Entrevistas
06/09/2019

Desarrollo urbano

"Neuquén está en un momento justo para pensar el futuro inminente"

"Neuquén está en un momento justo para pensar el futuro inminente" | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

De paso por la ciudad, el reconocido arquitecto radicado en Brasil Jorge Jáuregui, hizo un pre diagnóstico de la ciudad. Aseguró que Neuquén va hacia un proceso de "conurbación". Criticó la "poca calidad de los edificios altos", la escasez de espacios verdes y el transporte público. Asimismo, destacó que es una ciudad "densificable", que tiene "mucho potencial" y que "puede ser una ciudad bien agradable para vivir".

Laura D' Amico

El rosarino Jorge Mario Jáuregui, reconocido a nivel internacional por su trabajo de urbanización en las favelas de Brasil, país donde reside desde la década del ‘70, llegó a Neuquén para participar del foro “Derecho a la ciudad e informalidad urbana” que organiza la Facultad de Ciencias del Ambiente y la Salud de la Universidad Nacional del Comahue, y se realiza hoy desde las 9 en la Biblioteca de esa institución.  

En diálogo con Va Con Firma, dijo que "Neuquén tiene potencial" y que "está en un momento justo para pensar el futuro inminente", por lo que "si se toman las medidas adecuadas puede ser una ciudad bien agradable para vivir".

El arquitecto y urbanista de 71 años resaltó que el crecimiento que experimenta Neuquén puede compararse con las ciudades del Estado brasileño de San Pablo, "que son ciudades pujantes, productoras, con mucho potencial, mucha dinámica de crecimiento, pero sin cualidades" y remarcó que "hay que exigir calidad en los tres aspectos: urbanístico, arquitectónico y paisajístico de lo que se venga a construir de aquí para adelante".

Afirmó que hay que "disminuir los imaginarios negativos entre los diferentes sectores  sociales", generando "puntos de contacto" a través del trabajo. Además, sostuvo que se puede mejorar la arbolización y el sistema de transporte, y que el Estado debe crear un banco de tierras para facilitar el acceso al hábitat.

-Usted propone como modelo la construcción de ciudades que sean "densas, compactas y conectivas". Si bien no ha estudiado específicamente a la ciudad de Neuquén, ¿cómo la ve en relación a esos conceptos?

- Hice mi primer análisis a priori de lo que vi llegando desde el avión y de lo poquito que visitamos ayer, e hice mi pre-diagnóstico. La primera impresión es muy importante, es como cuando uno conoce a una persona. La ciudad es una persona social, digamos. Hice un listado que lo estoy montando, relacionando los problemas, el potencial, los desafíos y las soluciones.

En relación con los problemas, es bien evidente que hay una expansión permanente de los límites de la ciudad. En Neuquén y Río Negro ya hablamos de "conurbación", que demanda coordinación interinstitucional y convenios intermunicipales para poder manejarla. Otra cosa evidente son las periferias sin cualidades, que son un tema a encarar, para tornarlas lugares deseables de ser vividos. Otro problema es el transporte público ineficiente, y otro el problema de la vegetación urbana. Me llamaba la atención que llamen Parque Central a ese lugar donde no hay un árbol. ¿Qué parque es un parque sin árboles? Uno camina por las calles y ve esos palitos muy ralos... yo sé que hay un problema de clima, pero hay algunas pocas calles que tienen árboles. O sea, se puede. 

Otra cuestión es la poca calidad de los edificios altos. Hay que tener mucho cuidado porque esta ciudad está en proceso de crecimiento y 30 o 50 años adelante va a ser una selva de edificios. Entonces no se puede construir impunemente edificios altos. Hay que proteger la línea horizontal y si uno deja que los edificios se amontonen de cualquier manera el horizonte se ciega, se elimina. Lo que uno ve son edificios muy malos, edificios sin cualidades, banales. Creo que las autoridades tienen que exigir una responsabilidad urbana de quien va a construir en altura porque afecta el paisaje. Cambia la visión de la ciudad. 

Después me preocupa mucho cuando dicen "ciudad petrolera". Cuidado con la extracción de petróleo: tragedia anunciada. En Río está la Bahía de Guanabara. Uno mira y hay muchas plataformas de extracción y eso para mí es lo peor que puede haber porque siempre va a haber accidentes. Cuidado porque esa tecnología, esa desgracia que es el petróleo, genera contaminación. Yo entiendo que económicamente está tudu bem. Pero ambientalmente es lo opuesto. Hay que abrir el ojo.

-¿Cuál sería el potencial que tiene la ciudad?

-Neuquén tiene una buena escala, una relación alto-bajo buena, todavía. Siempre tomo como referencia de buen barrio a Palermo, de Buenos Aires, independientemente de la cuestión social, sólo lo urbano. Lo nuevo, alto. Lo viejo, bajo. La relación entre la vertical y la horizontal que construye ciudad es una buena relación, bien arbolizada, con espacios sociales bien calibrados, todas las placitas. El potencial de Neuquén es una ciudad densificable, tiene buena escala pero hay que exigir la calidad en los tres aspectos: urbanístico, arquitectónico y paisajístico de lo que se venga a construir de aquí para adelante. Y hay que eliminar la excesiva dependencia del automóvil. Aquí la gente se maneja en automóvil y no veo por qué. Hay que tener buen sistema de transporte público. Hay que invertir en eso, hay que encararlo. Ese sería un desafío.

