Entrevistas
29/09/2019

Daiana Neri

"No puede haber un Estado feminista"

"No puede haber un Estado feminista" | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

La docente e investigadora de la UNC, una de las autoras del informe “La Autonomía de las mujeres en Río Negro: un diagnóstico del período 2015-2019”, sostuvo que en esa provincia "las políticas públicas o están vaciadas de presupuesto" o "están pero son insuficientes".

Laura D' Amico

La politóloga, docente e investigadora de la Universidad Nacional del Comahue y de la Universidad Nacional de Río Negro Daiana Neri, afirmó que "el Estado como herramienta de dominación social es capitalista y es patriarcal" mientras que el feminismo propone una sociedad igualitaria. "Por eso no puede haber un Estado feminista", explicó, y sostuvo que "al Estado también hay que batallarlo porque es la gran herramienta de reproducción de la desigualdad". 

Neri, que además es miembro de la campaña Nacional por el Aborto Legal e integra la colectiva feminista La inapropiada, de Fiske Menuco (Roca), dijo a Va Con Firma que los femicidios son "la expresión más extrema de la desigualdad" de género y son una "reacción" a una revolución que se empieza a dar.

Autora junto a Susana Yappert del tercer informe de género del Centro de Estudios Patagonia, titulado "La Autonomía de las mujeres en Río Negro: un diagnóstico del período 2015-2019”,  sostuvo que el Consejo Provincial de las Mujeres en esa provincia fue perdiendo presupuesto año a año durante el gobierno de Mauricio Macri y advirtió que además se subejecutaron las partidas destinadas a combatir las desigualdades de género. 

Agregó que en Río Negro "las políticas públicas o están vaciadas de presupuesto" o "están pero son insuficientes" y señaló que hay una "fragmentación" geográfica muy grande en relación al desempeño del Estado en la provincia. 

-En el informe señalan que "durante la gestión del gobierno de Cambiemos, las políticas públicas nacionales con perspectiva de género han sufrido un ajuste y vaciamiento" y advierten que algo similar ocurre en Río Negro, ¿a qué se refieren?

-Nosotras analizamos, siempre que tuvimos acceso a la información, es  qué había pasado con los presupuestos en relación a las políticas de género. Encontramos que en la provincia de Río Negro está el Consejo Provincial de las Mujeres que, si bien se le asigna un presupuesto, en general lo que pasó fue que todos los años fue perdiendo en relación a la inflación y además lo ajustan, le quitan presupuesto porque derivan esos fondos hacia otras áreas. Además subejecutaron todos los últimos años el poco presupuesto que quedaba. Eso también pasaba en otros programas específicos que hay como son la institucionalización de la Perspectiva de Género, que es un programa que  está dentro de Desarrollo Social y al que se le quitaba toda la partida. Hay otro programa de Erradicación de la violencia y pasaba lo mismo. En ese sentido el rol del Consejo Provincial de la Mujer en Río Negro está sumamente cuestionado. Su rol no lo podemos observar en el territorio, no hay presencia.

Después intentamos mirar algunos indicadores de autonomía como lo hace la Cepal e intentamos recopilar datos. También es difícil porque hay una falta de registro muy grande en relación a la desigualdad de género en todos los planos.

-¿Cuáles son las principales desigualdades de género que encontraron?

-Lo que más vemos es que las desigualdades de género en general se reproducen en Río Negro muy fuertemente en las desigualdades regionales, territoriales. Rio Negro es una provincia que tiene regiones muy marcadas. Por ejemplo, en relación al embarazo en la adolescencia, Río Negro se ubica entre las 4 o 5 provincias que tienen un embarazo adolescente más bajo. Pero cuando mirás los indicadores regionales, tenemos zonas donde el embarazo adolescente es tan alto como en las provincias que tienen peores indicadores. Eso nos preocupa un montón. Otra cuestión es lo que tiene que ver con los indicadores de autonomía económica y desocupación. En las mujeres más jóvenes hay una desigualdad mayor. Entonces ser mujer, joven, en Río Negro y vivir en algunas regiones como Valle Medio  y la Línea sur implica tener una brecha mucho más grande con los varones que en otros lugares.

-¿Qué pasa con la legislación en materia de derechos de las mujeres en la provincia?

-Río Negro es una provincia que tiene leyes muy de avanzada en relación a los derechos sexual y reproductivo. Hay ley sobre ILE (interrupción legal del embarazo), se ha avanzado un montón en los últimos años. El Estado empezó a registrar las ILE a partir de 2007, cosa que no pasa en todos los lugares, pero sigue habiendo mucho sub registro. Lo que vimos en los datos de 2017 y 2018 -porque de 2019 todavía no conseguimos- es que el 60% de las demandas de aborto seguro, que incluye las ILE y también los que hacen las socorristas, son cubiertos hoy por la sociedad civil. Ese dato nos sirve para pensar qué pasa en el resto de las provincias, más allá que en Río Negro aún hay cosas por mejorar. No es casual que haya pasado acá lo de (Leandro) Rodríguez Lastra (N. de la R: ginecólogo condenado en Cipolletti por incumplir sus deberes de funcionario público al obstruir una ILE). Esas cuestiones que nos pasan acá poco tienen que ver con el avance que ha habido. Sigue siendo una provincia muy inequitativa, sobre todo por las barreras territoriales que hay, que refuerzan todas aquellas desigualdades que existen y son transversales a todas las provincias.

-Río Negro cuenta con amplia legislación que no se traduce en políticas públicas activas.

