Entrevistas
13/05/2019

Ricardo Forster

“Se compartió un clima reparador en medio de una Argentina tan dañada”

“Se compartió un clima reparador en medio de una Argentina tan dañada” | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

El filósofo y docente universitario sostuvo sobre la presentación del libro de Cristina Fernández de Kirchner que “mostró que la sociedad argentina se enfrenta de nuevo a una decisión transcendental”. Del gobierno de Macri dijo que “está terminado” y solo “trata de llegar a las elecciones de octubre”.

Ricardo Forster, filósofo y docente universitario, aseguró que la presentación del trabajo “Sinceramente”, de Cristina Fernández de Kirchner en la Feria del Libro fue “el acontecimiento político cultural de los últimos meses” y remarcó que la ex presidenta constituyó “alrededor de algo que parece anacrónico para esta época como es un libro, un acontecimiento político de envergadura”.

“Se compartió un clima de esperanza, de entusiasmo, como reparador en medio de una Argentina tan dañada y lastimada por las políticas del gobierno nacional”, resumió el ex funcionario del gobierno de Fernández de Kirchner en este diálogo con Va Con Firma.

Forster indicó que durante la exposición, la ex presidenta “mostró que de nuevo la sociedad argentina se enfrenta ante una decisión trascendental” y para llevar adelante un “país diferente al gobernado por el macrismo” es necesario “un nuevo pacto o un contrato social, una refundación”.

Sobre los 10 puntos de consenso que presentó el presidente Mauricio Macri la semana pasada, Forster consideró que “es llamativo que en la línea descendente de su gobierno y en medio de una crisis feroz generada por sus propias políticas, le plantee entre comillas a la sociedad un decálogo que es la exacerbación de las mismas medidas que lo llevaron a la crisis”.

“Este es un gobierno terminado que trata de ver cómo llega a las elecciones de octubre y a partir de ahí busca estrategias muy oportunistas para tratar de alcanzar la meta de cerrar el gobierno en medio de una descomposición muy profunda de la vida económica, social e institucional”, concluyó.

-¿Qué impresiones se llevó de la presentación del libro de Cristina Fernández de Kirchner en la Feria?

-Fue el acontecimiento político cultural de los últimos meses. Cristina es noticia cuando no habla, cuando habla y es más noticia cuando presenta un libro de 600 páginas en un mundo de la política  donde en general lo que suele abundar es la carencia, la falta de ideas, el discurso muy acotadito, la frase hecha, el tipo de discurso de publicista, los focus group y tratar de impactar con un twit. Acá Cristina le dice a la sociedad, este es mi camino, esta es mi experiencia, atravesé tales vivencias, esta es mi concepción de país y respeta obviamente la inteligencia de los argentinos. Y constituye alrededor de algo que parece anacrónico para esta época como es un libro un acontecimiento político de envergadura. Para mí fue un momento muy especial con una Cristina muy serena, muy reflexiva, explicando lo que sintió pasando de la oralidad a alguien que escribe, que corrige, que revisa, que busca una palabra adecuada, fue una experiencia muy grata y el clima que se vivió fue de mucha alegría. Se compartió un clima de esperanza, de entusiasmo, como reparador en medio de una Argentina tan dañada y lastimada por las políticas del gobierno nacional.

-¿Cuál es la importancia de este nuevo contrato social que propuso?

-Fue muy clara al decir que hoy podemos contrastar dos proyectos de país, uno que durante 12 años buscó reindustrializar a la Argentina, distribuir más equitativamente el ingreso, mirar hacia América Latina, hacia una mundo multipolar, no rifar la soberanía, desendeudarse, generar condiciones de trabajo digno, que el Estado se ocupe de la ciencia y la tecnología, y que busque paliar la exclusión y la pobreza; frente a un proyecto de país que en 3 años y algunos meses llevó la deuda a niveles increíbles, a una pérdida brutal de soberanía, un arreglo de cuarta categoría con los fondos buitres que incluso le dieron más de lo que pedían, que destruye la industria que da trabajo en la Argentina que sobretodo es la pequeña y la mediana empresa, que bombardea la vida social, que destruye instancias institucionales decisivas como el ministerio de Ciencia y Tecnología, de Salud, de Trabajo y los convierte en secretarías, que vacía el Presupuesto. Podría ser larguísima la lista. Lo que Cristina mostró es que de nuevo la sociedad argentina se enfrenta ante una decisión trascendental y que el país que viene, si efectivamente como muchos creemos va a ser un país diferente al gobernado por el macrismo, requiere de lo que Cristina nombró como un nuevo pacto o un contrato social, una refundación, por eso habló de ciudadanía responsable. Obvio que eso significa que ese acuerdo no es en igualdad de condiciones, no es la misma la situación de alguien que está padeciendo la falta de trabajo, la pobreza, que alguien que es dueño de una gran empresa; cada uno tendrá que aportar en función de sus posibilidades y ahí el rol del Estado es clave. Pero un contrato implica plantearle a la sociedad reglas de juego y redefinir hacia dónde queremos ir como sociedad, si queremos un país convertido como lo soñaba Macri en un supermercado del mundo pareciéndonos a Australia, pero acá sobran 20 millones de ciudadanos, porque Australia tiene 20 millones menos de habitantes que Argentina, un país que entrega su ciencia y su tecnología, que desindustrializa su economía, o queremos un país que vuelva a integrar, a integrar las regiones, que piense en un proyecto de crecimiento pero con distribución, porque el crecimiento sin distribución tampoco es bueno para una sociedad, que aumente el presupuesto en educación y salud, y proteja a los más débiles. Esta es la Argentina que está en disputa y que Cristina lo marcó muy claramente en su intervención en la feria.  

