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09/08/2017

Gerardo Burton habla de su libro sobre la historia del petróleo en Neuquén

Gerardo Burton habla de su libro sobre la historia del petróleo en Neuquén | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.
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El autor, quien tiene una nutrida producción poética, acaba de publicar “Crónicas del subsuelo. El petróleo en Neuquén (1918-2013)”. Es una investigación a la cual define como “una crónica”.

Miguel Croceri

Al investigar el tema “me di cuenta de que no había un panorama cronológico de la producción petrolera en la provincia desde 1918 hasta la actualidad”, y “si alguna originalidad tiene el libro, es esa”, cuenta el poeta, escritor y periodista Gerardo Burton acerca de su obra “Crónica del subsuelo. El petróleo en Neuquén (1918-2013)”, publicado por Ediciones con Doble Zeta y que se presenta este jueves en la capital neuquina.

“No hice una historia, porque no soy historiador, ni tampoco un análisis o una interpretación”, aclara en otro momento de esta entrevista con Va Con Firma, portal donde es habitual columnista. El libro, que cuenta con un anexo documental fotográfico, es resultado de una investigación basada en fuentes tales como el Archivo Histórico de la provincia, el archivo de la gobernación, trabajos académicos de la Facultad de Humanidades de la Universidad del Comahue, y una veintena de entrevistas propias.

El texto está atravesado por la implantación no solo territorial y económica sino fundamentalmente social de YPF en la provincia, hasta su “desguace y privatización”. Según Burton, el trabajo muestra “la constante puja” por la distribución de los beneficios de la explotación hidrocarburífera. “Es un poco lo que marca toda la historia de la provincia de Neuquén, una pelea constante por la renta petrolera”, dice el autor.

-Antes de escribir su libro, ¿había conocido otros sobre el mismo tema?

-Yo lo que encontré fue material muy disperso. Había muchos trabajos de historiadores, sobre todo historiadoras, de la Universidad Nacional del Comahue. Puedo citar entre otras a Susana Bandieri y Orietta Favaro. De lo que yo encontré, el primer documento sobre la producción de petróleo en la provincia, con un análisis y una interpretación del impacto de la actividad y su significación para la economía de la provincia es de María Rosa Colantuono. Está citado en la bibliografía. Ella fue docente del Departamento de Geografía de la Facultad de Humanidades de la universidad. Ese es el trabajo inicial y se refiere a la producción petrolera en Plaza Huincul y en torno de ese enclave que conformaba YPF en Plaza Huincul. En ese tiempo la actividad de YPF era con la concepción de Enrique Mosconi, que tenía un concepto bismarkiano del Estado (por Otto Von Bismark, fundador del moderno Estado alemán, a fines del siglo XIX), según el cual el Estado proveía todo para la vida social. Por eso YPF fue pensada como una gran empresa estatal que proveía el trabajo, la vivienda, la educación, el esparcimiento, el deporte, la actividad cultural. De hecho, en Plaza Huincul teníamos la proveeduría de alimentos, la escuela, el cine, y hasta el prostíbulo.

-A partir de ese material que recopiló previamente, ¿usted qué se propuso al escribir el libro?

-En realidad, primero vi qué había en el Archivo Histórico de la provincia: documentos, fotografías. Pero me di cuenta de que no había algo, y si alguna originalidad tiene el libro, es esa: un panorama cronológico de la producción petrolera desde 1918 hasta la actualidad. El modelo de este libro es uno que hizo en 2007 el poeta Horacio Salas para el Instituto Argentino de Petróleo y Gas, con motivo del centenario del descubrimiento del petróleo en Comodoro Rivadavia. Es un trabajo muy interesante, con fotografías, de dos tomos, sobre la producción petrolera en el país a partir de 1907. Después, otro libro que también fue muy importante para mí fue la historia del petróleo que hizo Nicolás Gadano, que abarca también desde 1907 hasta el primer gobierno peronista, es decir hasta la década 1945 al ‘55.

