“En realidad no dejé el MPN, sigo afiliada pero además sigo adscribiendo a la doctrina” del partido, afirmó la actual senadora nacional por el Movimiento Popular Neuquino Lucila Crexell, quien se postula para renovar su banca, pero en la lista de Juntos por el Cambio que encabeza Horacio Quiroga.

En diálogo con , cuestionó que "en mi partido no han sabido tal vez aceptar las disidencias”, y afirmó que en la fuerza política provincial “se da es que si no pensás, si no adulás o si no sos un levantamanos, eso genera una situación de incomodidad".  Tras remarcar que "no he sido una obsecuente y nunca he perdido mi independencia de criterios", resaltó en Juntos por el Cambio encontró que "hay una vocación de respeto" y una "sana confrontación".

Crexell afirmó que su pase al macrismo para competir en las elecciones de octubre se dio por un pedido del senador Miguel Ángel Pichetto, a quien definió como “una persona muy querida” en el ámbito político y del Congreso. Señaló que el ahora candidato a vicepresidente "ha oxigenado a la fórmula de (Mauricio) Macri" y "tiene "mucho volumen político", además de que "ha asumido costos personales" por "sostener la gobernabilidad".

La legisladora, quien el año pasado se abstuvo de votar la legalización del aborto en el Senado, aseguró que insistirá en que se vote un proyecto de despenalización. “Entiendo que la prevención no alcanza para darle respuesta al problema que tiene la Argentina en relación a la clandestinidad del aborto", dijo, y destacó que "empecé a mirar la cuestión desde una mirada de política pública y no tanto de las creencias personales".

-¿Qué proyectos que beneficien a Neuquén piensa impulsar desde el Senado si renueva su banca en las próximas elecciones?

-En estos años la presentación de proyectos ha sido muy prolífera. Los temas son muy diversos en lo que hace a la provincia de Neuquén. El proyecto que más impacto tuvo fue la ley de Emergencia Frutícola, que se sancionó hace tres años y se prorrogó. Fue un gran impulso y oxígeno para el sector, pero necesitamos pensar una política de modificación estructural porque si no seguimos en la emergencia. Después, he trabajado mucho en leyes turísticas como la ley de Rutas Escénicas. Se logró la licitación del aeropuerto de San Martín de los Andes en 2015 antes de las elecciones y se concretó la obra con este gobierno, o sea que es una obra que se gestionó en los dos períodos. Hay muchas iniciativas presentadas en materia ambiental. Esta semana (por la pasada) se dio media sanción a la ley de Cambio Climático, soy autora de ese proyecto, ahora falta que se apruebe en Diputados. He trabajado en temas de género y creo que la despenalización del aborto va a estar en agenda el año que viene. Yo tengo mi posición política, como legisladora, independientemente de mi posición personal.

-¿Hay un cambio en su posición respecto de la abstención que manifestó el año pasado?

-El año pasado yo me abstuve y presenté el proyecto (N. de la R: para despenalizar el aborto hasta las 12 semanas de gestación). No estaba a favor de la ley de legalización. Creo que tiene algunas fallas en cuanto a cómo está pensada la cuestión del aborto y de su implementación. Creo que la ley de despenalización del aborto va a estar tratada cuando empecemos a discutir la reforma del Código Penal, y creo que va a estar primero en el ranking de temas porque es una demanda social muy fuerte.

-¿Qué aspectos de este tema la hicieron reflexionar sobre su propia posición?

-Aprender básicamente de todas las voces que se manifestaron, de ver la reacción social, de ver la demanda, más allá de que la demanda la conocía y me resultaba muy preocupante. Pero entiendo que la prevención no alcanza para darle respuesta al problema que tiene la Argentina en relación a la clandestinidad del aborto. Entonces, empecé a mirar la cuestión desde una mirada de política pública y no tanto de las creencias personales, de lo que uno haría o de la autorreferencialidad. Fue un proceso que me llevó a aprender mucho, a desandar posiciones rígidas tal vez transmitidas en grupos o familias, y me parece muy importante poder escuchar los reclamos de la sociedad y en todo caso se somete a votación en el Congreso, que es en definitiva donde está representada la sociedad. Insisto en que la despenalización es el camino correcto para resolver el problema que presenta Argentina con la tremenda realidad que es un aborto clandestino.

