Eduardo Jozami, dirigente político de Propuesta Ciudadana sostuvo que “hay que estar prevenido” porque “el gobierno está dispuesto a hacer cualquier cosa con tal de no perder esta elección”, ya que entre otras cosas “quiso imponer el voto electrónico” e intentó “algunas reformas que permitían transmitir los datos del escrutinio sin que quedara constancia material de las actas”.

El escritor y antiguo integrante de Carta Abierta minimizó en este diálogo con las implicancias de una campaña del miedo del gobierno porque con “las consecuencias tremendas de la aplicación de las políticas acordadas con el fondo”, hay “una angustia social que hace que sectores cada vez más amplios de la población no tengan el oído para seguir viendo cuán mala fue Cristina Kirchner, sino que están preocupados por lo que está ocurriendo hoy”.

Sobre la presencia de Carlos Stornelli junto al presidente Macri en un acto oficial, Jozami sostuvo que “hacer esto es realmente una desconsideración absoluta, una  falta de respeto por las instituciones, y una bravuconada”, porque es como decirle “a toda la justicia” que no les “importa lo que el Poder Judicial resuelva”, el fiscal “tiene que seguir en su cargo y yo lo defiendo”.

-¿Cómo ve la fórmula Fernández- Fernández luego de dos semanas del anuncio?

-Creo que ha sido una decisión acertada, por dos razones. En primer lugar porque ha abierto más posibilidades de triunfo en la elección, sobretodo porque estamos viviendo una emergencia gravísima en la Argentina, donde las consecuencias de un futuro gobierno de Mauricio Macri son inimaginables porque el ya anunció que seguiría con el programa, profundizándolo y llevando adelante todas las medidas que no se han podido aprobar por la resistencia social y por la minoría en la que se encuentra el gobierno en el Congreso. Y en segundo lugar, porque precisamente por la misma gravedad de esta coyuntura económica, fundamentalmente por el peso del endeudamiento y los condicionamientos que impone el fondo monetario y de los que habrá que ir liberándose, esto exige para llevar adelante con posibilidades de éxito la acción de un futuro gobierno, también un consenso social muy amplio y una alianza política lo más amplia posible. Y esto creo que se facilita con esta candidatura, que recoge en buena medida la tradición del kirchnerismo, porque Alberto fue integrante durante muchos años de los gobiernos de Néstor y de Cristina pero también es una señal a  otros sectores políticos que se distanciaron de nosotros. Ya desde aquel discurso la primera vez que Cristina Kirchner fue a Comodoro Py cuando habló de un frente ciudadano, de alguna manera delineó una política que es ésta, abrirnos a otros sectores y tratar de recuperar lo que había sido la potencialidad del kirchnerismo hasta 2011 y tener una política de unidad del peronismo que me parece que con esta decisión de Massa resulta más factible todavía.

-¿Hay un excesivo triunfalismo dentro del kirchnerismo luego del anuncio de la fórmula?

-No sé si lo hay, pero si lo hubiera no sería bueno porque estamos con esta fórmula y con toda la política de una convocatoria amplia y me parece que estamos en mucho mejores condiciones, pero las elecciones como los partidos se ganan cuando se ganan no cuando todavía estamos a más de dos meses de la primera de las elecciones, de las PASO. Hay que seguir trabajando fuerte para ganar la elección y eso supone no solo avanzar en los acuerdos electorales, que ahora es la primera urgencia porque ya no queda tanto para la presentación de listas sino fundamentalmente ir avanzando en los acuerdos de gobierno. Primero porque eso es lo que va a mostrar ante la ciudadanía la solidez de este proyecto y entonces eso va a tener también repercusión electoral y por otro lado porque tenemos que hacer realidad esta idea de que es posible unir a sectores tan amplios en torno a una propuesta coherente.

-¿Le parece que se invirtió la ecuación del 2015 y ahora el gobierno es el que está haciendo una campaña del miedo y el peronismo está hablando de la posibilidad de resolver las cosas?

-Habría que revisar si en la campaña del 2015 en algún momento se usó un tono que permitiera decir que estábamos infundiendo el temor. En realidad lo que se hacía era señalar qué iba a pasar si ganaba Macri, entonces eso tendrá que quedar en la historia política argentina como una anticipación de lo que después ocurrió. Entonces el término campaña del miedo ya no sería razonable usarlo. En este caso creo que el gobierno recurre a un miedo que tiene mucho menos que ver con la realidad porque es un miedo a la vuelta de un pasado que se ha demonizado, pero que precisamente ante la profundidad de la crisis que estamos viviendo, las consecuencias tremendas de la aplicación de las políticas acordadas con el fondo, se ve una angustia social que hace que sectores cada vez más amplios de la población no tengan el oído para seguir viendo cuán mala fue Cristina Kirchner sino que están preocupados por lo que está ocurriendo hoy. Y la insistencia del gobierno en esa campaña demonizadora revela que no tiene nada serio que ofrecer para dar respuesta a esa inquietud ciudadana por la situación económica y social.

-¿Cómo analiza la presencia del fiscal Stornelli junto al presidente Macri en un acto oficial el miércoles?

-Primero como una provocación, el presidente quiere demostrar que no le importa el significado institucional que pueda tener un acto como éste, que es mostrarse con un fiscal que no está acatando las decisiones de la justicia. Y por otro lado es otra manifestación más que el presidente en realidad gobierna con sus amigos y defiende a sus amigos, él lo sigue defendiendo a Stornelli. Habría que preguntarle a los ex alumnos del Cardenal Newman si están satisfechos con el gobierno del presidente, algunos seguro que sí porque han hecho grandes negocios en estos años. Pero el presidente tiene que rendir cuentas ante la ciudadanía, no ante los amigos, y frente a la ciudadanía que el presidente se anime a hacer esto es realmente una desconsideración absoluta, una  falta de respeto por las instituciones, y una bravuconada además, es como decirle al juez Ramos Padilla pero en realidad a toda la justicia, a nosotros no nos importa lo que el poder judicial resuelva, este hombre tiene que seguir en su cargo y yo lo defiendo.

-¿Cree que esta campaña sucia, de escuchas ilegales y la judicialización de la política se puede profundizar de acá a las elecciones?

-Desgraciadamente creo que sí. En estos días he leído con mucha preocupación que Marcos Peña estaba organizando reuniones y equipos para llevar adelante una campaña basada en el Whatsapp. Y eso curiosamente se hace al mismo tiempo en que la Cámara Nacional Electoral convocó a las empresas y a los partidos políticos y a los medios a la búsqueda de acuerdos mínimos para garantizar la prevención de noticias falsas y de todo tipo de maniobras. No hay que ser muy mal pensado para imaginarse qué está organizando Marcos Peña con esos equipos porque ya hemos tenido alguna experiencia. Y además teniendo en cuenta la utilización del Whatsapp que tuvo en la elección de Bolsonaro una amplitud tan grande, en algunos casos fue incluso más importante que la televisión. Nos obliga a ser prevenidos en ese sentido. El gobierno está dispuesto a hacer cualquier cosa con tal de no perder esta elección. Quiso imponer el voto electrónico y no pudo, después hubo algunas reformas que permitían transmitir los datos del escrutinio sin que quedara constancia material de las actas de la mesa; muchas de estas cosas se han podido corregir a través de la justicia pero tenemos que estar prevenidos.