Entrevistas
08/10/2017

Mariana Moyano

“Un país con endeudamiento y un Estado represivo no termina bien”

“Un país con endeudamiento y un Estado represivo no termina bien” | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

La periodista, ex panelista de 678, indicó que “haber habilitado a las fuerzas de seguridad a autogobernarse es peligrosísimo para nosotros y para el propio gobierno”. Sobre los medios de comunicación aseguró que “vinieron a limpiar todo aquello que no es parecido a lo que ellos quieren que se piense”.

Diego Colao

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Mariana Moyano, periodista y docente de la carrera de Comunicación Social de la Universidad de Buenos Aires, explicó que “hay una especie de caricia de parte del gobierno a un sector muy poderoso de la Argentina que busca 'el orden'”, lo que genera que haya “habilitado a las fuerzas de seguridad a autogobernarse”, hecho que se vuelve “peligrosísimo para nosotros y para el propio gobierno”.

“No hay manera de que un país con semejante nivel de endeudamiento y un Estado represivo termine bien”, advirtió la ex panelista del programa 678, quien calificó de “gravísimo” que la Gendarmería ingrese a las universidades nacionales, como ocurrió la semana pasada en Rosario.

Moyano explicó, en diálogo con Va Con Firma, que cuando asumió el gobierno de Macri fue proscripta, su “nombre estaba prohibido” y destacó que las autoridades de Cambiemos vinieron a “silenciar”; “vinieron a limpiar todo aquello que no es parecido a lo que ellos quieren que se piense”.

-¿Por qué cree que a Cambiemos le fue bien en las PASO con las medidas antipopulares que viene tomando desde que asumió?

- Es largo, creo que hay muchos errores del gobierno anterior, no hay una construcción social sólida y este gobierno por un lado tiene una gran capacidad comunicacional de presentarse como que las medidas “dolorosas” que toman son las inevitables y las naturales. Es como antes, cuando los padres te decían te pego para que en un futuro aprendas lo que es bueno. Por otro lado, es un gobierno de derecha y la derecha en argentina tiene 200 años de establecer los cánones bajo los cuales debemos vivir, desde que el libre mercado está bien, pasando porque la patria es el campo y siguiendo por el “algo habrán hecho”. Y un gobierno que sigue esos modos de pensar, y que llega a una sociedad que todavía tiene esos modos de pensar, va a cabalgar más fácil, porque es simplemente montarse a un caballo conocido, o al caballo propio, que es todavía más sencillo. Tiene a favor eso. Cuando la sociedad en la Argentina reacciona respecto a que esos cánones no son necesariamente los correctos, ahí es donde hay un sacudón; ha  sucedido excepcionalmente pero ocurre. Y a eso sumále que tienen la suma del poder público; la justicia, la política, los medios, los carpetazos, la extorsión, la represión; en ese aparato suenan como hiperpoderosos. No caigo en decir que toda la culpa es del kirchnerismo o de los medios, ni en que la sociedad es estúpida. Me parece que es una combinación de cosas, y por supuesto con muchos errores que el kirchnerismo cometió y que no ha sabido, no digo subsanarlos, pero ni siquiera plantearlos como errores; lo que para mí es un problema. Para que no parezca que tiro la pelota afuera, 678 tuvo muchísimos problemas y una gran responsabilidad en un modo de comunicar a mi criterio equivocado.

-¿Cómo ve el hecho de que Gendarmería esté avanzando en las calles, en las universidades, el otro día ingreso a una radio el mismo día en que la ex presidenta daba una entrevista?