-Exactamente. Las políticas públicas o están vaciadas de presupuesto, que es lo que nosotras analizamos en el informe, o están pero son insuficientes. O son muy buenas en algunas ciudades y en otras hay una ausencia total. Hay una fragmentación muy grande en relación al desempeño del Estado. Vos hablás con alguien de Bariloche y te dice una cosa, con alguien del Valle medio y te dice otra, o con alguien de Roca y te dice algo diferente. Eso afecta muchísimo el acceso a derechos en toda la provincia. Hay una desigualdad que se refuerza por esa falta de homogeneidad en la forma en que se implementan esas políticas públicas.

 -La antropóloga feminista Rita Segato sostiene que es el movimiento en las calles de la llamada "marea verde" lo que está generando una "politicidad nueva" contra una "politicidad de Estado". ¿Está de acuerdo con esa postura?

-Creo que lo que ella dice no significa que hay que abandonar el reclamo al Estado sino que hay que construir más en la sociedad civil. Pero creo que no podemos descuidar al Estado porque en realidad tiene mucho poder en reforzar la desigualdad y hace que la lucha al patriarcado sea más difícil. El Estado permite de alguna manera, con su obligatoriedad, llegar a poner un llamado de atención en lugares que a veces es muy difícil como sociedad civil. Pienso en la importancia de la ESI (Educación Sexual Integral), que es una herramienta fundamental y creo que hay que luchar mucho por una implementación real. Y esa implementación real si no se la peleamos al Estado es difícil conseguirla, en un espacio donde el Estado todavía es hegemónico, que es la educación.

Esta revolución es una revolución cultural que no está en transformar al Estado sino en transformar a la sociedad. Pero creo que parte de esa lucha esta en demandarle al Estado un montón de cosas que son absolutamente necesarias para esta batalla cultural. Pienso en el cambio que significó la Ley de Identidad de Género en su momento. Ese tipo de leyes son pequeñas batallas ganadas al Estado que terminan siendo muy pedagógicas para toda la sociedad más allá de lo que después cuesta implementarlas, porque el Estado vota estas leyes pero después implementar estas políticas públicas es ir un poco contra sí mismo. 

No existe un Estado feminista, esa es la verdad. No vamos a transformar al Estado a que sea feminista porque eso es una contradicción en sí misma. El Estado es machista, es capitalista. Creo que la batalla hacia una sociedad más igualitaria hay que darla en la sociedad civil, reforzando los lazos afectivos, la horizontalidad, todo aquello que no está adentro del Estado. Pero al Estado también hay que batallarlo porque, si no, no vamos a poder conseguir un montón de cosas que son absolutamente necesarias, como la legalización del aborto, por ejemplo.

-¿Por qué no se puede pensar en un Estado feminista?

-Porque el Estado es capitalista y machista. El Estado es una herramienta de dominación social.  Es contradictorio en relación a lo que implica una sociedad feminista, que es igualitaria per se. Por eso no puede haber un Estado feminista. El feminismo no implica una lucha de las mujeres para que dominen a los varones, sino que lucha por una sociedad más igualitaria para todes. Por eso Segato dice que la revolución que tenemos que hacer es una revolución social, que  a la vez no se consigue si no batallas al Estado porque es la gran herramienta de reproducción de la desigualdad. Yo soy politóloga y tiendo a mirar mucho qué hace el Estado. Y el Estado es verticalista. El mundo feminista es un mundo igualitario, de horizontalidad, donde las jerarquías no existen, existe la palabra y todas las palabras son iguales. 

-¿Los femicidios serían el punto más alto de estas desigualdades a las que hizo referencia?

-Para mí es el acto más descarnado de lo que es la sociedad desigual para con las mujeres. Me gusta mucho lo que dice Segato en relación a este tema, y es que son actos que tienen como víctimas algunos cuerpos pero son aleccionadores para una audiencia a la que buscan quebrar moralmente. Busca asustar, amedrentar y eso es lo más terrible. 

A mí me llamó mucho la atención cuando fue el femicidio de Cielo (N. de la R: en referencia a Laura López, ocurrido en Plottier), que fue terrible, que en esos días había mucha movilización, no en las calles sino un clima de movilización. El feminismo es eso: te mueve las fibras, te deja pensando. La deconstrucción tiene que ver con eso. El grado de coincidencia me llama la atención y creo que son reacciones. Frente a una gran movilización de la sociedad en torno a este tema, que empieza a ir tirando algunos ladrillos, suceden estos actos cada vez más. Hay sectores que reaccionan a esto, hombres que reaccionan a este cambio. También es verdad que antes no se visibilizaban y ahora los podemos contar como son. Antes eran crímenes pasionales. No conozco un estudio, quizá existe, si tenemos un tema de aumento o es que había mucho sub registro y ahora hay registro de los femicidios. Eso es una gran duda personal que tengo. Pero para mí es parte de una reacción de cuando una revolución se empieza a dar.

-¿Qué opina de la iniciativa del Frente de Todos hay para crear un Ministerio de las Mujeres, Diversidades y Disidencias?

-Siempre que el Estado le dé mayor rango dentro de lo que son sus estructuras al tema, siempre es mejor. Obviamente después hay que ver qué hace ese ministerio, pero en principio es muy positivo. Necesitamos que estos temas no sean temas, sean políticas de Estado.  Y la responsabilidad del Estado crece en la medida que tiene áreas más grandes abocadas a eso. En muchos lugares del mundo lo que se hace es generar un Plan Estratégico contra la desigualdad de los géneros y creo que ese tipo de cosas están buenas porque implican observar estas desigualdades en lo micro e ir rastreando dónde hay que fortalecer más sobre algunos temas y en otros no tanto.

29/07/2016

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