Edgardo Mocca, politólogo y docente de la Universidad de Buenos Aires, se refirió al lanzamiento de la fórmula presidencial Alberto Fernández-Cristina Kirchner, y sostuvo que la decisión “corre el blanco” de la utilización de Cristina “como figura representativa del demonio”, y además es un “mecanismo que va a tener un efecto electoral” pero que apunta a “sostener una política distinta, contraria a la que venimos sufriendo estos años”.

“La apuesta es a tener una capacidad de convocatoria mayor para las políticas urgentes que tiene que implementar” el próximo gobierno porque “la situación de la Argentina es desastrosa”, explicó el analista político y también periodista en este diálogo con .

Para Mocca, lo que también “sobrevuela a esta cuestión” es el hecho de que a Sergio Massa “no le queda más ningún argumento para no participar en la unidad patriótica que los sectores del peronismo vienen abrazando”.

-¿Cuál fue su primera impresión tras el anuncio de la fórmula Fernández-Fernández?

-Mi primera reacción fue de conmoción y de sorpresa, porque en ninguno de mis cálculos existía este movimiento. Es lo que suele suceder con los grandes personajes de la política, que siempre tienen una jugada que el simple observador o el militante no puede capturar antes de que eso ocurra. Es un acontecimiento que cambia muy fuertemente la realidad política del país.

-¿Cuáles son los principales beneficios de esta fórmula?

-El sentido de esto es atacar frontalmente el último recurso que le queda al régimen macrista para intentar una reproducción de su poder a través de las elecciones. El último recurso es la figura de Cristina como “tótem”, como figura representativa del demonio, para poder movilizar electoralmente a una parte de la gente que no se lo banca más, la cual es una inmensa mayoría, y tratar de torcerle la voluntad como ya la torció con la mentira y utilizando la palabra de modo fraudulento en la primera elección, en 2015. Ahora lo estaba intentando nuevamente. Y todo lo que transmiten los grandes medios va en esa dirección, generando la cuestión de evitar el regreso del pasado. Una cosa muy tramposa y muy perversa, pero con un efecto en una sociedad que se ha acostumbrado demasiado al odio como mecanismo político. Una cosa es reconocer que hay un antagonismo, una contradicción profunda en la sociedad argentina, y eso es sano para la política, que se sincere y aparezca muy claro cuáles son los proyectos políticos en pugna, y otra es que nos adaptemos al régimen del odio y de la mutua descalificación, y en el caso de ellos de la persecución política, de las maquinaciones dirigidas contra Cristina, contra sus funcionarios, contra su familia. Creo que esto (el anuncio de la fórmula) corre el blanco, es un mecanismo que va a tener un efecto electoral, pero que sobre todo apunta a algo más allá del éxito electoral, y es la posibilidad de sostener una política distinta, contraria a la que venimos sufriendo estos años, haciéndolo sobre la base de un amplio respaldo popular y de un amplio respaldo de los actores políticos. Es un intento de darle a la política argentina un nuevo oxígeno, sin perder la brújula de lo que todos sabemos que tiene que ser una transformación muy fuerte de lo que estamos viviendo.

-¿Es importante la presencia de Cristina como vicepresidenta para garantizar que se mantengan los logros del kirchnerismo, pero a la vez con las críticas que reconoció?

-La presencia de Cristina en la fórmula, la vicepresidencia, es una apuesta de riesgo. Porque en el país los dobles comandos y las fórmulas donde uno ejerce el gobierno y otro ejerce el poder, no tienen buenos antecedentes. Pero a favor de la posibilidad de que esto funcione bien, está el enorme riesgo que correría no solo el espacio político, el “frente patriótico” o Unidad Ciudadana, en caso de que no funcionara bien este tándem, sino el tremendo riesgo para el país. Porque sería la creación de las condiciones para una derecha todavía más aventurera y más loca que la que está gobernando hoy, que no es poco decir. Ese riesgo es un incentivo para que la articulación entre los dos Fernández funcione bien, sobre la base del alto riesgo que supondría que no funcione bien.

-¿Es pertinente que la ex presidenta haya anunciado esto antes de sentarse el martes (hoy) en el juicio en su contra, para correrse del ataque judicial?

-Correrse del ataque judicial no es el propósito, porque el ataque judicial es una fotografía. No creo que Cristina formule esto por el show del martes, porque no se sabe qué va a ocurrir, si los actores del show van a ir, si los espectadores van a concurrir. Es un show que ha entrado en una zona de ridículo ostensible. Se empieza un proceso que puede caer inmediatamente, porque la Corte dejó planteado que hay problemas, que hay insuficiencia de pruebas, y si eso empieza de esa manera es una garantía de que no llegue a ningún lado. Me parece que Cristina está más tranquila ahora que antes de este lamentable show al que desgraciadamente se prestó de alguna manera la Corte Suprema pero sobre todo los medios, por ejemplo por la “gran reacción popular de masas” que propagandizaron y que fue una cosa que coquetea dramáticamente con el ridículo. Le resto totalmente peso a lo del martes, si sale bien, porque hay que notar que Cristina Kirchner tiene acceso a la palabra en cualquier momento del proceso. Pero si toma la palabra, con el revuelo político que armó, la noticia del juicio va a desaparecer y la noticia va a ser, como siempre que habla, qué es lo que dijo Cristina.

-Cristina Fernández habló de “orden” en su video. ¿Le parece que va a ser un eje importante?

-Es un asunto muy discutido en las propias cercanías de la ex presidenta. A mí me gusta más la idea del contrato, pero entiendo perfectamente la cuestión del orden, porque este país necesita recuperar un orden. Por supuesto el orden no es un asunto neutral, porque ha habido situaciones de orden que son de triste memoria en la Argentina. Pero viniendo de Cristina el orden significa que las familias estén seguras de que van a llegar a fin de mes, que van a poder pagar la factura, que los chicos vayan a la escuela, que el trabajo no esté amenazado todos los días y todas las horas. Eso es un orden.

-¿Cree que la fórmula realmente amplía la base electoral de Cristina, a quién convoca?

-Amplía la base electoral, o potencialmente puede ampliarla. Y creo que hay un nombre que sobrevuela esta cuestión que es Massa, a quien no le queda más ningún argumento para no participar en la unidad patriótica que los sectores del peronismo vienen abrazando. No hay que prestarle atención solamente a la base electoral sino a la base social y política del espacio. La apuesta va más allá de un cálculo electoral, aunque pueda incluirlo. Eso está bien porque para pensar en el país, futuro primero hay que ganar las elecciones. La apuesta es a tener una capacidad de convocatoria mayor para las políticas urgentes que tiene que implementar el gobierno venidero, porque la situación de la Argentina es desastrosa. Entonces, eso está calculado como parte de la movida.