Entrevistas
14/07/2017

Martín Fresneda

“Con Aguad en Defensa, Macri da un mensaje de mano dura”

“Con Aguad en Defensa, Macri da un mensaje de mano dura” | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

Actual diputado provincial en Córdoba y ex secretario de Derechos Humanos de la Nación, Fresneda opinó sobre la designación del dirigente radical de su provincia como ministro de Defensa. Hoy asumen nuevos miembros del gabinete nacional que reemplazan a los que serán candidatos a legisladores.

Cordobés como Oscar Aguad, pero más joven, hijo de madre y padre desaparecidos, ex secretario de Derechos Humanos de la Nación en el gobierno de Cristina Kirchner y hoy diputado provincial, Martín Fresneda afirma que con la designación de su comprovinciano como ministro de Defensa, Mauricio Macri “da un mensaje de mano dura”.

Afirmó también que quien era hasta el momento titular del ministerio de Comunicaciones y desde hoy se hará cargo de la política de defensa nacional, siempre ha tenido “mano dura con los débiles y ha sido genuflexo con los poderosos”.

Consultado por un posible agravamiento de la represión a las protestas sociales y por la posibilidad de que el gobierno ordene que intervengan los militares, Fresneda dijo que “sería muy preocupante si Aguad estuviera puesto ahí para cumplir un rol inconstitucional como el de sacar a las fuerzas armadas de los cuarteles para repeler conflictos internos. Estaríamos ante el incumplimiento de la ley de seguridad y por cierto el deterioro de la democracia”, advirtió en este entrevista con Va Con Firma.

-¿Qué opina del nombramiento de Oscar Aguad como ministro de Defensa?

-Primero quisiera destacar que como ministro de Comunicaciones, Aguad “ha cumplido su tarea”, como dijo el diario Página 12, echando por tierra la ley de medios, modificando todo el sistema que se había logrado de mayor comunicación democrática con la implementación aunque sea parcial de esa ley. Aguad es un personaje con muchos antecedentes de mano dura. Mano dura para ajustar y para someter al débil. Es un dirigente político radical de Córdoba que lo conocemos hace mucho años pero sus atributos se desconocen. Lo que sí se conocen son sus decisiones de allá por los años ‘80, apenas recuperada la democracia, cuando fue ministro de Asuntos Institucionales de la provincia en el gobierno de Ramón Mestre (padre), cuando tomó la determinación de incorporar a un policía que había pertenecido a la tristemente célebre D-2 (organismo de la Policía de Córdoba cuyo nombre formal era Departamento de Informaciones Policiales, donde se planificaban y ejecutaban crímenes del terrorismo de Estado), que fue Carlos Yanicelli, quien a la postre sería condenado por crímenes de lesa humanidad llevados adelante en esa repartición policial y fue condenado a perpetua. Aguad en esa oportunidad lo defendió. También entre sus antecedentes está su rol como interventor en el municipio de Corrientes, donde tuvo una acusación que nunca fue esclarecida porque la causa se cerró por prescripción, sobre 60 millones de dólares que nunca aparecieron. Son todas circunstancias que lo muestran a este dirigente que, con humildad lo digo, es de pocas luces. Porque siempre ha actuado como un soldado obediente de las corporaciones al momento de ajustar y reducir los gastos del Estado. En el gobierno de Mestre (fines de los ‘90) fue uno de los encargados de llevar adelante el ajuste del 13% y bajar las jubilaciones. Hasta cerraron escuelas. Es decir llevaron adelante las políticas que hoy se van repetir, tanto tiempo después, de parte del gobierno de Mauricio Macri con una actitud agresiva. Así que ahora Aguad va a un lugar en donde probablemente él se sienta mucho más seguro pero, con certeza lo digo, la sociedad y la democracia argentinas no deben sentirse tan seguras de que él ocupe el lugar de ministro de Defensa. Entiendo que no es una persona apta ni capacitada para esa cartera tan compleja, tan delicada.

-Se le atribuyen buenas relaciones políticas con Luciano Benjamín Menéndez, máximo jerarca de la dictadura en Córdoba. ¿Qué hay de cierto?

-No, no. Aguad apareció con él en una foto famosa pero ya en democracia. Luciano Benjamín Menéndez, gracias a las leyes de impunidad y luego en particular gracias a los indultos, seguía siendo un actor político en la sociedad cordobesa hasta fines de los años ‘90. Se presentaba y era invitado a los palcos oficiales, y en ese momento Oscar Aguad como distintos funcionarios participaron de esos actos. Pero Aguad en 1976 recién se recibe de abogado, no tiene una participación acreditada en la época de la dictadura. Sí en cambio vínculos que él ha tenido. Incluso ha pertenecido al estudio jurídico de uno de los miembros de la Corte Suprema de Justicia de la Nación que en su momento votó a favor de la constitucionalidad de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final.

-¿Qué mensaje cree usted que quiere dar el presidente Macri nombrando a Aguad como ministro de Defensa?

