Hugo Yasky, diputado nacional de Unidad Ciudadana descartó “totalmente que el oficialismo pueda dar vuelta” el resultado de las PASO, aunque aclaró que el “compromiso” del Frente de Todos “es seguir trabajando para aumentar la diferencia”.

“El gobierno tendría que dedicar toda su energía y lo que todavía le quede de lucidez a tratar de garantizar que no haya un daño mayor para aquellos que han sufrido tanto estos cuatro años”, indicó en este diálogo con , y agregó que deben trabajar para “que no se descalabre más la economía, que no se siga especulando con el dólar, que no se siga profundizando la fuga de divisas”. 

Sobre la devaluación de la moneda luego de las elecciones, Yasky indicó que “el verdadero horror social se ve” al advertir el efecto “que tienen todos estos movimientos especulativos por los cuales un puñado de argentinos, muy pocos, se llenan los bolsillos especulando a costa del padecimiento del resto”.

El secretario general de la CTA de los trabajadores señaló que van a solicitar en la reunión del Consejo del Salario del 30 de agosto que el salario mínimo, vital y móvil “cubra el costo” de la canasta básica alimentaria, “una cifra cercana a los 32.000 pesos”; que se actualice sin cuotas; y que se habilite el funcionamiento de la comisión de empleo, para discutir “el gravísimo problema de los despidos que se siguen sucediendo sin interrupción”.

-¿Cuáles son las expectativas para la reunión del Concejo del Salario de esta semana y qué van a pedirle al gobierno?

-Se conoció que la canasta básica alimenticia está superando los 32.000 pesos y el salario mínimo vital y móvil está a más de 20.000 pesos de distancia de ese costo. Por lógica surge que el primer pedido va a ser que el salario cubra el costo de esa canasta básica, una cifra cercana a los 32.000 pesos. Por otro lado que el salario se actualice sin pasar por esas tres cuotas que hacen que se alarguen los plazos y termine de recuperar el valor adquisitivo después de 8, 10 o 12 meses. El acortamiento de los plazos tiene que ser una discusión central para que entre en vigencia efectivamente un salario cercano a la canasta básica. El tercer punto es reclamar que el Consejo del Salario quede funcionando de manera permanente para habilitar en ese funcionamiento a la comisión de empleo, que es la que tendría que estar discutiendo con la presencia de los empresarios, las centrales y el gobierno el gravísimo problema de los despidos que se siguen sucediendo sin interrupción.

-¿Cómo quedó la situación de los trabajadores luego de la devaluación posterior a las PASO? ¿Cree que las medidas que tomó el presidente tuvieron o van a tener algún efecto?

-Solamente con tener en cuenta que una caída del 10% del poder adquisitivo del salario significa un millón de pobres más en la Argentina y que hoy hay muchísimos jubilados y trabajadores que aun teniendo un ingreso asegurado o dos a veces, y que con ese salario no lleguen a estar por encima de la línea de la pobreza; está claro que esta devaluación y los efectos colaterales que ha generado principalmente la suba del dólar, la fuga de divisas como sigue ocurriendo en la Argentina, perjudica al sector asalariado. Los más pobres de la Argentina ahora son todavía más pobres que lo que eran antes de que esta crisis se iniciara y hay mucha gente de la clase media humilde, de la clase media baja, que lamentablemente no llega a fin de mes, no puede pagar las tarifas, ni que hablar los jubilados. Creo que el verdadero horror social se ve cuando uno advierte la repercusión que tienen todos estos movimientos especulativos por los cuales un puñado de argentinos, muy pocos, se llenan los bolsillos especulando a costa del padecimiento del resto.

-¿Lo sorprendió la amplia diferencia de la fórmula Fernández - Fernández en las PASO?

-Fue un resultado que sorprendió fundamentalmente porque venía imponiéndose la mirada de los grandes medios de comunicación que el día anterior a la elección aplaudían con mucho compromiso con la suerte del oficialismo el supuesto veredicto de los mercados que decían que Macri ganaba, y que era un empate técnico, o que estaba por encima Mauricio Macri. Los que teníamos contacto cotidiano con los más castigados por la crisis, con los sectores populares, teníamos otra mirada. Pero a veces uno yendo a algunos programas de televisión en esos días se sentía como un bicho raro porque cuando uno se aferraba a la convicción de que la elección se iba a ganar y por una distancia mayor que esos 2 o 4 puntos lo miraban como un bicho raro. Las pocas encuestadoras que hablaron de 9 o 11 puntos de diferencia estaban puestas entre signos de interrogación por los propios medios de comunicación.

-Desde el entorno del presidente, Marcos Peña y ahora Lilita Carrió dicen que pueden dar vuelta de aquí a octubre la elección, ¿Cree que puede ser así?

-Yo creo que no hay ninguna posibilidad de que esto ocurra. El gobierno tendría que dedicar toda su energía y lo que todavía le quede de lucidez a tratar de garantizar que no haya un daño mayor para aquellos que han sufrido tanto estos cuatro años; que no se descalabre más la economía, que no se siga especulando con el dólar, que no se siga profundizando la fuga de divisas. Tendrían que hacer algo para evitar esta suerte de pulverización de reservas que está ocurriendo todos los días, porque después va a quedar un país en estado casi de terapia intensiva en términos económicos. Creo que esa tendría que ser la prioridad del gobierno y no inventar fábulas, inventar ilusiones que la realidad va a demostrar que son inconsistentes. No hay ninguna posibilidad, por más fuerza que hagan los sectores que hubiesen querido otro resultado electoral, por más poder que tengan. Porque por suerte los dueños de las mesas de dinero, de las bancas financieras, de las energéticas, todavía tienen un voto que vale igual que cualquier trabajador. Y en ese sentido, sin desistir del compromiso de seguir trabajando para aumentar la diferencia, porque el gran desafío que tenemos es ganar por un margen mayor que en la primera; descarto totalmente que el oficialismo pueda dar vuelta esto.

-¿Qué expectativas tiene para el próximo gobierno de Alberto Fernández?

-Ponemos mucha esperanza en lo que vaya a ocurrir una vez que asuma el gobierno de Alberto Fernández, un gobierno de unidad amplia que yo creo va a tener un inicio bajo la presión de la crisis social que va a quedar expuesta en el mes de diciembre. Y entiendo que el gran desafío es atender prioritariamente las necesidades urgentes de los que están peor, de los que están clamando por sacar la cabeza de abajo del agua. Y después, con el tiempo creo que podemos empezar a discutir en un clima distinto. Alberto Fernández es un hombre que estamos seguros va a convocar a los pequeños empresarios, que hasta ahora estuvieron mirando desde afuera lo que resolvían los grandes grupos económicos; va a convocar a los trabajadores, a los científicos, a la gente vinculada a la educación pública. Necesitamos recrear un nuevo contrato social en la Argentina para terminar con esta idea de que los destinos de la economía, los destinos de la sociedad los definen los que tienen la sartén por el mango en términos económicos.