Entrevistas
30/06/2019

Silvia Sapag, candidata del Frente de Todos

“Estoy acá porque los años del kirchnerismo fueron maravillosos”

“Estoy acá porque los años del kirchnerismo fueron maravillosos” | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.
Foto: David Pablo Sánchez

La dirigente neuquina se postula para el Senado en la lista que encabeza Oscar Parrilli. En el espacio de Néstor y Cristina Kirchner “me siento identificada con mis convicciones e ideales”, dijo. Contó sus orígenes políticos junto a su padre Felipe Sapag, su enfrentamiento con Sobisch y sus discrepancias con el MPN.

Laura D' Amico

Aunque nunca se desafilió del Movimiento Popular Neuquino (MPN), Silvia Sapag milita en el Frente para la Victoria (FpV) desde los inicios del gobierno kirchnerista. Ahora es segunda candidata a senadora nacional por el Frente de Todos de Neuquén. “Estoy acá porque me siento identificada con mi convicción, con mis ideales. Lo que se vivió en los años de Néstor y de Cristina fueron años maravillosos para Argentina”, cuenta en esta entrevista.

Dijo que es "un honor" y un "privilegio" estar en ese lugar en la lista que encabeza Oscar Parrilli. Señaló que en el espacio del peronismo y el kirchnerismo neuquino fue "difícil conseguir una lista de unidad", pero aseguró que ya "ya dimos vuelta la hoja y ahora tenemos que ganar las elecciones”, porque “debemos empezar a reconstruir el país".

La hija del ex gobernador de Neuquén y uno de los fundadores del MPN, Felipe Sapag, explicó que sigue afiliada a ese partido porque "es parte de la historia de mi vida". Aclaró que “no es imperioso” desafiliarse para continuar participando en el espacio donde milita actualmente, pero que si hiciera falta "no tendría problema" en hacerlo.

En diálogo con Va Con Firma, contó que la figura de Néstor Kirchner la hizo volver a participar en política y que a nivel local valoró al diputado nacional y candidato a renovar el cargo, Darío Martínez, porque tiene "esa cuestión cercana a la gente". Además, dijo estar "convencida" de que la fórmula que encabezan Alberto Fernández y Cristina Fernández va a ganar en octubre porque "la gente vivió mejor con Cristina".

-¿Cómo se tomó su candidatura a senadora por el Frente de Todos?

-Es un honor. Realmente es un privilegio estar en el puesto que me tocó acompañando la lista de Alberto Fernández y Cristina Kirchner. Pero también con mucha responsabilidad porque creo que estar en la lista en este momento, con la vocación de reconstruir el país, es una responsabilidad social muy grande. Quiero pensar que voy a poder aportar un grano de arena. Tengo mucho entusiasmo.

-¿Esperaba ese lugar?

-Sí, porque estábamos en una terna, por llamarlo de alguna forma. Se habían acercado el nombre de cuatro o cinco personas que podríamos acompañar al primero de la lista, y yo sabía que estaba entre esas personas. No fue sorpresivo, pero podía darse o no.

-¿Costó armar una lista de unidad?

-Es difícil conseguir una lista de unidad. Es complicado, uno siempre tiene que resignar intenciones. Pero no hay que perder el objetivo, que es que tenemos que acabar con esto porque tenemos que empezar a reconstruir el país. Si yo tengo diferencias con este o aquél pero su objetivo también es este, tenemos que ir juntos, de ninguna manera separados.

-¿Cree que esta lista que se logró ayuda a acercar posiciones dentro del peronismo?

-Sí. El lunes (N. de la R.: el cierre de listas fue a última hora del sábado 22) ya tuvimos una reunión todos juntos, ya estamos organizando todo. Eso ya pasó, ya dimos vuelta la hoja y ahora tenemos que ganar las elecciones. Hubo gente que hace planteos y uno se los responde. Pero nadie dio el portazo y se fue.

-Hace algunos años usted se alejó de la política. ¿Qué fue lo que le hizo tener ganas de volver a participar?

