Entrevistas
01/04/2019

Mercedes Marcó del Pont

“El gobierno sigue apostando a una receta que no sirve”

“El gobierno sigue apostando a una receta que no sirve” | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

La ex presidenta del Banco Central durante el gobierno de Cristina Kirchner sostuvo que la gestión de Macri “no tiene muchos cartuchos para quemar” para controlar la situación del dólar y señaló que la incógnita es si el “desmadre cambiario” será antes o después de octubre. Indicó que Argentina tiene que ser “un país donde el mejor negocio sea producir y no especular”.

Diego Colao

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Mercedes Marcó del Pont, ex directora del Banco Central durante el gobierno de Cristina Kirchner sostuvo que “el gobierno no tiene muchos cartuchos para quemar para tratar de controlar” la situación del dólar” y agregó que “sigue apostando a una receta que ya demostró que no sirve”.

La economista puntualizó en este diálogo con Va Con Firma que éstas políticas están “teniendo un costo productivo y social enorme y no garantizan de ninguna manera un marco de estabilidad para los próximos meses”, por lo que remarcó que la incógnita es si “el desmadre cambiario” se va a producir “antes o después” de las elecciones.

Sobre la afirmación de Mauricio Macri de que los argentinos “tienen que aguantar” sostuvo que “es casi una falta de respeto al pueblo argentino” porque “el sufrimiento es enorme” y porque “queda de manifiesto que este es un sacrificio que no lleva a ningún resultado virtuoso”.

“No es cierto que sea un esfuerzo equitativo, es un esfuerzo totalmente desigual que está en cabeza de los trabajadores, de todos los sectores de producción y que está generando una transferencia de riqueza brutal hacia los sectores financieros”, definió Marcó del Pont.

Para la ex diputada nacional y presidenta de la fundación FIDE, las prioridades del próximo gobierno “tienen que volver a ser hacer de la Argentina un país donde el mejor negocio sea producir y no especular”.

-¿Qué análisis hace de lo que ocurrió con el dólar esta semana?

-Creo que desde hace largo tiempo que la sociedad argentina está expuesta a un desmanejo de la política económica que ha llevado a que no se puede garantizar ninguno de los objetivos que originariamente se habían planteado; obviamente no el de la pobreza cero, no el del crecimiento, no el de la generación de empleo y tampoco el de la baja de inflación, que es a lo que aspiraba el gobierno de cara al proceso electoral que estamos transitando. Estas presiones cambiarias que se están viviendo son la contracara de un modelo económico que en tres años y medio nos ha transformado en uno de los países más expuestos y más vulnerables del mundo donde todas las tensiones que se viven afuera repercuten ampliadas internamente. Para que tengamos una idea Argentina en marzo devaluó su moneda más que el doble de Brasil y casi el triple que Turquía, por citar dos países emergentes con bastante volatilidad. Entonces advierto que el gobierno no tiene muchos cartuchos para quemar para tratar de controlar esta situación y sigue apostando a una receta que ya demostró que no sirve. Aumentos de tasa de interés, más restricción monetaria, más ajuste, más condiciones para la bicicleta financiera y todo esto está teniendo un costo productivo y social enorme y no garantiza de ninguna manera un marco de estabilidad para los próximos meses.

-Se habla mucho de que el único objetivo del gobierno es llegar a las elecciones con cierta estabilidad en el dólar, ¿Cree que va a poder hacerlo?

-Tengo cada vez más dudas al respecto. Efectivamente, todos los actores dan por descontado que no va a poder evitar otro desmadre cambiario, y la pregunta es si será antes o después de octubre. Lo que se advierte es que hasta ahora ha tratado de apaciguar el dólar con este ofrecimiento de rendimiento de tasa de interés que no existe en ningún lugar del mundo, tratando de que los inversores que están en pesos se queden en pesos y no dolaricen. Esto lleva un punto que es un flanco muy vulnerable porque con el tiempo todos los actores se dan cuenta que es insostenible y está habiendo un proceso de dolarización. El dólar aumenta no porque estemos importando más, no porque haya más turismo del exterior, ni siquiera porque estamos pagando más deuda. Fundamentalmente las presiones cambiarias se originan en la fuga de capitales y la contracara de esa fuga de capitales es el brutal endeudamiento contraído ahora con el Fondo Monetario Internacional. Lo que advierto es que además el mismo Banco Central se ha autoimpuesto sus restricciones para poder actuar, más de las que le impone el fondo. Por ejemplo, esta semana conocimos que le han dado a los bancos mayor “changüí” para seguir colocando Leliq a estas tasas cercanas al 70% para que le paguen más a los plazos fijos y de esta manera los plazos fijos no se vayan al dólar. Cuando en realidad el Banco Central perfectamente le podía pedir a los bancos, porque así está establecido en su carta orgánica, que suban la tasa de interés, los rendimientos de los plazos fijos, los puede hacer sin ningún costo. Pero le están ofreciendo más negocios financieros a los bancos. Es una situación dramática de transferencia de riqueza desde los bolsillos de la población, desde los jubilados, desde los trabajadores, desde el Estado de los recursos que aportamos para pagar impuestos hacia el negocio financiero.              