-¿Cómo ve el consenso de 10 puntos que propuso el presidente Macri la semana pasada?

-Es llamativo que en la línea descendente de su gobierno y en medio de una crisis feroz generada por sus propias políticas le plantee entre comillas a la sociedad un decálogo que es la exacerbación de las mismas medidas que lo llevaron a la crisis. Flexibilización laboral, un cambio estructural en el sistema jubilatorio, una lógica de endeudamiento que no se discute. Uno se pregunta en qué país viven, qué significa plantear esto de esa manera; y por supuesto apoyado en gran medida por los medios de comunicación hegemónicos, porque frente a cualquier otro gobierno esos mismos medios hoy estarían haciendo tapas catastróficas de la escena social, económica e institucional de la Argentina. Y sin embargo todavía lo siguen protegiendo y tratan de disimular el daño inmenso que genera el macrismo. No hay una sola medida a lo largo de tres años y unos meses que pueda ser mencionada en favor de la gran mayoría de los argentinos. Ni una sola. Salieron con esto de los precios cuidados y a la semana ya nadie se acuerda, la inflación sigue creciendo exponencialmente, van a un acuerdo con el fondo, lo incumplen, tienen que hacer otro acuerdo, pedir más dinero, endeudar más y el dólar está al borde del precipicio, en términos de seguir el camino de la devaluación del peso. Este es un gobierno terminado que trata de ver  cómo llega a las elecciones de octubre y a partir de ahí busca estrategias muy oportunistas para tratar de alcanzar la meta de cerrar el gobierno en medio de una descomposición muy profunda de la vida económica, social e institucional.

-¿Qué sintió con la participación de una científica en el concurso de preguntas y respuestas para financiar su investigación?

-Una tristeza enorme, me hizo acordar a esos programas de los ‘90 donde competían dos personas y el que ganaba se quedaba con un trabajo. Miserable, la televisión tiene esa lógica miserable, los medios de comunicación son muy ruines, muy impúdicos. Me pareció una cosa muy impúdica. Más allá de tratar de hacerlo visible por parte de esa científica, yo la verdad que aprecio muy poco este tipo de acciones, más allá de que ese dinero vaya a su laboratorio; es el Estado el que  tiene que  hacerse cargo de sostener el andamiaje de la investigación científica y de la educación en una sociedad. Puede ser mirado como un intento de decirle a la sociedad “miren lo que están haciendo”; vamos a verlo desde ese lugar, pero la lógica televisiva es a veces muy brutal, muy ruin, muy impúdica y la Argentina no tiene por qué atravesar una situación de este tipo cuando efectivamente se había reconstruido el sistema científico tecnológico, se habían repatriado más de 1.000 científicos, el Conicet incorporaba todos los años a la carrera un número creciente de investigadores. Hoy vemos que todo eso se cerró, se desfinanció y no hay programa televisivo, por más paliativo que parezca, que pueda compensar la destrucción neoliberal de algo tan decisivo para cualquier proyecto de país que se quiera autónomo, mejor; como es el dinero imprescindible que el Estado tiene que poner para garantizar la expansión de la educación, y la ciencia y la tecnología.

-Luego de la presentación del libro, ¿Cree que ya no queda lugar para especulaciones y Cristina tiene que ser candidata?

-Yo siempre creí eso. Sigo creyendo que por responsabilidad histórica y por los enormes desafíos que vamos a tener que enfrentar como país una vez que termine este espantoso gobierno, Cristina es la que por lejos tiene la personalidad, el saber, el coraje y la experiencia acumulada para enfrentar lo que va a ser extremadamente duro, por eso habla de ciudadanía responsable y de un nuevo contrato porque los poderes económicos piensan solo en su rentabilidad y han mostrado que el país les importa muy poco. Habrá que ponerse firmes y Cristina ya ha mostrado a lo largo de dos gobiernos que no le tiembla el pulso y que es por lejos la dirigente política de mayor envergadura de la historia contemporánea del país.

29/07/2016

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