Natalia Hormazábal, abogada neuquina del Centro de Profesionales por los Derechos Humanos (Ceprodh), repudió la absolución por parte Tribunal Oral Federal de La Rioja en favor del ex jefe del Ejército César Milani, y afirmó que esa decisión "marca un intento de precedente, para todas las causas, de mostrarnos la impunidad que se viene".

La profesional de la abogacía y militante política, que representa a una de las querellas en el juicio por delitos de lesa humanidad que se realiza en Neuquén y se conoce como “La Escuelita VI”, aseguró a que "esto marca un momento distinto a la hora de alegar la semana que viene y de posicionarnos en el juicio", que "implica redoblar todos los esfuerzos" para que se condene a los genocidas.

Hormazábal indicó que en la próxima audiencia, prevista para el venidero miércoles 14, algunos imputados podrían usar su derecho a indagatoria, pero aclaró que no cree que rompan el "pacto de silencio". Además, adelantó que entre los principales puntos de los alegatos que presentará el Ceprodh, se destacan el exilio como una consecuencia del plan sistemático, y la ausencia de la policía federal en el banquillo de los acusados.

-¿Cómo tomaron decisión del Tribunal Oral Federal de La Rioja de absolver al ex jefe del Ejército, César Milani, en el juicio por delitos de lesa humanidad donde estaba acusado de participar del secuestro y torturas contra Pedro y Ramón Olivera?

-Estamos todos absolutamente perplejos los compañeros de todos los organismos que somos parte en las causas de lesa humanidad. La absolución de un genocida de la talla de Milani marca un intento de precedente, para todas las causas, de mostrarnos la impunidad que se viene para los genocidas. Estamos muy conmocionados, nos da bronca y dolor, porque pensamos en las víctimas. Todavía no están los fundamentos, pero no acreditaron los tormentos que sufrieron las dos víctimas, Oliviera padre e hijo, uno de los cuales falleció en una de las sesiones de tortura. Esto marca un momento distinto a la hora de alegar la semana que viene y de posicionarnos en el juicio porque entendemos que este precedente implica redoblar todos los esfuerzos que estamos haciendo dentro de las causas para que se condene a los genocidas. Para mostrar que realmente lo que ocurrió fue un plan genocida contra el pueblo trabajador y todos los que luchaban, y que considerarlo de otro modo es lo que provoca esta sentencia contra Milani.

-¿Cree que hay un cambio de tendencia política y que esta absolución no es un caso aislado?

-El mensaje en los últimos años fue un mensaje de impunidad al no avanzar con el juzgamiento a todos los genocidas. Porque con el paso del tiempo ellos van muriendo en cómodas prisiones al otorgar el extremo beneficio de las prisiones domiciliarias. El no avance de las causas, que en muchas ocasiones inclusive ya estando las instrucciones cerradas, como en el caso del tramo que sería La Escuelita VII o este mismo tramo que se está haciendo ahora, no se conforman los tribunales. Es decir, el mensaje implícito y explicito por parte del gobierno nacional con el intento de discutir el número de las víctimas, de los detenidos desaparecidos, el intento de regenerar las teorías negacionistas, ahora con este precedente, creo que marca que la impunidad es lo que se quiere perpetrar hasta el final. Y en eso no podemos desconocer que no es una política de este gobierno solamente sino que bajo el kirchnerismo fue donde se lo nombró jefe del Ejército y tuvo muchísimo apoyo de sectores que se dicen progresistas.

-Decía que esta absolución a ustedes los convoca a redoblar la apuesta en los alegatos que darán a conocer la semana que viene en tramo VI de La Escuelita.

-Sin dudas. Porque el mensaje de impunidad es un mensaje muy fuerte. Porque el pacto de silencio de los genocidas no se ha roto, porque el Estado sigue adeudándonos la apertura de los archivos de la represión con los cuales nosotros podríamos saber qué hicieron con los desaparecidos. En este tramo La Escuelita VI hay un desaparecido entre las 10 víctimas que es Juan Marcos Herman, que desde el año 77 no se supo más de él, y así con todos los desaparecidos del país. No sabemos  que han hecho con ellos, no sabemos quiénes son los responsables ni cuántos genocidas actuaron por centros clandestinos. Es decir, podríamos conocer toda esa información que hoy solamente podemos armar como un rompecabezas, 43 años después, a través del testimonio de los sobrevivientes, de sus familiares, de los compañeros y compañeras.

-En este juicio hay algunos imputados que pidieron hablar y lo harían la semana. ¿Tiene expectativas de que rompan ese pacto de silencio?

