Entrevistas
22/07/2019

Raúl Timerman

“El miedo es más fuerte que la decepción, en campaña funciona”

“El miedo es más fuerte que la decepción, en campaña funciona” | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

El analista político dijo que una parte de la disputa electoral es entre “la decepción” por el gobierno de Macri y “el miedo al pasado”. Afirmó que el Frente de Todos está cinco puntos arriba de Juntos por el Cambio en las encuestas. Advirtió contra la “legitimación del fraude patriótico” por parte del oficialismo.

Diego Colao

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Raúl Timerman, analista político y director del Grupo de Opinión Pública, sostuvo que en esta etapa pre electoral “se desarrollan dos campañas simultáneamente”, donde “una es respecto a la decepción” que provocó el gobierno incluso en gente que lo votó, y la otra es la “campaña del miedo”, ya que muchos electores temen “una vuelta al pasado”.

Y “el miedo es más fuerte que la decepción”, aseguró el especialista, por lo cual las campañas basadas en el primero de esos sentimientos “siempre funcionan”. Explicó que ese sentido que “lo que debería hacer Alberto Fernández es una campaña” donde “especifique bien qué es lo que no quiere de lo que ocurrió en el pasado”.

Entrevistado por Va Con Firma, el especialista dijo que las encuestas coinciden en atribuirle al Frente de Todos unos 39 puntos de intención de voto, y 34 a Juntos por el Cambio. Agregó que “es muy difícil prever si eso se va a mantener” o modificar.

Para Timerman, el oficialismo “ha cruzado un límite en la campaña” al decir que Axel Kicillof “es marxista”, o cuando “el presidente dice que si gana la oposición esto es Venezuela o que volvemos a un sistema predemocrático”, porque eso significa que “ellos son garantía de la democracia”. Consideró que de ese modo “están legitimando el fraude patriótico, porque para evitar que Argentina sea Venezuela o que un marxista sea gobernador apelar al fraude está bien”, advirtió.

-¿Cómo analiza el escenario electoral luego de las primeras semanas de campaña?

-Se ha llegado a una situación donde ya se conformaron los dos frentes principales, Frente de Todos y Juntos por el Cambio, y hoy están en el orden de 39 a 34 puntos o 40 a 35. Hay unos cinco puntos de diferencia a favor del Frente de Todos para las PASO. En el mes de marzo estaban 33 a 27 más o menos, o sea que subió aproximadamente 7 puntos cada uno; han subido parejo. Lo que pasa que Juntos por el Cambio se mantuvo hasta mayo debajo de los 30 y pegó el salto grande de mayo a junio; y lo mantiene actualmente. Se enfrentan dos concepciones diferentes del Estado y de la política, dos ideologías diferentes y la gente en este momento se inclina levemente, en el orden de cinco puntos, a favor del Frente de Todos. Es muy difícil prever si esto se va a mantener. Daría la impresión de que se mantiene ahí o se puede reducir un punto, a nivel país. La tercera fuerza, que es Consenso Federal, no consigue hacer pie en esta polarización que se ha producido arriba. Tan es así, que hemos observado en varios focus group (N. de la R.: técnica de investigación social en la cual se reúne a un pequeño grupo de personas -representativas de un universo mayor- para conocer sus opiniones, percepciones, etc.) que la gente dice ‘a mí Lavagna me gusta pero no tiene chance’. Tienen un buen candidato pero un mal momento político para ese candidato. Lo que debería hacer (Lavagna) a través de la campaña es demostrar que tiene chance. Si no logra eso puede ser que la polarización aumente para las generales de octubre y que Consenso Federal disminuya su participación aún más. Está en el orden de 10 puntos, muy lejos de los frentes principales.

-¿A qué se debe el salto, el repunte de Juntos por el Cambio?

