarlo, pero para mí es importante. Así como es importante que la ciencia, la tecnología y la innovación tengan una transferencia hacia la sociedad e impacten, también es muy importante que el conocimiento deje ser impactado por los trayectos, por el mundo del hacer. El hacer y el conocer en una intersección, me parece que construyen nuevas y mejores políticas públicas que van a ser más legitimadas todavía. Ese me parece que es un punto que podemos llegar a poner sobre la mesa para intercambiar, para ver cuáles son las opiniones del mundo del hacer.
-¿El Copade debería pensar y trabajar en el cambio de la matriz productiva provincial, para no depender solo de Vaca Muerta?
-Así es. Es mucho más que Vaca Muerta. Es la planificación y el desarrollo general de una provincia. El desarrollo y la planificación de la máxima calidad posible de vida de los neuquinos y las neuquinas, no solamente en presente sino en futuro, a partir de lo que ha sucedido en nuestro pasado. Es un recorrido continuo y vamos mucho más allá del principalísimo actor que es Vaca Muerta en el impulso de desarrollo de Neuquén, y no solo de Neuquén, sino de la Argentina y yo me animo a decir de Latinoamérica también. Siempre contextualizamos sobre Latinoamérica. Pero de esto no hay que investigar mucho, ya hay mucho escrito, esto está escrito en un plan quinquenal que presentó el gobernador Omar Gutiérrez, el que fue explicado, fue construido, y el Copade tiene un rol importante en el seguimiento, la ejecución y el desarrollo y concreción, junto con otras áreas del gobierno, de ese plan quinquenal. Ese plan quinquenal es como un eje principalísimo de todas las áreas del gobierno, y ha de serlo también del Copade.
-¿Cómo imagina la relación con los municipios, con las comisiones de fomento?
-Las imagino como hasta donde se vienen sucediendo, y habrá que seguir ese camino, ampliando y profundizándolo. Para mí, el tema de las comisiones de fomento y los municipios es un trabajo de ida y vuelta, no es aquello que el Copade le da y planifica desde el Copade, sino que tiene para impactar la realidad de esos municipios, de esas comisiones, de los barrios, qué tienen para impactar en el propio Copade. Es decir, la transferencia de la vida territorial, del anclaje territorial de los municipios, de las comisiones de fomento, llevadas hacia el Copade, y que el Copade lea y relea esos impactos y luego el Copade a su vez apoye y fomente las diversas políticas públicas. Es decir que es de ida y vuelta, se nutre recíprocamente, es de reciproca influencia, es al menos de doble vía.
-Claro porque si arma desde Neuquén sin pensar desde el lugar, puede no funcionar…
-Eso sería sin escuchar, sin pensarlo desde ahí con ellos y con ellas para hacer una co-construcción. Por eso es muy importante el anclaje territorial. El Copade siempre lo ha tenido. Habrá que fomentarlo fuertemente, darle otro nivel quizás, repensarlo. Se viene trabajando muy bien desde el Copade y habrá que fortalecerlo. Habrá que resignificar algunas políticas públicas desde el Copade, ver qué se puede articular, dialogar. Me parece que todo siempre es mejorable porque si no es estanco y esto es dinámico. Y el conocimiento, igual que el hacer, es un conocimiento dinámico, abierto, plural, anclado territorialmente, contextualizado más allá del Neuquén por más que sea para el Neuquén. Me parece que hay que tener todas estas miradas, que son miradas propias de escenarios más abiertos, más dinámicos, para lo cual tenemos que estar todos preparados a los altos niveles de tolerancia, de intercambio. Todas las opiniones son bienvenidas siempre y cuando partan de algunos mínimos que nos hemos dado como sociedad.
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