-¿Qué otros desafíos podría señalar?

-Disminuir los imaginarios negativos entre los diferentes sectores sociales, entre los que están en las villas y los que están en la parte formal. ¿Cómo se disminuyen los imaginarios negativos, no tener miedo del otro? Construyendo puntos de contacto. Hay programas que construyen lazo social: valorizar el trabajo y articular programas de urbanización con generación de trabajo. Tienen que ir juntos, no pueden ser políticas separadas. Hay que compactar y reconectar las partes de la ciudad, o sea, no solo evitar que se continúe cambiando sino densificar, ir verticalizando. Otro desafío es equilibrar la relación masa verde, masa construida. En esta ciudad en particular esto es muy importante por el clima: mucho frío y mucho calor. Entonces la vegetación juega un papel bien importante. Hay que calificar las periferias. Esos lugares muy frágiles y pobrecitos en términos urbanísticos que no invitan a vivir en ellos o a visitarlos, hay que calificarlos. Diseño, equipamientos públicos de calidad, espacios públicos de calidad y todo lo que haga el Estado tiene que ser un ejemplo de diseño. No tiene que ser solo la función. Tiene que ser un potente generador de calidad arquitectónica y urbanística.  

-Habló también de soluciones para la ciudad, ¿cuáles serían?

-La solución tiene que ver con hacer los proyectos, o sea, construir las respuestas. Tener una elaboración cuidadosa de lo que se proyecte, sea urbano, espacio público, edifico o paisaje. Neuquén tiene potencial. Está en un momento justo para pensar el futuro inminente. Si se toman las medidas adecuadas puede ser una ciudad bien agradable para vivir.

-La población de Neuquén crece permanentemente y los candidatos a intendente hablan de gobernar "la ciudad del millón de habitantes". ¿Con qué herramientas cuentan desde el Estado para anticiparse a este crecimiento?

-Hay dos formas, o una conjugada. Hay que tener un plan urbanístico bien elaborado y actualizado, y proyectos específicos de escala urbana para ser materializados en el corto plazo.

-Los terrenos tienen costos altísimos que no se condicen con los salarios promedio de los habitantes. ¿Qué opciones se pueden pensar para este problema?

-En el sistema capitalista donde uno vive y convive es un problema en todos los países. Los europeos tienen mejor abordaje de eso. El Estado tiene que construir un banco de tierras, tiene que acopiarse de lo que va a necesitar la ciudad para el futuro. Cuando eso queda solamente en manos de la especulación inmobiliaria el resultado no puede ser bueno porque es aleatorio. Es algo a pensar, no hay fórmulas para eso. En nuestros países, en América latina, construir bancos de tierra es una cuestión muy difícil, jurídica, económica, de todos los lados en que se las aborde. Es una cuestión bien difícil pero necesaria.

- ¿Neuquén se puede comparar con alguna otra ciudad latinoamericana en relación al fuerte crecimiento que viene experimentando?

-Sí, se puede comparar con todas las ciudades del interior de Brasil, especialmente con las del Estado de San Pablo, que son ciudades pujantes, productoras, con mucho potencial, mucha dinámica de crecimiento, pero sin cualidades. O sea, son feas las ciudades. No hay una ciudad del interior de San Pablo que sea agradable para vivir.

-¿Neuquén es fea?

-No. Neuquén no es fea. Está bien cuidada la parte formal. Andando por aquí, por el centro, es agradable. A pesar de lo que dije, que son edificaciones sin cualidades arquitectónicas, en el conjunto pasa como aceptable. Aceptable caminar por la vereda, no mirar para arriba porque ahí uno ya ve cosas feas. En ese sentido todas las ciudades brasileras son feas. Aun los barrios más caros de Río son una desgracia arquitectónica y eso no es por falta de dinero, es por falta de cultura. La gente no exige calidad, compra cualquier cosa para vivir. Le ponen blindex, acero inoxidable y mármol y ya está, todo bien. Y no se gastó un centavo en pensar en la apariencia de eso, en la responsabilidad estética para con la ciudad. Eso es lo que yo critico, culturas poco cuidadosas de su patrimonio arquitectónico. Hay que buscar la forma de crear obras que califiquen la ciudad.

-El gobierno local va a trasladar el edificio de la municipalidad hacia el Oeste, a una zona más periférica. ¿Qué opina de estos proyectos que buscan descentralizar los edificios como forma de integración social?

-Yo miré bien el edificio de la municipalidad. En la parte alta para mí está bien. En la parte baja, donde hace ciudad, donde se conecta, está demasiado blindado. Es un búnker. Eso es el imaginario negativo que digo que hay que deconstruir. Si tienen miedo del ciudadano algo no funciona. ¿Cómo va a ser un edificio público cerrado, barricado por abajo? No puede ser. Tiene que ser permeable  para invitar a ir ahí, no para limitar. 

-¿Le parece que funciona el traslado de los edificios públicos como una forma de descentralizar el poder?

-Si es para generar nuevas centralidades sí. Si el edificio va a generar un nuevo centro de referencia para reconfigurar el entorno, para recalificarlo, sí. Hay que ver los problemas de conexión, de desplazamiento. Hay que analizar caso a caso.

29/07/2016

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