- Lo de las universidades es mucho más grave, porque en el caso de la radio es un medio de comunicación privado, y supuestamente un allanamiento; más vale que nadie va a comerse ese verso de que era una casualidad, pero de última puede llegar a haber algún tipo de cuestión legal sobre el cual pueda llegar a basarse para entrar. En el caso de las universidades no, a menos que tengas una orden de un juez, está explícitamente prohibido que una fuerza de seguridad pueda entrar a una unidad académica universitaria. Es gravísimo porque se violenta todo. Yo también repudio lo de la radio, no conozco el entramado de por qué entraron pero ahí no hay una prohibición explícita. En el caso de la universidades sí. Me parece que hay una especie como de caricia de parte del gobierno a un sector muy poderoso de la Argentina en términos sociales que busca “el orden”. Eso es un susurro cariñoso en el oído de este sector medio fascista que cree que con el orden se va a solucionar vaya a saber qué. Esto es pan para hoy, hambre para mañana. Hoy le viene bien, le va a venir bien para las elecciones, pero cuando la cosa se desmadre, haber habilitado a las fuerzas de seguridad a autogobernarse es peligrosísimo para nosotros y para el propio gobierno. Me parece que es una locura lo que están haciendo, porque termina mal. No digo ahora, ni que se viene un 2001, digo que esto a mediano o largo plazo termina mal; no hay manera que un país con semejante nivel de endeudamiento y Estado represivo termine bien, nunca terminó bien y esta vez tampoco, lamentablemente.  

-¿Qué balance hace de la gestión de medios públicos en casi dos años de gobierno de Mauricio Macri?

-Una cuestión tiene que ver con el rol del Estado, en este caso en el área de medios, el rol es equilibrar todo el mapa de medios. No tiene que ser una copia del sistema de medios comercial sino que debe ser quien equilibre lo que falta. Cuando yo estaba en los medios públicos lo que se hacía mucho era darle espacio a las temáticas, las personas, los debates, que no estaban en los medios comerciales. Debates de cuestiones más federales, presentadores de otros lugares, tonadas de otros lugares, personas con discapacidad, estaban en los medios públicos. No había nada que no estuviera en ninguna parte, porque sino terminás siendo una repetidora de la lógica que imponen los medios comerciales. El otro aspecto es que un medio del Estado puede ser un medio competitivo, no tiene por qué ser el patito feo. Y los medios públicos eran competitivos en términos de share o de rating, con diferentes programaciones; como el fútbol o la radio con la programación propia. Esta gestión macrista ha convertido a los medios públicos en la segunda marca de los medios comerciales, porque se tocan los mismos temas que en los medios comerciales, no hay otras voces que no sean las que ya están en los medios comerciales y como si no alcanzara con eso, han vuelto a la televisión pública y a la radio un espacio sin ningún tipo de injerencia en el rating. Me da bronca y me ofende porque nosotros éramos la lacra máxima de los medios, y yo dejé mi programa de radio en segundo o tercer lugar y ahora ese espacio no llega ni al noveno lugar. Desde la lógica política cultural lo que han hecho es un desastre y en la lógica comercial también, no tengo nada positivo para decir.

- Claramente no se cumple lo que dijo el titular del sistema de medios públicos Hernán Lombardi que iban a estar todas las voces.

- Eso desde ya. Pero en todo caso eso puede estar sujeto a la interpretación y un gobierno nuevo puede cambiar la línea editorial; pero el problema es que no garantice ninguna de las cosas. Son paupérrimos en términos de competitividad, no tienen rating, estamos perdiendo dinero con esos medios porque ahora sí dan sólo pérdida; antes no, daban ganancia comercial. Porque podían decir cualquier cosa de 678 pero el programa dejaba plata en el Estado, al final de la cuenta ese programa dejaba dinero al Estado, a todos. Más allá de las diferencias ideológicas creo que son berretas comercial y profesionalmente. A mí no me gusta Canal 13 pero es competitivo, si querés desde el punto de vista del mercado, no son discutibles. En este caso tenés mala gestión en lo cultural y encima no son buenos en lo que hacen. Y además bueno, que mienten, vaya novedad.

-¿Como vio lo que ocurrió con el despido de Roberto Navarro o el ahogo financiero a Página 12?