-¿Qué implica para usted este cambio de dejar el MPN y sumarse a la fuerza de Cambiemos?

-En realidad no dejé el MPN. Sigo afiliada pero además sigo adscribiendo a la doctrina del MPN. Se presentó una oportunidad de ampliar la base de Cambiemos a partir de la incorporación de Miguel Pichetto, y lo que me dio a mí fue también el ingreso a un espacio donde se puede construir a partir de la diferencia y tal vez de la sana confrontación. El caso del aborto es un claro ejemplo de lo importante que es trabajar en equipos plurales y con gente que no te dice que todo lo que vos propones está bien, sino que está buena esa confrontación que te hace llevar adelante propuestas superadoras. Me parece que hoy Cambiemos brinda un espacio de fortalecimiento institucional en una Argentina republicana, con políticas de Estado, con mayor transparencia, rendición de cuentas, despersonalización del poder, desideologización de las instituciones públicas, para una Argentina más igualitaria, constructiva. Y creo que hoy lo vemos en esta lista que estamos representados Nuevo Compromiso Neuquino, el ARI, el MPN. Es una lista plural y pensamos distinto de temas que son importantes para la sociedad, pero con mucha tolerancia y respeto.

-¿Se siente mejor representada por este espacio?

-Me siento respetada en este espacio, me siento contenida, me siento respaldada. Lamentablemente en mi partido no han sabido tal vez aceptar las disidencias y eso llevó a una confrontación que no es saludable para la política. Me parece que los que estamos en la gestión tenemos que dejar de lado nuestras rivalidades y diferencias personales para construir decisiones que hagan bien a la sociedad. En mi partido lo que se da es que si no pensás o si no adulás o si no sos un levantamanos, eso genera una situación de incomodidad. Lo que sí noto en Cambiemos es que hay una vocación de respeto.

-¿Sintió que fue una falta de respeto que no le hayan dado un lugar en la lista del MPN?

-No. Creo que fue una falta de respeto que no me lo dijeran personalmente. Quienes definen las listas también lo deciden en función del poder que tienen, de los recursos que tienen, y claramente buscan personas afines a los objetivos que persiguen. Yo no he sido una obsecuente y nunca he perdido mi independencia de criterios, y (Guillermo) Pereyra, y quien convocó a la compañera que hoy lleva la fórmula (N. de la R: en referencia a Marisa Focarazzo, segunda candidata a senadora) o el mismo gobernador (Omar Gutiérrez) están en todo su derecho de armar las listas como quieran. Pero bueno, es parte del juego de la política.

-¿La alentó también que Pichetto vaya en la fórmula con Macri para tomar la decisión?

-Sí. Pichetto es una persona que es muy querida dentro del ámbito político y en el Congreso, y yo además tengo una relación personal con él. Siempre lo digo, era amigo de mi madre, entonces hay una relación de mucha confianza. Y hemos trabajado juntos en muchas cosas, en la Emergencia Frutícola Pichetto fue determinante para que esa ley saliera porque cooperó con todo su bloque para que ni se discutiera en el recinto y la pudiéramos sancionar rápidamente. La verdad es que Miguel es un tipo que tiene mucho volumen político. Tal vez ha asumido costos personales muchas veces por sostener la gobernabilidad. Poca gente lo conoce en el ámbito en que lo conocemos nosotros, que es enormemente respetado por su manera de sostener la gobernabilidad y me parece que ha oxigenado a la fórmula de Macri y le ha dado mucha fortaleza.