Al “repudiar” el denominado “Servicio Cívico Voluntario” que creó el gobierno nacional a través de una resolución del ministerio de Seguridad, la abogada del Centro de Profesionales de Derechos Humanos (Ceprodh) Natalia Hormazabal, aseguró que el sistema anunciado “es un plan de guerra contra la juventud”. Agregó que “es una medida de campaña electoral”, denunció que “el gobierno busca militarizar a la juventud pobre”, y llamó a “rechazarlo con fuerza”.

La profesional del derecho y militante política afirmó que “se intenta naturalizar la militarización y esto es algo que no lo podemos permitir, cuando en Argentina un joven muere a manos del Estado cada 21 horas”. En relación con los sectores sociales que apoyan la medida, subrayó que también “hay muchos sectores que rechazan”.

En esta entrevista, dijo que con la Gendarmería “se ha intentado generar imagen de una fuerza de élite”, pero en realidad “desde su creación ha servido como un instrumento clave en el aparato represivo estatal, como se demostró en los juicios ‘Escuelita’” o en la desaparición seguida de muerte de Santiago Maldonado.

Hormazábal afirmó que “desde el Ceprodh seguiremos luchando contra todo ataque a las libertades democráticas que quiera imponer este gobierno o el que venga”, y remarcó que “no vamos a resignarnos a que sea una fuerza de seguridad y no el sistema educativo quien se encargue de la formación y educación de los chicos y chicas. Hay que rebelarse, pelear, exigir”, exhortó.

-¿Qué opinión tiene del llamado “servicio cívico voluntario” que creó el gobierno nacional?

-Esta es sin dudas una medida de campaña electoral donde el gobierno de Cambiemos lo que hace es intentar utilizar nuevamente a la Gendarmería como un instrumento clave, proponiendo que los jóvenes sean educados y formados por los gendarmes. Es una provocación. El gobierno busca militarizar a la juventud pobre.

-Ellos hablan de los chicos que no estudian ni trabajan, pero tampoco garantizan las condiciones para que puedan estar escolarizados.

-Hay una problemática que aqueja a todos los jóvenes en todo el país y que tiene que ver con que no hay salida para ellos bajo este sistema. Si quieren estudiar tienen que lidiar con la falta de vacantes en las escuelas, con edificios educativos que se caen a pedazos, con nulas posibilidades de acceder a becas de todo tipo, a viandas en los establecimientos. Es decir, no habiendo real acceso a la educación, no habiendo real acceso a un trabajo que no implique acarrear una gran mochila en las espaldas pedaleando por toda la ciudad, no habiendo la posibilidad de tener acceso a una vivienda o trabajo para sus padres, obviamente que la única salida puede ser utilizando una fuerza represiva e intentando generar algo que ha sido utilizado por los distintos gobiernos, y que tiene que ver con controlar a los jóvenes de los sectores populares, aumentando el poder punitivo del Estado. Y también, un guiño a los sectores más de clase media, o clase media alta, mostrando más amigable el rostro de las fuerzas represivas, y como mostrando que se ocupan de la situación del país, que se resolvería con el esfuerzo de los pobres.

La Gendarmería nacional, desde su creación ha servido como un instrumento clave en el aparato represivo estatal, y como un elemento de gestión de la “inseguridad” como una forma de gobierno. Es una fuerza que, si bien se ha intentado generar imagen de una fuerza de élite, ha quedado demostrado por ejemplo en los juicios “Escuelita” que tuvo una actuación fundamental en la dictadura genocida. Esta es una fuerza enemiga de los trabajadores, los pueblos originarios y los sectores populares. La utilización en este caso tiene como finalidad por un lado para la campaña electoral, pero también con el objetivo de mostrar “gestión”, que el gobierno no puede mostrar en ningún otro orden que no sea el represivo. La medida apunta a jóvenes que ni estudian ni trabajan, pero es el propio gobierno quien no genera las condiciones para que puedan estudiar ni trabajar.

-¿Les preocupa que haya sectores que aprueban este tipo de medidas?

-También hay muchos sectores que rechazan. No hay que olvidar que todos los gobiernos se han servido de la Gendarmería nacional para la represión social. A partir de la década de los ‘90 en adelante ha sido un arma muy utilizada para la represión del conflicto. Lo hemos visto en Cutral Co, en Tartagal, en Mosconi, en Corrientes, pero también lo hemos visto en el año 2012 con la represión encarada en la (ruta) Panamericana por Sergio Berni con más de 60 detenidos. En el año 2014 a los trabajadores de Lear, y también lo hemos visto con la desaparición seguida de muerte de Santiago Maldonado. Entendemos que (el “servicio cívico”) es una medida repudiable, porque lo que se intenta es naturalizar la militarización, y esto es algo que no lo podemos permitir, cuando en Argentina muere un joven a manos del Estado cada 21 horas. Además, hay algo que es realmente significativo: esta medida tiene un objetivo concreto sobre una población sensible. El 46,8% de los pibes de 14 años son pobres en este país, el 38,6% de las personas de 15 a 19 años también son pobres. Entonces, es claro que esta medida es un plan de guerra contra la juventud.

- ¿De qué cree que depende que se implemente y se lleve adelante?

-Los organismos de derechos humanos, la izquierda combativa y muchos sectores de jóvenes y trabajadores hemos salido rápidamente a repudiar esta medida. Pero sin dudas que implica que la juventud que no debe nada a ningún gobierno de turno, se rebele y luche por sus derechos. No podemos aceptar la idea de resignación que quieren imponer en esta campaña electoral por parte de todos los partidos patronales, porque mientras nos impongan los planes del FMI no habrá salida, sino ajuste, hambre, miseria y represión. Una nueva “colimba”, supuestamente voluntaria, el proyecto de ley sobre la baja de edad de imputabilidad del gobierno, todo eso es un plan de ataque contra la juventud.

- ¿Qué harían si el gobierno pretende implementar este programa acá en Neuquén?

-Hay que rechazarlo con fuerza. Hace muy poco tiempo hemos repudiado el desembarco de más de 400 gendarmes en toda la región de la Patagonia. Y también esa resolución 956 (del ministerio de Seguridad de la Nación) por la cual se habilitaba el uso de armas de fuego a las fuerzas de seguridad, en cualquier circunstancia, habilitando con fuerza el gatillo fácil que se cobra la vida de luchadores, como Rafael Nahuel. Aquí en Neuquén el preludio fue el disparo por la espalda al diputado del PTS-FIT, Raúl Godoy. No podemos permitir que se condene a millones de jóvenes a conformarse, a que piensen que los pueden formar o educar los enemigos del pueblo.

-¿Van a llamar a movilizarse si se quiere implementar en la provincia?

-Desde el Ceprodh seguiremos luchando con fuerza contra todo ataque a las libertades democráticas que quiera imponer este gobierno o el que venga. No vamos a resignarnos a la idea del mal menor que quieren imponer desde el gobierno o la fórmula Fernández-Fernández. No vamos a resignarnos a que sea una fuerza de seguridad y no el sistema educativo quien se encargue de la formación y educación de los chicos y chicas. Hay que rebelarse, pelear, exigir: “Hay que tomar el cielo por asalto”.