Hugo Yasky, secretario general de la CTA de los Trabajadores y diputado nacional, analizó el panorama eleccionario y sostuvo que “a diferencia de 2015” donde la propuesta del gobierno se sostenía en “base a promesas”, ahora “más que un cheque en blanco lo que va a haber, incluso dentro del propio electorado de Cambiemos, es voto castigo”.

El sindicalista expresó que el paro general que lanzaron junto a Camioneros, la CTA Autónoma y otras corrientes sindicales para el 30 de abril, va a “tener un impacto muy alto, muy fuerte” porque “se han sumado la mayoría de las regionales de la CGT del país”.

Indicó que la medida “va a extenderse desde la base” y criticó a “una parte de la conducción de la CGT” que anunció “que no va a formar parte de la convocatoria”, lo que muestra “la imagen decadente de estos dirigentes sindicales que ni aún en un momento de crisis brutal como ésta, salen de la inacción”.

Para Yasky, “el gobierno arroja una gotita de agua para apagar un incendio” con las medidas de congelamiento de precios y de créditos blandos que anunció la semana pasada, ya que “la crisis ha calado muy profundo en el tejido social en nuestro país”.

El gobierno “está aprisionado por lo que serían dos frentes de tensión que son absolutamente contradictorios, el del FMI que quiere que mantenga la línea del ajuste y la de sus aliados que le están planteando que hay que ir a medidas de tipo más populares que sirvan para paliar los efectos de la crisis”, resumió el diputado nacional en este diálogo con .

-¿Cómo analiza el paquete de medidas que lanzó el gobierno?

-Creo que es un paquete de medidas que llega tarde, porque la crisis ha calado muy profundo en el tejido social en nuestro país. Tenemos un pico inflacionario que marca el número de inflación más alto desde 1991, por arriba del 54% en términos internanuales, una destrucción de puestos de trabajo que solamente en el sector registrado durante el último año alcanza los 200.000 casos, sobretodo en la industria; lo que significa un arrastre de otros tantos en el sector informal. La crisis no podría ser peor, el poder adquisitivo ha caído y el gobierno arroja una gotita de agua para apagar un incendio, porque esto es lo que hoy tenemos. Por otra parte, hay que destacar que son medidas que ellos han criticado como ineficaces, este tipo de medidas eran las que para ellos explicaban los fracasos de la economía y sin embargo ahora urgidos por los tiempos electorales, anuncian esto que termina siendo más parecido a un manotazo de ahogado que a una medida decidida reflexivamente.

-¿El gobierno está en su peor momento?

-Creo que sí, porque está parado en lo que sería el vértice de un techo a dos aguas. Por un lado tiene una pésima imagen y ha sufrido una serie de derrotas electorales en las provincias donde hubo elecciones; se avecina la elección de octubre y el gobierno no logra remontar vuelo, la imagen de Macri arrastra al resto de los candidatos. Y por otro lado, está aprisionado por lo que serían dos frentes de tensión que son absolutamente contradictorios, el del FMI que quiere que el gobierno mantenga la línea del ajuste y la de sus aliados que le están planteando que hay que ir a medidas de tipo más populares que sirvan para paliar los efectos de la crisis. Entonces tenemos a un gobierno desorientado, dando bastonazos de ciego, tomando medidas como las que anunció que no se comparecen con la continuidad del plan de ajuste. Es como querer hacer convivir dentro de un mismo tiempo y de un mismo gobierno visiones absolutamente antagónicas.

-¿Cómo vio el video donde Macri presentó las medidas? ¿Le parece que la gente le cree al presidente?

-Hasta los propios sectores que votaron a Mauricio Macri no creen demasiado en estas puestas en escena. Todos sabemos que cuando un gobierno tiene que recurrir a este tipo de producciones de ficción, absolutamente guionadas, con una familia a la que ya había visitado hace un par de años en campaña electoral en otra oportunidad; son iniciativas que dada la gravedad de la situación que están sufriendo los hogares de la Argentina generan más rechazo.

-¿Cuál es la importancia del paro general que convocaron para el 30 de abril?

-Va a tener un impacto muy alto, muy fuerte, porque a los sectores sindicales que anunciamos este paro se han sumado en el mismo momento de la convocatoria y ahora lo siguen haciendo, la mayoría de las regionales de la CGT del país. Va a ser un paro que va a extenderse desde la base, aun cuando una parte de la conducción de la CGT anunció que no va a formar parte de la convocatoria, cosa que pone con absoluta claridad la imagen decadente de estos dirigentes sindicales que ni aun en un momento de crisis brutal como ésta salen de la inacción, de la parálisis. El paro va a demostrar que los trabajadores necesitan reclamar un cambio de rumbo, que la inmensa mayoría de los sectores populares rechaza las políticas de ajuste del gobierno y va a terminar de demostrar que la conducción de la CGT se representa a sí misma, no representa a la mayoría de los trabajadores.

-¿Cómo ve al peronismo de cara a las elecciones? ¿Cuál es el papel de Cristina Kirchner?

-Necesitamos construir la unidad con aquellos que representan legítimamente espacios dentro del movimiento popular, del peronismo, de la izquierda, de los sectores que están clamando por poder llegar a tener nuevamente un gobierno popular para poner a salvo lo que queda de los salarios, de la educación, de la salud, y remontar la cuesta. Para eso es necesario tener en la convocatoria y al frente de ese espacio a aquellos que legítimamente representan los dirigentes con mayor nivel de adhesión, en ese sentido la figura de Cristina Kirchner, no solo en la provincia de Buenos Aires sino en muchas provincias del país, es la que aparece al tope de las preferencias del electorado, de manera que creo que el frente tiene que tener sin lugar a dudas esa referencia para su constitución.

-Se habla mucho que el gobierno necesita la figura de Cristina para polarizar y tener chances electorales. ¿Hay diferencias con respecto al 2017, por ejemplo?

-Hay una diferencia vital para las aspiraciones del gobierno y es que en el 2015 era una propuesta que se sostenía sobre la base de promesas y luego de 4 años esas promesas se convirtieron en esta realidad de penurias que tienen que enfrentar los argentinos y lo que en ese momento era firmar un cheque en blanco, ahora no lo van a hacer. Más que cheque en blanco lo que va a haber, incluso dentro del propio electorado de Cambiemos, es voto castigo.