El diputado provincial Alejandro Vidal, quien proviene del radicalismo pero en la reciente elección en Neuquén se postuló a gobernador por el espacio Iguales, afirmó que la Unión Cívica Radial neuquina vive “una suerte de ‘quirogato’” porque responde al intendente de la capital y jefe de Cambiemos, Horacio Quiroga. Sostuvo además que “los votos que perdió” este último, quien salió tercero como candidato al máximo cargo provincial, “los perdió él solito, no por nuestra participación en Iguales”.

Al fustigar duramente a las autoridades locales del radicalismo, que acaban de sancionarlo con una exclusión del padrón tanto a él como a otros 46 afiliados, el legislador dijo que el presidente del comité provincial de la UCR, César Gass, “es un mamarracho” y un “empleado de Quiroga”. Manifestó que “para ser radical hay que hacer honor a las ideas que le dieron vida” al partido, y afirmó que ninguno de los dos es “consecuente” con eso.

Entrevistado por , Vidal opinó que la Unión Cívica Radical “debe abandonar Cambiemos" en la elección presidencial y no ir a unas PASO contra el Pro, porque eso sería “convalidar la reelección de Macri, que le va a hacer mucho mal” al país. Consideró que el partido "tendría que sumarse a la construcción de una alternativa que esté por encima de la grieta", y cuyos referentes podrían ser Ricardo Alfonsín o Roberto Lavagna.

-Usted dijo que no lo sorprendió que lo saquen del padrón de la Unión Cívica Radical y que es ‘más radical de Horacio Quiroga’. ¿A qué se refiere?

-Nosotros ya estábamos afuera pero no por decisión propia sino porque el radicalismo está clausurado en la provincia de Neuquén hace tiempo. En el radicalismo se vive una suerte de "quirogato", donde quienes piensan igual participan y quienes tienen miradas críticas son marginados. Cualquier mecanismo de participación interna no existe porque las decisiones no se toman en sede partidaria, se toman en otro lado. Nadie puede discutir nuestra condición de radicales porque nosotros representamos principios, valores e ideas que el quiroguismo no representa. Están en una actitud absolutamente genuflexa con intereses que no tienen nada que ver con lo que pretendemos que represente la UCR. Además, de los casi 50 afiliados que fueron dados de baja en el padrón, desde que el delegado de Quiroga en el partido, César Gass, está en la conducción, creo que más de 1.000 afiliados tomaron la decisión por cuenta propia de desafiliarse. Entonces, algo pasa en la Unión Cívica Radical.

-¿Cree que hay una crisis de representatividad dentro de la UCR?

-Totalmente. Evidentemente las causas y las ideas que le dieron vida a la UCR, no están representadas por el poder político de esta conducción.

-Gass dijo a este portal de noticias que usted era un empleado del Movimiento Popular Neuquino, y que fue candidato por otro partido para restarle votos a Quiroga.

-Él es un mamarracho. Los votos que perdió Quiroga en la elección los perdió solito, no los perdió por nuestra participación en Iguales. Iguales representó más el ideario de la UCR que la lista que él integró, rodeado de gente que representa los intereses de las corporaciones y de los mercados en la economía argentina. Si hay algún empleado acá es César Gass. Yo no soy empleado del MPN. Yo represento a afiliados radicales y represento otras cosas, que son excluidos por la conducción que él lleva adelante con las órdenes que le imparte Quiroga. Para ser radical no hay que figurar en un padrón ni cantar la marcha radical. Para ser radical, hay que hacer honor a las ideas que le dieron vida a la UCR, cosa que César Gass y Quiroga y ninguno de los que están en la conducción actual de la UCR de Neuquén, y me animo a decir de Argentina, están siendo consecuentes con eso.

-¿Cree que este año el partido debería volver a renovar la alianza con el PRO para integrar Cambiemos?

-Yo fui candidato por otra línea porque creo que el radicalismo debe abandonar Cambiemos, no tengo ninguna duda. No por una cuestión de conveniencia. Creo que Argentina necesita a alguien que sea capaz de constituir un gobierno de unión nacional, que sea capaz de convocar a todas las fuerzas políticas, a las fuerzas del trabajo, de la economía, para diseñar un programa que ponga a la Argentina en vías de desarrollo. Y este es un gobierno que está adhiriendo a un programa que le impone el Fondo Monetario Internacional, y por más que quisiera hacerlo, no puede hacer lo que estoy diciendo. No comparto la mirada que tienen algunos radicales de que tenemos que ir a una PASO. Ir a una PASO es convalidar la reelección de Mauricio Macri, que creo que le va a hacer mucho mal a la Argentina. Aparte, no hay que preocuparse por la elección sino por el 2020, en una Argentina que tiene una creciente conflictividad social y no por los actores de la política. Porque estamos en una Argentina que tiene más del 51% de inflación interanual, que los índices de pobreza crecen cotidianamente, que cada día hay más desempleo, que el salario real cae, y las tarifas y los servicios cuestan cada día más.

-¿Una opción sería que el radicalismo presente un candidato propio?

-Creo que el radicalismo tendría que sumarse a la construcción de una alternativa que esté por encima de la grieta.

-¿Quiénes serian?

-Es un tema (sobre el) que es muy difícil opinar desde Neuquén. Pero me encantaría que gente como (Ricardo) Alfonsín, como (Roberto) Lavagna, como tantos otros puedan confluir en un espacio para proponerse sacar a la Argentina adelante. Pero desde Neuquén es muy difícil proponerlo.