Entrevistas
24/06/2019

Ianina Tuñón

“La pobreza afecta al 51,7% de los chicos de las grandes ciudades”

“La pobreza afecta al 51,7% de los chicos de las grandes ciudades” | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

La socióloga, responsable del Barómetro de la Infancia del Observatorio de la Deuda Social en la Universidad Católica Argentina, dijo que “entre 2017 y 2018 subió 8 puntos porcentuales”. Precisó que “más de un millón de niños tiene bastantes problemas para garantizar una ingesta alimentaria en cantidad y calidad”.

Diego Colao

[email protected]

Ianina Tuñón, socióloga, responsable del Barómetro de la Infancia del Observatorio de la Deuda Social en la Universidad Católica Argentina, describió que “entre 2017 y 2018” la pobreza  “tuvo un incremento de 8 puntos porcentuales y se estima que afecta al 51,7% de los chicos en las ciudades grandes de la Argentina”.

“Y dentro de ese grupo tenés un 11% de chicos que viven en la indigencia” agregó en este doiálogo con Va Con Firma, donde sostuvo que “más de un millón de niños tiene bastantes problemas para garantizar una ingesta alimentaria en cantidad y calidad”.

La investigadora social expresó que el trabajo infantil “desde el año 2010 venía bajando de modo significativo pero en el último año creció y se ubica en un 15,5% de la infancia”.

“Lo novedoso del fenómeno es que es un incremento que se dió fundamentalmente en los sectores medios, lo cual habla de una población que no está recibiendo transferencias de ingresos y que está utilizando mano de obra secundaria para poder sostener sus estrategias de subsistencia: y esa mano secundaria son sus hijos”, concluyó Tuñón.

-¿En que situación se encuentran hoy los niños y adolescentes en relación a los índices de pobreza?

-Hay diferentes modos de medir la pobreza pero el que más prevalece en la Argentina a nivel oficial es la pobreza por ingresos, y entre 2017 y 2018 tuvo un incremento bastante significativo. Subió 8 puntos porcentuales y se estima que afecta al 51,7% de los chicos en las ciudades grandes de la Argentina. Y dentro de ese grupo tenés un 11% de chicos que viven en la indigencia, es decir que sus padres no logran acceder a una canasta básica de alimentos. Es bueno decir que en toda la década nunca tuvimos menos de un 40% de chicos pobres en la Argentina. Es un incremento muy significativo en el último año, pero es importante saber que hace mucho tiempo que una parte de la infancia es pobre en el país. En ese sentido el panorama hacia futuro, por lo menos en el corto plazo, no es muy alentador. Hay otras formas de medir la pobreza que son más estables y que tienen que ver con la pobreza más estructural, como son las necesidades básicas insatisfechas, que afectan a casi un tercio de los niños en la Argentina. Si bien ese tipo de pobreza viene bajando de modo sostenido a lo largo de los años, esta claro que todavía afecta a un tercio de los niños.

-¿Se puede afirmar que hay chicos con hambre en el país?

-Nosotros estimamos que alrededor de un 13% de los chicos, o sea más de un millón de niños tiene bastantes problemas para garantizar una ingesta alimentaria en cantidad y calidad, y sus padres reconocen que son chicos que experimentan situaciones de hambre. En el último tiempo hay un 7% de estos chicos, sobre los cuales sus padres reportaron que tienen muchos problemas para darle la comida de la cena.

-¿Cuáles son las consecuencias en la salud y en el crecimiento en el futuro de los niños?

-La alimentación física por supuesto es muy importante, hay algunas ventanas de tiempo que son mucho más importantes que otras. En los primeros años de vida, sin duda la falta de alimento es muy importante para el desarrollo congnitivo de un niño. En ese sentido, las marcas que puede dejar el no acceso a la alimentación adecuada en los primeros años de vida, es bastante difíciles de poder subsanar en otras etapas de la vida. Procurar una mayor protección a los niños en la primera infancia sería muy importante en situaciones de crisis como la actual. 

-¿Cómo analiza las herramientas que pone en juego el Estado para subsanar al menos en parte las condiciones que viven los chicos?

-Las herramientas que tuvieron mayor nivel de escala son las transferencias de ingresos, como por ejemplo la Asignación Universal por Hijo. Que sin embargo, en un país con altos niveles de inflación combinado con mucha recesión de la economía, con poca creación de empleo en los sectores más precarios informales, lleva a que estas transferencias no sean suficientes para poder garantizar ni siquiera lo mínimo, que es el acceso a una alimentación adecuada. La problemática de la transferencia de ingresos es esa, que en el marco de una economía con estos problemas se tornan medidas muy insuficientes.

-¿Cree que el Estado podría mejorar las herramientas para solucionar este problema, más allá de que no pueda mejorar la economía?

-Sí, siempre se pueden mejorar, quizás en este contexto sería efectivo que se mejore la política alimentaria directa, que se la focalice mejor en los sectores sociales que más lo necesiten y que se mejore también la calidad de esas prestaciones que históricamente siempre fueron de muy baja calidad. Me refiero a comedores escolares, comedores comunitarios y algunas otras estrategias, porque la mayoría de los niños, en sus primeros años de vida en condiciones de pobreza, no asiste a ningún centro educativo.

-¿Cómo analiza la influencia de la desigualdad económica, la brecha entre ricos y pobres que se acentuó en el último tiempo?

-Yo diría que son brechas bastante persistentes, no sé si se incrementan en todos los aspectos, pero son brechas que son muy amplias y estructurales en la Argentina de las últimas dos décadas. Esas brechas de desigualdad son las que producen inequidades en el inicio de la vida y que luego son muy difíciles de revertir. Hoy, un chico, por más que termine la escuela secundaria y logre mejor educación que sus padres, no necesariamente logra después una mejor integración al mundo del trabajo, ni tampoco logra movilidad social a través de la educación. Ahí tenemos un problema bastante importante porque no hay transformaciones significativas en el campo educativo, y tenemos un mercado que no tiene capacidad de absorber a una parte de la población que, por decirlo de alguna manera, “sobra” en la economía argentina.

-¿A qué obedece y que características tiene el incremento del trabajo infantil del último año?

-Nosotros venimos monitoreando el trabajo infantil desde el año 2010 y venía bajando de modo significativo, pero en el último año creció y se ubica en un 15,5% de la infancia. Es trabajo económico y doméstico intensivo. Lo novedoso del fenómeno es que es un incremento que se dio fundamentalmente en los sectores medios, lo cual habla de una población que no está recibiendo transferencias de ingresos, que vive las problemáticas de la economía que mencionamos antes, y que está utilizando mano de obra secundaria para poder sostener sus estrategias de subsistencia. Y esa mano secundaria son sus hijos. Probablemente esa fuerza de trabajo, apenas la economía empiece a recuperarse, esos chicos dejen de trabajar. Tengo la hipótesis de que es un trabajo de tipo coyuntural.

29/07/2016

Sitios Sugeridos


Va con firma
| 2016 | Todos los derechos reservados

Director: Héctor Mauriño  |  

Neuquén, Argentina |Propiedad Intelectual: En trámite

[email protected]