-El gobierno apuesta mucho a la liquidación de la cosecha para mejorar, ¿Hasta dónde cree que le alcanza?

-Hay un interrogante acerca de esos dólares de la exportación que efectivamente tendrían que ingresar, pero no podemos ignorar que una de las decisiones que el gobierno se autoimpuso fue desregular absolutamente la liquidación de exportaciones por parte de los productores. O sea que esa estacionalidad que se daba porque había cronogramas y calendarios que había que cumplir hoy ya no existen. Lo que uno advierte es que hay gran parte del sector productivo que probablemente necesite vender su producción porque con estas tasas de interés no hay capacidad de financiamiento de ningún tipo pero después la pregunta es qué van a hacer los grandes exportadores, es un sector muy concentrado de los grandes consorcios de exportación que están también pulseando y tratando que el tipo de cambio sea más alto para aumentar su ganancia. Si bien con los dólares del sector de los cereales no alcanza para cubrir la fuga hubiera sido en esta etapa un poco de oxígeno que no está garantizado de ninguna manera por otra decisión que tomó el gobierno que fue desregular la liquidación de exportaciones.

-¿Qué siente cuando el presidente dice que los argentinos tienen hay que aguantar?

-Creo que ya casi es una falta de respeto al pueblo argentino, creo que es tan falaz todo su discurso y lo que antes podría haber tenido un poquito más de anclaje en algún sentido común ya no lo tiene porque el sufrimiento es enorme y además porque queda de manifiesto que este es un sacrificio que no lleva a ningún resultado virtuoso. Por lo general ningún sacrificio y la pauperización llevan a resultados virtuosos, pero en este caso particularmente porque no es cierto que sea un esfuerzo equitativo, es un esfuerzo totalmente desigual que está en cabeza de los trabajadores, de todos los sectores de producción y que está generando una transferencia de riqueza brutal hacia los sectores financieros. Acá hay grandes ganadores y uno pondría al sector financiero a la cabeza, y uno advierte que es un sacrificio inútil y que perfectamente se hubiera podido cubrir las necesidades de otra manera si hubiera habido decisión política. Estos son resultados de un modelo económico que los argentinos ya hemos experimentado, que sabemos cómo termina, y que lamentablemente este nuevo experimento va a tener el mismo desenlace que tuvieron en la década de los ‘70 con la dictadura, que tuvo con la convertibilidad y que ya está mostrando señales muy fuertes de agotamiento.

-¿Cómo ve el camino de salida de esta crisis para el próximo gobierno y cuánto puede demorar?

-Siempre si hay decisión política se puede reorientar al país hacia un sendero distinto, donde las prioridades de la política económica sean otras y las prioridades tienen que volver a ser hacer de la Argentina un país donde el mejor negocio sea producir y no especular. Y para eso hay que plantear reglas de juego en ese sentido. Obviamente vamos a tener, ahí sí, una herencia muy pesada que es este brutal endeudamiento externo y vamos a tener que sentarnos a discutir y a reprogramar esa deuda con el Fondo Monetario Internacional con la condición fundamental de que hay que generar espacios de libertad para volver a crecer y para volver a generar mercado interno, para volver a proteger la producción nacional. Hay que cambiar las reglas de juego para poder bajar las tasas de interés y para eso hay que volver a regular el mercado de cambios y la cuenta capital de la Argentina. Vamos a llegar con una situación de mucha labilidad, con una situación de cambio de precios relativos muy fuerte pero también con una capacidad instalada ociosa que si hay decisión política rápidamente se tiene que movilizar para volver a garantizar crecimiento económico. Va a ser una situación difícil porque la situación es difícil internamente pero el contexto global es muy complicado, muy complejo, no es el contexto que regía en la post convertibilidad, donde en general todos los indicadores de la economía mundial eran buenos para nuestra región. Hoy el contexto global es adverso, no hay señales de buenos precios internacionales, hay señales de que puede ingresarse a una recesión global nuevamente, Brasil no termina de arrancar, hay un proceso de proteccionismo brutal. Y en ese contexto vamos a tener que enfocar toda la política económica en recuperar mercado interno y sobretodo recuperar capacidad soberana para decidir. Arrancarle la capacidad que hoy se le ha cedido al mercado y devolvérsela al Estado nacional.  

29/07/2016

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