-El repunte se ha basado fundamentalmente en que ha sido una buena movida la elección de Miguel Ángel Pichetto como candidato a vicepresidente. Tuvo un efecto desde el punto de vista de movimiento hacia el centro parecido al de la designación de Alberto Fernández por Cristina. Cuando Cristina elige a Alberto Fernández se corre un poco al centro. Cuando Macri elige a Pichetto se corre, también. Y eso hace eclosionar el centro y dejarlo con un nivel de electores muy bajo porque los dos tienden a captar electores ahí y lo han logrado efectivamente. Se desarrollan dos campañas simultáneamente. Una es respecto a la decepción que este gobierno ha provocado en la gente, incluso la gente que votó por él y que esperaba un cambio. Nosotros hicimos un focus group que salió por televisión, de gente que votó por Cambiemos en 2015 y que está decepcionado y explica los motivos de la decepción. Pero esa decepción se superpone con el miedo. Hay mucha gente que tiene miedo a una vuelta al pasado, digamos, y ese pasado está condimentado a través de la campaña de Juntos por el Cambio, con las peores piezas o los peores momentos de las cosas que han pasado. Posiblemente lo que debería hacer Alberto Fernández es una campaña del tipo de la que hizo en su momento Daniel Scioli, que era ‘Sé lo que quiero y también sé lo que no quiero’, y que especifique bien qué es lo que no quiere de lo que ocurrió en el pasado. Que se pare muy fuerte en un punto. El miedo es más fuerte que la decepción.

-¿Considera que la campaña del miedo está funcionando?

-Si, efectivamente. Las campañas del miedo siempre funcionan. También le funcionó a Daniel Scioli, que cuando comienza el balotaje estaba como 10 puntos atrás y terminó a 2,6. E hizo una campaña del miedo y le funcionó. A lo mejor si duraba 15 días más podría haber ganado la presidencia.

-¿Le parece que el gobierno puede llegar a instalar esa idea de que está a mitad de camino de su gestión, en el medio del río?

-Es lo que está tratando de hacer y seguramente sí. Versus la campaña del Frente de Todos que sería decirle a la población ‘¿se imaginan cuatro años más?’. Eso también provoca cierto miedo porque aún en electores de Macri hay miedo de que el presidente no tenga las herramientas o no sepa cómo iniciar el proceso de crecimiento. 

-¿En cuánto pueden influir las fake news, o noticias falsas, en la campaña?

-Están apareciendo mucho menos de lo que se suponía previamente. Es más, una campaña de un tono agresivo muy fuerte. Por ejemplo, cuando Miguel Ángel Pichetto dice que Kicillof es comunista o María Eugenia Vidal dice que es marxista, o el presidente dice que si gana la oposición esto es Venezuela o volvemos a un sistema predemocrático, y que ellos son garantía de la democracia. Creo que esa es la campaña que ha cruzado un límite. Lo que están diciendo es que están legitimando el fraude patriótico, porque para evitar que Argentina sea Venezuela o que un marxista sea gobernador apelar al fraude está bien. Ahí cruzaron un límite, ya no es una campaña sucia, sino que es una campaña antidemocrática. Pero en cuanto a las fake news o corrimiento de discursos no se visualizan mucho. La campaña de Juntos por el Cambio es mucho más capilar, no tenemos acceso a toda la comunicación que hace, porque la hace muy segmentada por capilarización. Está también el trabajo de redes, pero segmentado por nivel socioeconómico, por localización geográfica, muy segmentada.

-¿Juntos por el Cambio tiene más data y más experiencia en este sentido?

-Totalmente, piensen que la última vez que Mauricio Macri perdió una elección fue en el 2003 con Aníbal Ibarra en el balotaje en la ciudad de Buenos Aires. En el 2005 forma el equipo de campaña con Durán Barba y ese equipo hace 14 años que trabaja junto. Es un equipo que tiene 10 unidades de trabajo y es muy solidificado. Alberto Fernández se entera de que va a ser candidato a presidente el 18 de mayo, y la población también, y empieza a formar sus equipos a partir de ese momento. Frente a un equipo que hace 14 años que trabajan juntos y que fue incorporando todas las nuevas tecnologías a medida que fueron apareciendo. Hay una desproporción ahí, especialmente en el arranque. Posiblemente entre las PASO y la general el equipo del Frente de Todos esté más consolidado y más coordinando, porque hay de alguna manera tres equipos de campaña.

-¿Cómo analiza el corrimiento de Cristina Fernández de la campaña?

-Creo que es una medida inteligente porque tiene un volumen de resistencia muy alto. Ella se mantiene presente a través de las presentaciones del libro, pero participa poco de la campaña. Creo que fundamentalmente en el Conurbano, que es el fuerte de ella, va a hacer algún tipo de participación adicional. Pero creo que es una medida inteligente que debe estar acordada con Alberto, seguramente.

29/07/2016

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