-Mucho tiempo atrás yo había tomado la decisión de no participar más de la política porque no me sentía contenida en el partido en el que estaba (N. de la R. el Movimiento Popular Neuquino, MPN), porque se había vuelto muy conservador, así que decidí no hacerlo más. Llego Néstor Kirchner a la política y nos volvió a convocar. Me devolvió el entusiasmo y a partir de ahí siempre participé. Lo que pasa es que siempre he participado acompañando y en este sentido no me esperaba que pudiera estar en un lugar tan visible.

-Usted sigue afiliada al MPN. ¿Por qué nunca se fue del partido?

-Primero fue un motivo de lucha porque quisieron echarme y yo dije ‘bueno, si me echan me voy’. A uno de los que yo había denunciado por el tema del petróleo era a (Jorge) Sobisch. Él me hizo dos o tres juicios, le gané algunos y desistió él de otros. Pero estaba él de gobernador y le había metido tanto miedo a la gente que yo caminaba por el centro y veía que había gente que me conocía, compañeros del partido con los que había militado tremendamente, y que me divisaban de lejos y se cruzaban de vereda para no tener obligación de saludarme porque si alguien los veía podía ser que lo echaran del empleo. Entonces yo dije ‘yo me voy de la política, en esta provincia no tengo más nada que hacer y no participo de política del miedo’.

Después eso pasó y creo que es porque mi padre, Felipe Sapag, fundó el partido y es como una forma de recordar toda esa parte de mi vida que es parte de mi historia. Aparte, el Frente para la Victoria permitía que uno fuera de otro partido, Unidad Ciudadana también lo permite, el Frente de Todos también, o sea que no es algo imperioso (desafiliarse). En el caso de que fuera necesario no tendría problema. Pero como no es necesario, aquí estoy.

-¿Se siente contenida en este espacio?

-Sí, mucho. Porque es como lo que mi padre hizo con el MPN en su momento, el trabajo que hizo para que la provincia progrese y para que la gente viviera mejor. Es lo mismo. Yo no podría estar en un lugar donde todo eso que mamé de joven, militando con mi padre, no lo viera reflejado en el nuevo sitio donde estoy. Si algo me conquistó del FpV (Frente para la Victoria) fue que uno trabaja con vocación de servicio, esperando siempre que la gente viva un poco mejor, donde hay sentimiento cuando uno encuentra a alguien que la está pasando mal. No puede ser que nuestra población esté pasando hambre, que más de la mitad de los niños estén bajo la línea de pobreza, que se les vaya sacando la oportunidad de estudiar, de progresar. Todo eso es inadmisible. Y así como era inadmisible para el MPN, es también inadmisible para el Frente de Todos. Uno está donde sus pensamientos lo ponen, y pienso que aquello que acompañé a Felipe en el MPN lo puedo hacer acá también.

-Teniendo un apellido de tanto peso en la política neuquina, usted pareciera haber podido trazar su propio camino, elegir en qué momentos participar y en cuáles no.

-No fue fácil. No es gratuito tampoco, pero yo no podría estar en un lugar donde no tengo que estar. Por eso estoy acá. Me siento muy identificada con mi convicción, con mis ideales. Lo que se vivió en los años de gobierno de Néstor y de Cristina fueron años maravillosos para la Argentina, donde uno sentía cuidado por el Estado. Desde que nacías tenías, la Asignación Universal por Hijo, el Plan Cunita, el calendario de vacunaciones gratuito y obligatorio más amplio del mundo; tenías asegurada la escuela primaria, la comida, los libros, viajes para los chicos, la escuela secundaria, las computadoras. Si querías casarte y tener tu casa, tenías el plan Procrear. Si eras viejo, tenías una buena jubilación cuyo valor se iba adecuando dos veces al año. Desde que nacías hasta que eras muy grande sentías la presencia del Estado protegiéndote. Eso es maravilloso. Todo eso que ahora no existe, y que hace que no podamos programar ni siquiera el día de mañana porque estamos pensando si vamos a poder pagar la comida.

-¿Su padre la aconsejaba o la incitaba a participar en política?

