Entrevistas
12/03/2017

Horacio González

“Este es un gobierno que rompe todas las reglas de juego”

“Este es un gobierno que rompe todas las reglas de juego” | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

El sociólogo y ex director de la Biblioteca Nacional durante el gobierno de Cristina Kirchner dijo que “si antes se acusaba de hegemonismo al kirchnerismo”, la actual gestión “ejerce una manipulación generalizada sobre las vidas personales que no habíamos conocido antes”.

Diego Colao

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Horacio González, sociólogo e integrante del colectivo de intelectuales Carta Abierta, dijo que el gobierno de Mauricio Macri es de una “tradición liberal pero más racionalizada por estilos empresariales” que “ejerce la justicia como una forma de coacción” y que “rompe todas las reglas de juego”.

Para el ex director de la Biblioteca Nacional, “el votante macrista votó en nombre de una ilusión y es hora de que confronte las ilusiones que tuvo, genuinas como toda ilusión y qué está sosteniendo”.

González afirmó en esta entrevista con Va Con Firma, que debe pensarse “por qué surgió el macrismo”, ya que “no surgió así nomás”; “estaba en todos los intersticios de los errores que se han cometido, no sólo en el gobierno anterior, si no en la anterior forma de democracia en la Argentina”.

- ¿Cómo analiza este primer año y medio del gobierno de Macri?

- Veo un trastocamiento muy profundo de las tradiciones políticas argentinas, incluso las que el propio macrismo cree representar, el liberalismo democrático. Hizo estallar todos los legados preexistentes en la Argentina, complejos como son, cuestionables como pueden ser, para producir una invención política de características inviables desde el punto de vista económico, porque supone endeudar al país en términos infinitos en un momento del mundo sumamente complejo, donde todo lo que entra en Argentina en materia de inversión en realidad hay que llamarle deuda contraída y los proyectos económicos que hay pasan por debilitar las posibilidades del Estado de amplificar los ámbitos de la economía popular, de la distribución de la renta. En el aspecto político específicamente intenta inmovilizar los movimientos sociales a través de subsidios que tienen como contraprestación la inmovilidad social; desde el punto de vista de la cuestión salarial debilita y  destruye los horizontes salariales mínimamente superiores a la inflación. Los números que maneja para la paritaria -que además niega, y a las que eran nacionales las reconvierte o las elimina como la docente- son números totalmente falseados tanto o más como los que se criticaban en la etapa anterior.

En un sentido muy general su fuerza se basó en críticas al período anterior, muchas de ellas aceptables y se podrían haber discutido de otras maneras, incluso el período anterior pudo haber sido más autocrítico y eso creó un amplio campo para que el macrismo expresara un prospecto esperanzador a un conjunto de la población que sin duda tenía críticas al gobierno anterior y que vio en éste la posibilidad de que se produjeran ciertos cambios, como el nombre mismo del movimiento lo decía, que finalmente no se han producido; y eso crea el vacío político que hay hoy sumamente riesgoso, que implicará que la CGT que hizo un acto masivo, que desoyó claramente una voz popular muy profunda, tenga que lanzar un paro rápidamente.

- ¿Qué elementos nuevos introduce esta derecha liberal comparado con otros gobiernos similares?

- La herencia de la política neoliberal económica es muy fuerte en la Argentina, atravesó desde Frondizi hasta los gobiernos militares, el menemismo y De la Rúa, con la presencia de Cavallo y Krieger Vasena y otros ministros que fueron más o menos constantes en la misma atadura con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que hoy se replica en la política macrista. En ese sentido el macrismo es el primer gobierno que tiene una política única en los planos políticos, económicos, en el pensamiento sobre la ciudad, la ciudadanía, el lenguaje, sobre los medios de comunicación; que no es fácil de definir porque es una tradición liberal pero muy reventada por dentro por un sistema de construcción de individuos muy subordinados al miedo, a la orden de despido, a planes laborales racionalizadores del trabajo; subordinados a la ecuación que sostuvo el primer ministro de economía: “sostengan el empleo sin que importe el salario”.