-Constantemente reaparecen estos personajes que formaron parte de uno de los momentos más tristes que fue la década de los ‘90, y que culmina en ese 2001 donde el presidente no solo se va en helicóptero sino que deja 37 muertos, con un país devastado, quebrado financieramente. Aguad formó parte de esos gobiernos. Y que hoy esté otra vez en el gobierno, y que termine siendo premiado con semejante responsabilidad en la defensa de la patria en ese ministerio, es un gran retroceso. Sin lugar a dudas. Es un mensaje de “mano dura”, no por casualidad le dicen “Milico” a Aguad. El es un personaje de mano dura, de poca formación le vuelvo a repetir, y de muchos antecedentes de perjuicio hacia las arcas públicas y las políticas de Estado. Siempre fue un tipo muy duro con los débiles y genuflexo con los poderosos. Que hoy lo pongan como responsable de la defensa nacional, no da cuenta de un avance sino de un retroceso, tanto de la dirigencia como un retroceso institucional con esa persona en esa cartera.

-Usted, que es hijo de madre y padre desaparecidos, ¿lo siente como un agravio, si se quiere, personal?

-Yo no lo vivo como un agravio personal pero lógicamente no me enorgullece de ninguna manera. Oscar Aguad siempre fue una persona muy reacia al movimiento de derechos humanos, a acercarse a las víctimas. Siempre fue una persona indiferente con la historia de dolor de esa parte del pueblo que sufrió muchísimo. Realmente es una persona distante, nunca hizo ningún tipo de esfuerzo para interpretar ni ayudar. En sus responsabilidades públicas, por las decisiones que ha tomado, ha agraviado en muchas oportunidades a las víctimas. No creo que la decisión del presidente de ponerlo a él sea por una contracara a lo que nosotros quisiéramos, sino que lo pone porque lo que para nosotros es un defecto para Macri es una virtud. Tener mano dura con los débiles, como le decía, y ser genuflexo con los poderosos, es el rasgo más característico de él. No opino desde el lugar de víctima sino desde el lugar de alguien preocupado por el país.

-Se dice que después de las elecciones legislativas vendrán más ajustes y que eso va a requerir de más represión, por ejemplo ante la resistencia de los trabajadores que quedan desocupados. ¿También puede ir en ese sentido la designación de Aguad como ministro de Defensa?

-Yo pienso que es muy difícil sostener un modelo político, económico, social y cultural desde el achicamiento del Estado, la apertura de las importaciones, la recesión y un Estado que no interviene ante los problemas cotidianos de los argentinos. Lógicamente, eso va a traer una resistencia en cuanto al achicamiento de los derechos y si este modelo toma la decisión de seguir ajustando, necesariamente va a tener que articular su aparato represivo. Siempre lo ha hecho así el neoliberalismo, no solamente para contener sino para neutralizar cualquier tipo de protesta social. Ya estamos viendo cómo la ministra (de Seguridad de la Nación, Patricia) Bullrich viene reprimiendo las protestas, vimos cómo distintos gobiernos provinciales quieren limitar el derecho a huelga. En ese marco hay un debate muy preocupante, que es el rol que le quieren asignar a las fuerzas armadas en los conflictos internos del país. Las fuerzas armadas tienen la misión de defender al país ante ataques externos, intervenir en conflictos armados como fuerza de paz. E incluso, en nombre del comandante el jefe de las fuerzas armadas, llevar adelante cualquier contienda bélica con otro Estado. Pero los antecedentes que tiene Argentina de intervención militar en conflictos locales son graves. Sería muy preocupante que Oscar Aguad esté puesto ahí para cumplir un rol  inconstitucional como sería sacar a las fuerzas armadas de los cuarteles para repeler conflictos internos. Si eso sucediera, estaríamos no solo frente al debilitamiento del Estado de Derecho sino ante un flagrante hecho inconstitucional, de violación a los derechos humanos, incumplimiento de la ley de seguridad y por cierto el deterioro de la democracia.

-Antes usted mencionaba que a Aguad le dicen “el Milico”. ¿Por qué ese apodo, ahí en Córdoba?

-Mire… Dicen que cuando él era joven y jugaba el rugby siempre tenía una actitud de militar. Por algunos comentarios que se van escuchando y algunas investigaciones de periodistas sobre las características de este personaje, dicen que él se veía muy identificado con las características de un “milico”. Es una persona con rasgos autoritarios, sin duda, pero no creo que el apodo esté ligado necesariamente a una vinculación con las fuerzas armadas. Aunque bueno… con el paso del tiempo y terminando en este lugar (ministro de Defensa) pareciera que él hace honor a su apodo.

Entrevista Mauricio Rojas

29/07/2016

Sitios Sugeridos


Va con firma
| 2016 | Todos los derechos reservados

Director: Héctor Mauriño  |  

Neuquén, Argentina |Propiedad Intelectual: En trámite

[email protected]