El Licenciado en Economía, Pablo Ala Rué, afirmó que la devaluación que se inició el lunes pasado luego de las PASO respondió a la "vulnerable" política económica que viene llevando adelante el gobierno y cuestionó que el presidente Mauricio Macri "procuró hacer un aprovechamiento político" de la situación al plantearla como una consecuencia del triunfo del Frente de Todos en las elecciones del domingo.

El ex decano y docente de la Facultad de Economía y Administración de la Universidad Nacional del Comahue expresó a que Macri "nos dejó atónitos a todos los argentinos" porque "esperábamos que saliera en medio de la crisis a poner paños fríos, a explicar las medidas económicas que se iban a tomar para mitigar lo que estaba pasando y sucedió todo lo contario. Tiró nafta al fuego". 

Cuestionó que el lunes "el Banco Central actuó en forma muy morosa, muy lenta" y que "no parecían estar intentando fuertemente que el dólar se mantuviera dentro de las bandas que originalmente estaban previstas". Agregó que "no queda claro qué posición va a tomar el Banco Central y hasta dónde va a intervenir" en los próximos días.

Ala Rué manifestó que si Alberto Fernández es presidente "nos espera un horizonte difícil pero de tranquilidad" porque "tiene la experiencia de haber participado de un gobierno nacional que reestructuró la deuda externa exitosamente y puso en movimiento a un país que estaba muy convulsionado después de la crisis del 2001".

-¿Por qué se produjo la devaluación luego de las PASO?

-Para entender lo que pasó el lunes hay que ponerlo en contexto. La política económica que venía llevando el gobierno era muy vulnerable y colocaba a la Argentina en una posición de mucha vulnerabilidad porque había muchísimos depósitos en pesos que estaban aprovechando las tasas de interés extraordinarias, haciendo especulación financiera y que en algún momento, más tarde o más temprano, todo el mundo esperaba que ese flujo de ingreso de capitales se reversara. Cuando eso ocurriera realmente iba a ser muy difícil manejar el tipo de cambio porque iba a ejercer una presión sobre el dólar muy fuerte. Además, a eso hay que combinarle que durante el día lunes, cuando ese proceso se inició, el Banco Central actuó en forma muy morosa, muy lenta, y no parecían estar intentando fuertemente que el dólar se mantuviera dentro de las bandas que originalmente estaban previstas.

-¿Hubo una modificación en la política cambiaria que venía teniendo el gobierno?

-Un cambio y además mucha lentitud porque cuando vos estás en una situación de tanta exposición como está la Argentina, este escenario de reversión de los flujos de capitales es un escenario posible y supuestamente ya debería haber un conjunto de herramientas preparadas para que esto sucediera. Y el gobierno parecía sorprendido o por lo menos actuaba con una lentitud que parecía inexplicable. Ese es el marco general. Además, sobre eso, se procuró hacer un aprovechamiento político  porque fue muy evidente en el discurso del presidente el intento de manipulación del electorado planteando que esta situación -que como digo es totalmente propia de la política económica del macrismo- era un resultado del rechazo de los mercados a la opción que había tomado el conjunto de la ciudadanía. Eso profundiza aun más la crisis porque no hay medidas de contención y además desde el propio gobierno se hacen planteos que profundizan aún más esa tendencia.

-Usted dice que la devaluación era una consecuencia esperable de la política económica que venía sosteniendo el gobierno. Que haya ocurrido el lunes, ¿responde a una acción deliberada del gobierno?

-No tengo elementos para hacer una afirmación tan contundente. Lo que sí puedo decir es que fue obvio para todos los que observamos el proceso que el Banco Central operó en forma muy, muy retardada, muy poco comprometida con sostener el valor de la divisa. Por otro lado hubo un intento claro de aprovechamiento de esa coyuntura. O sea que el gobierno aparentemente percibía que eso de alguna forma lo beneficiaba políticamente, cosa que creo que no le salió bien porque escuchaba analistas incluso afines al gobierno y nadie puede considerar que eso es así cuando evidentemente es el responsable de la política económica. Cualquier país tiene oscilaciones de corto plazo, tiene ataques especulativos, diferentes expresiones de inestabilidad que justamente las autoridades económicas son las encargadas de combatir y de mitigar.

-¿Hay algún sector que se beneficie con esta devaluación?

-Siempre cuando hay una devaluación los sectores más beneficiados son los exportadores, especialmente los sectores concentrados exportadores, y en especial porque en Argentina además se cambió el sistema de retenciones por un sistema en pesos. Pero son los únicos porque los sectores industriales que ya venían golpeados por una presión tributaria muy alta, por una demanda muy baja y por tasas de interés también muy altas, le agregan a eso un encarecimiento en los insumos, que en una gran proporción son importados. Así que ahora, sobre todo ese conjunto de problemas que ya tenían, tienen un aumento de sus costos. Y a la población en general es totalmente perjudicada porque ve caer sus ingresos al mismo compás que sube el dólar.