No es fácil definirlo sólo como liberal, ni como neoliberal; es un gobierno que establece pactos con sectores del peronismo, con movimientos sociales; establece una zona de ambigüedad entre peronistas y macristas en la provincia de Buenos Aires, sobretodo, pero en el resto de las provincias también y eso tiene que ver con el tipo de acción y soborno al que somete a los gobernadores. Es un gobierno que tiene una tradición liberal pero más racionalizada por estilos empresariales, estilos ideológicos llamados coaching o como se llamen, que es la creación de figuras políticas a través de medios artificiales, los focus group; es decir, toda la psicología empresarial anglosajona que es la primera vez que está masivamente en Argentina, la encuestología, y los medios de comunicación con periodistas amigos o pagos que reproducen la ideología oficial de castigo con la hipótesis central que es la herencia recibida y el festejo del macrismo como una renovación total de la política argentina.

No es una dictadura, tampoco la definiría como una semidictadura, pero es un gobierno que ejerce la justicia como una forma de coacción, el sistema penal como una forma de fuerte intervención de la vida de las personas al margen de la calidad de la Justicia, que ha perdido calidad. La persecución a la ex presidenta es notable, algunas causas deben ser seguidas con pruebas como las de los hoteles pero la causa del dólar futuro supone una toma de decisión del gobierno. Del mismo modo habría que enjuiciar a Macri por todas las decisiones que tomó en relación al dólar, o por las decisiones que toma en relación a la baja de impuestos a la minería, a la baja de las retenciones a la soja; por todo eso habría que decirle a Bonadio que le haga juicio a Macri.

Hay un desgarramiento interno al interior de la justicia argentina de una gravedad inusitada en la historia jurídica del país desde Vélez Sarsfield en adelante. Es un gobierno que rompe todas las reglas de juego, que si antes se acusaba de hegemonismo al kirchnerismo, esto se puede llamar como un gobierno que ejerce la manipulación generalizada sobre las vidas personales que no habíamos conocido antes. Por eso la oposición democrática a este gobierno tiene que esmerarse por sostener las instituciones y al mismo tiempo por construir un gran frente político plural que recoja todas las fuentes de resistencia, de oposición y de construcción de nuevos lenguajes en la Argentina.

- ¿Cree que todo esto que usted dijo, lo que hizo el macrismo; sorprendió a la clase política argentina?

- Es una forma viscosa, habrán escuchado a Monzó que era operador de Scioli, ahora es operador de Macri, a Lino Barañao que fue ministro de Cristina ahora es un ministro cómodo de Macri destruyendo la financiación del instituto más avanzado de la ciencia argentina que es el Conicet, habrán visto a Abal Medina o personajes como Pichetto que eran los fieles cristinistas y pasaron a ser fieles macristas. Hay que explicar esto en la política argentina y ahí entenderemos mejor qué pasa en el país. Por supuesto que hay que ponerse triste una vez que concluya esa explicación, pero es necesario pensar cómo se elaboran grandes horizontes colectivos en la política, con quién se lo hace. A mí no me conforma la vieja tradición peronista que lo hace aún con quienes son los más discutibles. Yo después de la experiencia con ciertos personajes, que son muchos además de los que nombré, preferiría construir frentes políticos con más decisión y más claridad respecto a quienes los integran; pero eso a condición de no achicarlos. Pero efectivamente no se puede gobernar un país sobre las bases de estas etéreas, vagas y fugaces fidelidades políticas.

El frente que se construya además de tener a Cristina como fuerte tiene que tener lenguajes nuevos, concepciones nuevas, interpretar con mucha fidelidad los hechos de lo que ocurrió. Debe pensar por qué surgió el macrismo, no surgió así nomás, se venía preparando desde hace mucho tiempo; estaba en todos los intersticios de los errores que se han cometido no sólo en el gobierno anterior si no en la anterior forma de democracia en la Argentina. El destino de la Argentina es un destino de actuar dentro de la democracia electoral y al mismo tiempo ampliarla con grandes movilizaciones, cuestionar las burocracias sindicales, como la que rige en la CGT, que es una burocracia ideológica, que es fácil de conquistar cuando se hacen inversiones en las obras sociales. Las fórmulas que rijan los medios de comunicación también tienen que ser pensadas, el fracaso de la ley de medios fue muy grave porque era una ley democratizadora, va a haber que intentar nuevamente con una ley que retome muchos de los aspectos válidos que tenía la anterior, que democratizaba la tenencia monopólica de los medios. Hay que reconstruir las audiencias en su aspecto emancipatorio, en este momento hay audiencias muy cautivas de una de las peores televisiones que se hacen en el mundo, y sumamente concentrada, bajo la unanimidad siempre de enunciados teñidos de sospechas, de injurias. Y el alimento de la injuria como argumento político a través de trolls que operan por medio de oficinas invisibles regidas por controles gubernamentales. Es una construcción muy artificiosa y tan mentirosa; después de que se han desvivido por denunciar como mentiroso al gobierno anterior - que no creo que haya sido así- lo que están haciendo es infinitamente más grave, hasta el Indec sigue dando cifras inexactas. Sólo que se las ingenian para ser inexactos con un uso ficticio de la ley. Y han destruido por dentro la noción de justicia en la Argentina. Es una Nación desfibrada la Argentina. Hay que reconstruir las fibras internas de la Nación, ni más ni menos.