-Yo nací militando. Me veo con una lata de pintura acercándosela a mi papá para que en la época de la proscripción del peronismo pintara el "Perón Vuelve" con la V corta y la P. Salíamos a pintar. Me acuerdo especialmente de un viaje a Copahue. Yo siempre con la lata alcanzándosela, de piedra en piedra, de paredón en paredón. Después, cuando mi padre creó el MPN, la sede del partido era mi casa. Ahí trabajamos todos punteando el padrón, doblando boletas. Después de ahí siempre participé en todos los estamentos del partido, militando. Creo que nunca me dijo ‘ponéte a trabajar’. Siempre estuve a su lado. Cuando me sentí convocada por Néstor -porque no es que él me vino a hablar a mí, sino que yo empecé a sentir la necesidad de otra vez participar en política y tomé la decisión de irme a las filas del FpV-, y se lo blanqueé a mi padre, no tuvo objeción, estuvo de acuerdo. Y acá me quedé.

-¿El secuestro y asesinato de sus hermanos en la dictadura le hizo dudar en algún momento de seguir participando en política?

-No. Sí hubo una época de mucho dolor y de mucho cuidado porque yo tenía hijos chicos, la familia siempre seguía perseguida. Las llamadas en las que nos avisaban que a ellos los habían matado las recibí yo misma. Porque, como había sido la secretaria de mi padre, era la que atendía el teléfono. Fue ardua la búsqueda, y gracias a esos llamados que recibimos supimos qué había pasado con los chicos. Mi papa ayudó a mucha gente a escapar, protegió a mucha gente. Era algo habitual que en casa apareciera alguien pidiendo ayuda y por ahí no los conocíamos. Siempre se protegió al que caía. Uno era medio ajeno a lo que estaba sucediendo. Ahora tenemos todos los relatos espantosos, terribles, macabros, de las torturas y la maldad, y yo digo ¿cómo puede la gente juntarse para producir tanto daño deliberado? Es impensado. Creíamos en aquella época que eran solamente los militares, pero no: fue la justicia, la iglesia, la ciudadanía. Uno tenía cierto grado de inconsciencia y si necesitabas ayuda, se daba. Por lo menos para conseguir un abogado, plata para llegar a la frontera, lo que fuera. Es como que lo tenés que hacer, ni lo pensás. Por eso mi viejo estaba en el lugar que estaba, porque no era solamente en el momento en el que ocupó un cargo de gobernador, sino que era parte de su vida. Todas las historias que nos cuentan de su vida en Cutral Co, que no tenía agua, eran médanos con un ranchito atrás, una población muy pobre llena de necesidades, y mi padre fue siempre muy generoso, muy solidario.

-Cuando dice que no podría estar en un lugar donde no sintiera cómoda, ¿tiene que ver con ese origen?

-Por supuesto. Yo no podría estar en un lugar donde no se reconozcan a los desaparecidos, donde no se le dé apoyo a las Madres de Plaza de Mayo, donde no esté toda esa historia. Pero si decís ‘no voy a militar más’ y lo ves a Néstor bajando el cuadro de Videla, decís ‘¿cómo no voy a estar al lado de él?’.  Sentís que tenés que ayudar, que no podés estar ajena.

-A nivel local, ¿se sintió convocada por la figura de Darío Martínez?

-Sí, sí. Él es una persona muy inteligente, muy hábil, pero aparte tiene esa cuestión cercana con la gente que conquista. Me gusta mucho Darío. He colaborado en todas las campañas. Le veo la cuestión de interpretar a la gente, de ser solidario. Siempre digo ‘yo voy, tengo mi auto y voy’. Estuvimos trabajando primero para la elección a gobernador y ahora en esta.

-¿Cómo ve la fórmula Fernández - Fernández?

-Vamos a ganar, estoy convencida. Van a hacer todo lo posible para que no suceda, pero se siente en la gente. Va a ser un trabajo enorme poder devolverle a la gente la esperanza, que creo que ya está puesta en la fórmula Alberto-Cristina, porque la gente vivió mejor con Cristina. Entonces ahora hay que devolver la esperanza y que cada acción que se realice sea en beneficio de que cada uno viva mejor. Es una gran tarea. Es muy satisfactoria pero creo que va a ser muy trabajoso.

29/07/2016

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