-Hoy (por ayer) el dólar volvió a subir. ¿Lleva unos días establecer un nuevo precio y ver cómo eso se traslada a los productos?

-Es incierto lo que va a pasar porque el precio del dólar es un precio fuertemente regulado, no es un precio que se determine libremente. Es un precio que depende de la oferta y la demanda de divisas pero también de las decisiones de la política monetaria y cambiaria que tenga el país. Lo que no queda claro es eso: qué posición va a tomar el Banco Central y hasta dónde va a intervenir. Claramente si esto sigue, si el dólar se estaciona en este nivel o incluso si sube más, eso va a afectar en forma muy profunda al índice de precios correspondiente al corriente mes y probablemente al mes que viene. En el caso de los alimentos va a ser al 100% porque todos aquellos productos que tienen precio dólar van a moverse al mismo compás quela devaluación y posiblemente los servicios y los productos no exportables tengan un efecto menor porque la demanda esta tan deprimida que no pueden trasladar a precios el total de la devaluación.

-Macri, en la conferencia de prensa, no dio señales de modificar el rumbo económico, más bien lo ratificó.

-Lo de ayer (por el lunes) nos dejó atónitos a todos los argentinos yo creo, porque todos, más allá de los signos políticos que tuviéramos, esperábamos que saliera en medio de la crisis, en medio de un día muy, muy difícil, poner paños fríos, a explicar las medidas económicas que se iban a tomar para mitigar lo que estaba pasando y sucedió todo lo contario. Tiró nafta al fuego: no anunció ninguna medida concreta, culpabilizó a la oposición de cosas propias de la administración económica que debe seguir el gobierno, rompió lanzas con la oposición. Realmente fue una posición muy irresponsable por el grado de gravedad que estaba tomando el día.

-Macri dijo que los mercados habían reaccionado de esta manera porque el mundo no le tiene confianza al kirchnerismo. Más allá del uso político de esa frase, ¿los mercados reaccionan en función de una gestión de gobierno o de una PASO?

-Lógicamente nosotros vamos a depender de inversiones extranjeras y también de inversiones locales para iniciar un proceso de crecimiento. Pero creo que están dadas las condiciones para que eso suceda. De ninguna manera creo que estas emociones que el presidente invoca sean verosímiles o que tengan fundamentos. Creo que los inversores invierten donde hay posibilidades de negocios, donde hay tasas de rentabilidad razonables y condiciones razonables política que aseguren su inversión. Creo que los motivos principales por los cuales hemos estado tres años y medio esperando la lluvia de  inversiones que nunca llegó son porque no hay demanda interna, no hay condiciones de crecimiento entonces ¿quién va a invertir en un mercado donde no hay posibilidades de vender nada y donde las empresas que existen están en graves dificultades? Si hay movimiento económico las inversiones surgen naturalmente para satisfacer esas condiciones de demanda y empieza un proceso virtuoso de crecimiento. Los procesos de crecimiento, así como los procesos recesivos, son procesos sistémicos, no son decisiones individuales. Retroalimentan nuevos procesos y nuevas inversiones. Eso es lo que hay que crear: salir de este círculo de recesión en el que estamos y entrar en un círculo virtuoso.

-¿Cuáles serían los lineamientos económicos que permitirían empezar a pensar en esa salida?

-Yo creo que si Fernández es presidente, que todo indica que lo va a ser porque es difícil que en octubre cambie el resultado de las PASO, nos espera un horizonte difícil pero de tranquilidad porque está claro que Fernández no es ningún improvisado. Tiene la experiencia de haber participado de un gobierno nacional que reestructuró la deuda externa exitosamente y puso en movimiento a un país que estaba muy convulsionado después de la crisis del 2001, así que ese antecedente es valioso para esta coyuntura. Además sus declaraciones van en un sentido de prudencia. Seguramente va a haber que reestructurar la deuda externa porque el país fue puesto por el gobierno actual en una situación de insolvencia porque  claramente no puede sostener el cronograma de pagos acordado con el Fondo, y habrá que ver cómo se va poniendo el país en términos de mejora de la demanda. Seguramente lo primero que harán será mejorar los niveles de ingresos de los sectores más pobres. Primero para tratar de reducir los índices de pobreza y de indigencia que hay, y además porque esos sectores traccionan la demanda y van generando movimiento económico. Tienen las herramientas y el capital político como para poder reencauzar la economía.