Entrevistas
23/09/2019

Mercedes Marcó del Pont

“No descarto nuevas tensiones en materia cambiaria”

“No descarto nuevas tensiones en materia cambiaria” | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

La ex presidenta del Banco Central consideró que de acuerdo a lo que ocurra con “la conducta de los ahorristas en pesos” puede haber otra crisis cambiaria. Indicó que le ve “escasa viabilidad para su tratamiento” al proyecto de ‘reperfilamiento’ de la deuda que el gobierno envió al Congreso. “Nuestra economía pide a gritos una reducción sensible de la tasa de interés”, remarcó.

Diego Colao

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Mercedes Marcó del Pont, economista y ex presidenta del Banco Central durante el gobierno de Cristina Kirchner analizó las medidas de control de cambios realizada por la entidad monetaria y sostuvo que “llegan muy tardíamente”, porque si se hubiera hecho antes “no se hubiera llegado a esta situación crítica de endeudamiento, de subordinación al fondo monetario y de sucesivas crisis cambiarias que sufrió la Argentina”.

La titular de la Fundación FIDE indicó que no descarta “que haya nuevas tensiones en materia  cambiaria” y esto depende de “la conducta de los ahorristas en pesos” porque por más que “las tasas de interés en home banking sean muy muy altas, la pregunta es si van a mantenerse en el tiempo”. 

Sobre el proyecto de ‘reperfilamiento’ de la deuda que envió el gobierno al Congreso, Marcó del Pont opinó que le ve “escasa viabilidad para su tratamiento”, sobretodo porque “va más allá de lo que se dijo originalmente” y busca “darle al Ejecutivo la posibilidad de redefinir todas las condiciones del crédito”.

Para la economista, el Banco Central “ha dejado abierta una ventana muy amplia, que es la posibilidad de dolarización de ahorros de las personas físicas” hasta 10 mil dólares diarios; lo que genera que “si baja la tasa de interés, probablemente parte de los que son los depósitos en pesos en el sistema financiero optarán por dolarizarse”. 

“Mientras exista esa rendija va a ser muy difícil avanzar en una reducción sensible de la tasa de interés, algo que pide a gritos nuestra economía”, definió en este diálogo con Va Con Firma.

-¿Cómo analiza las últimas medidas del Central como el control de cambios, la ampliación de la base monetaria y la suba de la tasa de interés?

-Se impuso la urgencia del dato incontrastable de que la economía no está generando los dólares genuinos necesarios para financiar todos los frentes complicados que tiene, y entonces continuar financiando la fuga de capitales era una locura. En ese sentido, creo que le devuelve al Banco Central parte de la capacidad que había perdido cuando desreguló todo, para gobernar mejor el mercado de cambios, para garantizar la estabilización del mercado de cambios. Por un lado, una restricción de la demanda de atesoramiento pero también por la obligación de liquidar a los exportadores, que se les había liberado de esa necesidad. Dicho esto tengo que también reconocer que el control de cambios que ha implementado el gobierno es parcial y por lo tanto también ha sido parcial la capacidad del Banco Central para recuperar estas variables, porque ha dejado abierta una ventana muy amplia, que es la posibilidad de dolarización de ahorros de las personas físicas y hasta un límite de 10 mil dólares por mes, que es un límite muy generoso. Y si uno mira los números oficiales, lo que se advierte es que el grueso de la compra de dólares de atesoramiento ha sido hasta ese nivel de 10 mil dólares por mes. Ahí hay una fuente de eventual presión si no se lo regula adicionalmente. Y eso lleva a la otra pregunta. Qué pasa con las tasas de interés, por qué el Banco Central no ha podido bajar las tasas de interés y seguimos con niveles muy altos que hacen imposible cualquier actividad productiva. Y es porque si baja la tasa de interés, justamente por tener abierta esa ventana de la fuga doméstica de los particulares, probablemente parte de los que son los depósitos en pesos en el sistema financiero optarán por dolarizarse. Esa es la encerrona en que sigue metido el Banco Central y la política monetaria y cambiaria, y que mientras exista esa rendija va a ser muy difícil avanzar en una reducción sensible de la tasa de interés, algo que pide a gritos nuestra economía. Porque la situación ya es insostenible, no solamente del crédito sino también del costo cuasi fiscal que paga el Banco Central como también lo que paga el rendimiento de los títulos que coloca el Tesoro. Este tema de las tasas de interés es muy sensible, pero es difícil discutirlo en un contexto de apertura y desregulación del mercado de cambios.

-Mencionó las crisis cambiarias, ¿Cree que está controlada la situación económica o puede haber más crisis antes de que asuma el próximo gobierno?

-Por un lado se ha detenido y me parece saludable lo que es la sangría de depósitos en dólares; no advierto que haya ningún peligro con la posibilidad de los depositantes en dólares de acceder a esos ahorros. Donde sí abro un interrogante es cuál va a ser la conducta de los ahorristas en pesos, si se van a mantener en pesos. Por más que las tasas de interés en home banking sean muy muy altas, al 5% mensual en algunas entidades, la pregunta es si va a mantenerse en el tiempo. De no mantenerse, y si hay un desplazamiento, no descarto que haya nuevas tensiones en materia  cambiaria. Por eso es que recién hacía referencia a la necesidad de que se regule todavía más porque los dólares son hoy uno de los bienes más escasos y lo que pasa con el dólar tiene directa incidencia en el proceso inflacionario, en el costo de los alimentos, en lo que pasa con los niveles de pobreza y de hambre en nuestro país. Entonces si realmente queremos discutir la cuestión de la alimentación y del hambre en Argentina además de las emergencias que se impulsen para atender esta situación crítica, y bienvenidas sean, también hay que ver cómo se logra calmar la inflación y el precio de los alimentos; y esto tiene que ver mucho con el comportamiento del dólar, del tipo de cambio.