-¿La idea del libro fue suya, fue de la editorial, de alguna institución?

-La idea nació por allá por 2011, yo trabajaba en Prensa de la Casa de Gobierno (de la provincia). En ese momento vi los volúmenes de Horacio Salas y después empecé la investigación, que abarcó parte del 2011 y todo el 2012 en la recopilación del material y de entrevistas. En paralelo y en parte de 2013 y todo el ‘14 fue la redacción definitiva. La última revisión del texto fue a comienzos de este año pero el grueso del trabajo fue concluido en 2015.

-El periodo abarcado por el libro va de 1918 a 2013, o sea hasta que se descubrió lo que podríamos llamar la nueva riqueza neuquina, que es el petróleo y el gas no convencional. Eso quizás es una casualidad histórica, pero también es un determinante en el contenido del texto.

-Yo fijé el año 2013 deliberadamente. Primero porque la explotación no convencional significó para Neuquén, y también para el país, un horizonte nuevo en un momento en que la producción de hidrocarburos declinaba inexorablemente. La Argentina, venía desde el año ‘98 con una merma en las reservas y en la producción de petróleo y gas. La producción de gas se mantenía pero a costa de las reservas, y lo mismo ocurría con el petróleo. Porque si hay algo que caracterizó la época de la privatización de YPF y la desregulación de la actividad energética fue precisamente que las empresas no invirtieron en lo que no produce renta inmediata, o sea, en la exploración de nuevos yacimientos, nuevas áreas. Y el mismo tiempo, hubo una sobre-explotación del recurso desde la puesta en manos privadas, que aumentó de manera exponencial durante el gerenciamiento de Repsol. Cuando Repsol se hace cargo de YPF la exploración disminuye al mínimo, y la explotación y la producción crecen al máximo. Inclusive, y en esto también Argentina es un caso insólito, la difusión del Gas Natural Comprimido para vehículos, del GNC, es un recuerdo no renovable que se está usando de una manera indiscriminada, sin ningún control. Además, el GNC se inventó para bajar el precio de los combustibles para transporte. Un recurso que a mi entender se dilapidaba. De la misma manera que cuando se diseñaron los gasoductos para exportar gas a Chile, recuerdo que en esa época a las poblaciones chilenas de Concepción hacia el sur se les intentaba vender la receta del gas domiciliario y después se quedaron sin fluido. En cuanto acá disminuyó la producción a un nivel que no se podía abastecer el mercado interno, los compromisos de venta de gas a Chile se cancelaron.

-La mayoría de los capítulos son una narración derivada de la investigación que realizó, pero el epílogo está compuesto solo por entrevistas, varias entrevistas, ¿por qué?

-Sí. Lo que pasa es que el libro fue trabajado fundamentalmente en la época de la YPF privada, y la investigación y recopilación de material culmina cuando el gobierno de Cristina Kirchner recupera YPF. Que la recupera para el Estado nacional con el concepto de soberanía energética, el cual había quedado en segundo plano durante la privatización y desregulación. Entonces, y vuelvo a la respuesta anterior, a mí me interesaba ver cuál había sido la participación de los ex trabajadores de la empresa en la YPF estatal, la “vieja”, entre comillas. Cómo había sido su relación con esa empresa. Por eso, la mayoría de las entrevistas son personas que habían trabajado en lo que podríamos llamar “le época de oro” de YPF. Algunos de ellos habían vivido la gran huelga del ‘58, como Monje, de Plaza Huincul, o Alejandro Lillo, que ahora vive en Neuquén capital. Quería tener sus relatos de primera mano. En otros casos entrevisté a los descendientes de los primeros técnicos y profesionales del Pozo 1, que viven por nuestra zona. También hablé con ex ejecutivos de la YPF estatal y de la YPF privada, que me suministraron material de archivo, inclusive la película que protagonizó María Aurelia Bisutti donde ella personifica a “la Pasto Verde”, que es del año 1960.También es muy valioso el museo de Plaza Huincul, el “Carmen Funes”, porque allí hay testimonios de los estudiantes secundarios de la época de la privatización de YPF, cómo vivieron ellos la privatización en sus familias. Hay unos dibujos muy interesantes que han hecho estos chicos. También hay una producción teatral muy importante en Cutral Co sobre lo que significó socialmente la privatización de YPF. Pensemos que después se conoció como “las puebladas”, fue porque la gente quedó colgada del pincel. Tipos que habían trabajado en el petróleo durante años y años, que pensaban que sus hijos iban a trabajar en la empresa, quedaron excluidos de todo ese futuro que estaba en su horizonte.