- ¿Cree que de acá a las elecciones va a poder seguir sosteniendo el relato el gobierno de Macri?

- El gobierno anterior sufrió muchos ataques por el relato, el relato es sinónimo de mentira, es una construcción ilusoria que hace el gobierno para encubrir sus males. Yo no era partidario de usar esa expresión de ese modo, ahora es más fácil decirlo y se está usando por parte de figuras importantes del gobierno anterior diciendo que éste hace otro relato. De algún modo va a haber que restituir los nexos de la verdad con sus propios contenidos y con sus correlatos capaces de ser verificados en las prácticas sociales efectivas, porque si no, no puede haber un país donde el anterior es criticado por el relato y el que gana las elecciones también hace un relato. Eso presupone criticar la base sobre las cuales estamos asentados todos, que es la lógica repetitiva de los medios. Entonces también hay que revisar los medios y la profesión periodística y los estilos de los programas sin que signifique intervenir en ninguno de ellos. Esto implica una nueva docencia política que puede ser lenta y laboriosa, que va más allá de las propiedades de los medios, aunque este es un tema profundo. También hay que indagar las estructuras lingüísticas que se utilizan en el país, que son en gran parte coactivas. Por eso a este gobierno lo veo más coactivo que cualquiera en la Argentina. Todo gobierno busca sus planos de adhesión más inmediata. Pero éste tiene su calidad ficticia en el modo en que se sube a colectivos falsos, saluda a un público falso, timbrea de forma arquetípica una vez y se replica por todo el sistema de medios que tienen como si estuviera todo el día tocando timbres de conurbanos de todas las ciudades del país. Ha habido cambios en la figura de Macri, en la forma que habla, pero es el mismo Macri que leía sus discursos en el telepronter, sólo que ahora dice frases pseudo filosóficas que le escriben en la Casa Rosada como que una sociedad es una trama de afectos; claro que lo es, pero a condición de concebirla como una trama de conflictos. Esa idea edulcorada y santificada que tiene de la sociedad no existe en ninguna sociedad del mundo, pero en el fondo es una idea que le sirve para coaccionar a la sociedad, para introducir el miedo como categoría interna de la vida cotidiana. El votante macrista votó en nombre de una ilusión y es hora de que confronte las ilusiones que tuvo, genuinas como toda ilusión y qué está sosteniendo. Qué tipo de personajes empresariales son que tienen que hacer una ley de conflictos de intereses y se jactan de tener que hacerla. Los anteriores gobiernos, incluso el de Néstor y Cristina, que tenían hoteles, pero su cualidad esencial era la de ser militantes políticos, no empresarios. Son militantes políticos de un proyecto emancipatorio. Éstos que son empresarios y que en nombre de eso dijeron que venían a gobernar y todo el mundo estaba segurísimo de que ya tenían plata y que no iban a robar, es una concepción muy pobre. “Que todo el gobierno anterior robó”, “que el gobierno robó”, es una concepción primitiva de la política. El neo capitalismo que representan ellos reproduce al capital con un sistema de corrupción que es inherente a la propia reproducción del capital, y hay que buscarlo en los depósitos en Panamá, en las empresas de ellos que contratan ellos mismos. Por eso necesitan una ley que regule el conflicto de intereses. Y si por momentos se puede decir que Macri elige ser presidente y no ser empresario, hay que ver cuánto le puede costar eso para sostener el gobierno y hay que ver cuánto de ello implicaría que cambie su subjetividad. Cosa que veo muy difícil, es el mismo Macri de siempre.

29/07/2016

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