-Lamentablemente no me sorprendió porque todos los que estuvimos en 678 desde febrero de 2016 vivimos cada uno con su experiencia personal la situación de proscripción. Los directores de programación de los diferentes medios, en mi caso en el programa de radio, me llamaron para explicarme que no había forma, que mi nombre estaba prohibido. En ese momento te da una cosa medio rara, que decís yo no soy tan importante para que me proscriban, la proscripción está asociada a monstruos como Tita Merello o Discépolo, y con mis compañeros no hicimos mucha “alaraca” con eso porque tenés que mandar al frente a personas que querés, que son personas de los medios que con la mejor intención te ofrecieron el espacio y tuvieron que recular. Recordemos que el gobierno los primeros seis u ocho meses lo que hizo es no poner pauta en ningún lado para justamente ir tirando de la rienda con eso. Según la programación iban soltando guita de la pauta o no. Así que no me sorprende, lo que están haciendo es lo que vinieron a hacer, a silenciar. Ayer salió una nota en Clarín que dice que el presidente tiene una lista de políticos, de colectivos de periodistas, que a él le molestan y que deberían irse a la luna. Y después nos enteramos por La Nación que el presidente pretende ir contra un sindicalista como es Víctor Santamaría porque en su diario se publicó una nota que perjudicaba a su familia. Están habilitando descaradamente que hay proscripción; vinieron a limpiar, y uso la palabra a propósito porque la usaron ellos, a limpiar todo aquello que no es parecido a lo que ellos quieren que se piense. Es horroroso, pero en mi caso como lo vengo viviendo día a día desde que asumió el gobierno anterior no me llama la atención, es algo que dijimos que iba a pasar y está pasando.

-¿Cree que con la desaparición forzada de Santiago Maldonado se dio este tándem que arman entre el gobierno, la justicia y los medios para tapar lo que pasó?

-Si claramente. Ahí hubo un rol fundamental de los ciudadanos sueltos, de la militancia, de los organismos de derechos humanos en las redes sociales que empujaron de tal manera que el tema no se cayó. Tuvimos más de veinte versiones del gobierno de lo que podría haberle pasado a Santiago y los que de entrada tuvimos empatía con la familia de Santiago solo dijimos, averigüen por Gendarmería. Y del otro lado hubo cientos de versiones ridículas como que había un pueblo con gente muy parecida a Santiago, o que estaba en Chile, inventos todo el tiempo para obstaculizar y demás. Y este sector que solo tiene el mundo digital ahora, impulsamos de tal manera el tema, con un rol muy impactante que tuvieron las redes en eso, que hicieron entre otras cosas que el gobierno no pudiera deshacerse del tema, pero además que los medios tuvieran que tomar lo que estaba ocurriendo en las redes al punto tal que tuvieron que pasar la cuestión de un supuesto hecho aislado de las páginas policiales y llevarlo a las páginas de política; y eso no es una tontería, es una decisión grande. Y lo tuvieron que hacer porque hubo una presión ciudadana que después se vio en la calle en las marchas masivas. Uno a veces entabla discusiones en las redes sociales, y si preguntas por Santiago Maldonado te responden con López o María Cash. Y yo ponía el otro día, supongamos que Cristina se robó todo lo que se te ocurra en el mundo, ¿Que tiene que ver eso con que vos no sientas empatía por pedir por Santiago Maldonado? Pedir por él no te hace kirchnerista. El problema que tienen es que a ellos no les parece mal la desaparición; y ahí es donde tenemos un problema grave como sociedad.

- Eso es lo que construyeron los medios, de intentar pegar el reclamo por Santiago Maldonado al kirchnerismo.

-Y no tiene nada que ver. Lo que sí es verdad es que hay un espacio social que durante 30 años viene bregando porque haya memoria, verdad y justicia; y el kirchnerismo tomó esas banderas y las llevó adelante con políticas activas. Entonces ese sector, en el que me incluyo, si veníamos durante 30 años diciendo que no tiene que haber leyes de impunidad, y los genocidas tienen que terminar presos, y viene un gobierno y deroga las leyes de impunidad, y empuja, y es querellante para que las causas avancen y los genocidas estén presos. ¿Por qué me voy a oponer a lo que dije toda mi vida? Tengo que saludarlo y decir que es lo que yo quería que hicieran desde el Estado. Es lógico que haya una conexión entre una cosa y otra, pero no pedís por Santiago Maldonado porque sos kirchnerista. Es porque tenés una historia de reivindicación de que los genocidas, si es que así lo fueron, tienen que tener un juicio justo, y si se determina que lo son, deben morir en la cárcel; es tan sencillo como esto.

29/07/2016

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