-¿Le preocupa la caída de reservas del Banco Central?

-Sí, me preocupa mucho. Sobre todo porque este gobierno ha venido endeudando a la Argentina y no ha quedado ni un tornillo de esos dólares de deuda en términos de mejora de la capacidad de pago. Toda esa deuda que tomó la Argentina ha sido para financiar la fuga de capitales y eso ha producido una caída recurrente en las reservas internacionales, superando los desembolsos extraordinarios que nos ha hecho el fondo monetario. Lo que pasa es que también esos dólares se están acabando, queda pendiente un desembolso de 5.400 millones que no sabemos cuándo llegará. Pero lo cierto es que con este default selectivo que impuso el gobierno, además de generar mucha incertidumbre y malestar en el mercado, pateó los problemas para el próximo gobierno y sobre todo para los primeros meses del próximo gobierno. Gran parte de la deuda que reprogramó forzadamente en pesos y en dólares, pero fundamentalmente en pesos, la pateó para los primeros meses del año que viene.

-¿Cómo ve el proyecto de ‘reperfilamiento’ de deuda que presento el gobierno en el Congreso?

- No era solamente un ‘reperfilamiento’ de plazos sino que como está planteado le habilitaría a una restructuración distinta. Y a nadie escapa que lo razonable hubiera sido que se planteara qué es lo que se quiere hacer con la deuda, cuáles son las condiciones que están planteando, que eso se testeara también con los acreedores y recién fuera al Congreso. Esta idea de que se le va a firmar un cheque en blanco para que hagan una reestructuración de una deuda que va a estar en cabeza del próximo gobierno fundamentalmente. Creo que capotan la capacidad soberana del próximo gobierno con un tema tan sensible como es este de la deuda con el sector privado.

-¿Cuál cree que es la intención del gobierno si tuviera el cheque en blanco? 

-No sé, porque tampoco dan demasiado los tiempos. No hay tiempos para armar una propuesta, chequearla. Uno se pregunta en qué medida quizá esto no fue un planteo del Fondo Monetario Internacional al gobierno argentino porque las condiciones que tendrían que cumplirse para que el fondo pudiera desembolsar el  vencimiento que se suponía que tenía que ser en septiembre, prácticamente ninguna de las condiciones se están dando; entonces me pregunto en qué medida esto no tiene que ver con una demanda del Fondo. Ahora nadie puede estar en contra, por ejemplo, de que se incorpore a la deuda con legislación nacional, la cláusula de acción colectiva que ya está implícita en los títulos con legislación extranjera. Pero acá se plantea algo retroactivo y uno se pregunta por qué cuando se emitieron esos títulos con legislación nacional no se incorporó la cláusula, porque lo cierto es que a fines de 2015 Argentina sacó una ley, la 20.207 donde hace suyo los principios de las Naciones Unidas para la reestructuración de deudas soberanas, y hay un punto que plantea la necesidad de incorporar cláusulas de acción colectiva. Eso se votó en el Congreso de la Nación en noviembre de 2015 y a la deuda que emitió con legislación nacional el gobierno de Macri no la puso, ahora a las apuradas dice vamos a incorporarla retroactivamente. Es un tema sensible, no sé si en medio de un proceso electoral lo más razonable es dar estas discusiones sobre todo estando tan cerca de un cambio de gobierno, que tendría que tener la capacidad para decidir en función de su propia estrategia y de su propio programa económico.

-¿Cómo estima que va ser la tarea del próximo gobierno y cuánto tiempo va a necesitar la economía para empezar a recuperarse?

-Queda una situación macroeconómica muy comprometida, una economía real muy comprometida, pero también el desfiladero es muy estrecho, fundamentalmente porque la insuficiencia de dólares es muy muy fuerte, el estrangulamiento externo es muy fuerte y el contexto internacional es muy adverso. No es como pasaba en la post convertibilidad donde había un mundo que crecía, buenos precios internacionales, una región a la que le iba bien. Ahora el viento de la economía mundial es de frente, entonces va a ser también más difícil el tema de obtener divisas para garantizar el funcionamiento de la economía. Por eso creo que vamos a tener que avanzar hacia un proceso de industrialización, de administración del comercio exterior, de sustitución de importaciones en el marco de una política industrial integral. También el Banco Central tiene que recuperar sus atribuciones que ha dejado inactivas para orientar las condiciones del crédito. Toda la plata que hoy tienen colocada en Leliq los bancos es una liquidez que puede perfectamente si hay medidas coherentes reorientarse al financiamiento productivo a otras tasas de interés. Hay mucha capacidad instalada ociosa en la industria, casi el 50% está ociosa y eso también abre la posibilidad que si se recupera la demanda, de las jubilaciones, de los trabajadores, el mercado interno, puede haber un sector productivo que responda aumentando la producción y no aumentando los precios. Es parte del famoso acuerdo social que es una prioridad, todos los actores sociales involucrados, los empresarios los sindicatos, los movimientos sociales, los gobernadores, que todos consensuen cuáles son las prioridades, sobre todo para los primeros meses de gobierno.

29/07/2016

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