-No, para nada. Nunca tenemos expectativas en que realmente aporten datos significativos que rompan el pacto de impunidad que sellaron a sangre y fuego inclusive antes de la dictadura militar. Creemos que la única verdad que puede transitar esta causa tiene que ver con la verdad que surge de los compañeros y compañeras, de los sobrevivientes, de los familiares que hoy no están, que no han podido llegar a juicio. En este caso escuchamos a "Maite" (María Teresa) Oliva, la compañera de Enrique Esteban, él no pudo llegar a este juicio porque falleció hace muchos años. Entonces no tenemos expectativas de que, aunque hablen, digan algo que pueda aportar a la verdad histórica. Sí estamos acostumbradas a que alguien como (Jorge) Di Pasquale haga toda una alocución acerca de la guerra, intente llegar a este juicio con alguna teoría negacionista o justificando el genocidio. Pero sabemos que la verdad solo viene del lado de los sobrevivientes.

-¿El ex jefe de la Escuela de Instrucción Andina de Bariloche, Néstor Castelli, también pidió hacer uso de la palabra?

-Tenemos el comentario de que haría uso de la palabra. Ha sido un personaje muy nombrado en este juicio, distintos a otros juicios donde también ha llegado acusado. En este caso la prueba ha sido muy clara, o sea que su actuación como interventor militar de la provincia de Río Negro durante los primero años de la dictadura militar, teniendo especial responsabilidad de los hechos ocurridos en la Escuela de Instrucción Andina, que ya ha demostrado que funcionó como un verdadero centro de detención clandestina. Tanto la actuación de Castelli como del ex interventor de General Roca, Fernando Zárraga, han sido más que claras y la relación que tuvo esta fuerza con todo el circuito represivo, con la distintas fuerzas de seguridad como la policía federal o la Gendarmería, creo que ha quedado más que probado cómo funcionó esa actuación conjunta para llevar adelante el plan genocida en la región de Cordillera.

-Acaba de terminar la etapa testimonial. ¿Qué aportes a la investigación se han producido a partir de las declaraciones de los testigos?

-Algo que ha sido una constante en este juicio es que ha sido muy claro el exilio como una consecuencia en el cuerpo y en las vidas de los sobrevivientes y de sus familiares. Hemos escuchado el debate el testimonio de Marina Ubaldini, que fue secuestrada junto a sus padres en San Martín de los Andes cuando tenía tan solo 5 meses de edad, estuvo en las primeras horas del cautiverio de sus pares y luego fue separada de ellos y quedó al cuidado de una allegada de la familia durante un mes. Esa situación fue realmente conmovedora porque mostró algo vital de estas causas que tiene que ver con métodos, los objetivos del genocidio, la destrucción que se intentaba sobre los detenidos, el intento de destrucción física, psíquica y familiar, y el exilio como una consecuencia casi natural para muchos que no encontraban una salida producto de la persecución política, que ha sido otro elemento muy saliente de este debate. Creemos que en este juicio, más que en otros tal vez, se ha podido demostrar que realmente cada una de las víctimas tuvo una participación política y fue perseguida producto de ella, llegando a ser detenidas en 3 y 4 ocasiones como en el caso de Eduardo Ubaldini o de Rodolfo  Escobar en la zona de Cordillera. Realmente hubo una actuación muy clara, donde además lo aceitado del circuito represivo permitía que se realizara inteligencia aquí, en el Destacamento 182, se librara la orden de secuestro a través de (el ex jefe del Destacamento de Inteligencia del Comando de la VI Brigada, Oscar ) Reinhold y desde el comando, y luego esa orden se impartiera en las distintas áreas que componían la subzona 5.2. Todo eso funcionó en forma muy aceitada con la participación de toda la fuerza represiva de la policía federal que también actuó en todos estos casos y que, no llamativamente para esta querella pero sí realmente de un modo que nos indigna, no ha llegado a este juicio acusado ningún integrante de la policía federal cuando ha quedado demostrado que participaron en distintos operativos de secuestro.

-¿Cuáles serán los puntos fuertes del alegato de la Ceprodh?

-Para nosotros va a ser un momento saliente en nuestros alegatos marcar todos estos elementos: el exilio como una consecuencia directa; la ausencia de la policía federal como una fuerza que debería estar sentada aquí en el banquillo de los acusados; la Escuela de Instrucción Andina como un lugar de detención clandestino; y la persecución política como un elemento clave en cada uno de los compañeros y compañeras.