-¿Cómo fue el proceso de edición y todos los acuerdos con la editorial que finalmente lo publicó?

-Originalmente el libro fue pensado como para ser hecho en fascículos. Lo trabajé como una narración central por capítulos, que es lo que efectivamente quedó, y pequeños recuadros que podían acompañar y darle un soporte más ameno a la lectura. Había, por ejemplo, fragmentos de textos de Osvaldo Soriano que hablaban del petróleo, fragmentos de esas obras de teatro que se escribieron en Cutral Co, poemas de un poeta amigo que se crió en Challacó y él hablaba de la vida en el campamento. Pero todo eso quedó a un costado porque era un libro muy voluminoso. Mauricio Bertuzzi, que es el propietario de Ediciones con Doble Zeta, lo leyó y me dijo que le interesaba pero que era muy voluminoso. Entonces me propuso una nueva edición del texto, fuimos conversando y él hizo realmente un trabajo muy interesante con el material. Finalmente, en el último año y medio, yo reformulé los dos últimos capítulos. Pensamos que el trabajo estaba listo en 2014, cuando era bastante reciente la inversión en no convencionales en Neuquén. Pero los vaivenes que tuvo esa producción, sobre todo después de diciembre de 2015 cuando asume el gobierno de Mauricio Macri y la producción estuvo paralizada casi durante un año y medio. Posteriormente se relanzó lo mismo que había anunciado Cristina Kirchner en noviembre de 2015. Es decir, se paralizó todo un buen tiempo para ablandar y para reordenar las reglas de juego del mercado. Sacar todo ese componente de soberanía energética para poder tener nuevas reglas de juego que a las empresas las fueran más convenientes. Y en eso no es menor la adenda que inventó Guillermo Pereyra para los trabajadores del sector. Entonces, esas nuevas condiciones crearon un nuevo statu quo que todavía no está definido totalmente. Por eso, esa etapa no entra en el libro.

-De unos cuantos libros que usted escribió la mayoría son de otro género, la poesía. ¿Cómo resultó ese salto literario, desde un registro tan distinto, a este otro?

-Es que yo soy poeta pero vivo de la prosa (risas). Pero creo que una y otra tarea, aunque son paralelas, se sostienen. Aunque no parezca, la poesía es un profundo pie a tierra. Y es una forma de conocimiento y una búsqueda. También a veces es conocer mientras uno va escribiendo algo, o va componiendo, construyendo su palabra acerca de algo. Con la investigación periodística y con el periodismo pasa lo mismo. A veces, cuando empezamos tenemos el título de lo que queremos hacer. Por ejemplo, a mí me parece que “Crónica del subsuelo” era el título que yo tenía porque es un poco el espíritu de lo que quería hacer. Hacer no una historia, porque no soy historiador, ni tampoco un análisis o una interpretación. Quería hacer lo que sé: una crónica. El poeta Ernesto Cardenal cita en un poema a los cronistas de Indias. Dice ‘el cronista debe ejercer su oficio’. Y eso es lo que yo hago.

Libro de Burton sobre el petróleo

29/07/2016

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