Entrevistas
15/11/2020

Claudio Lozano

“El gobierno tiene la autoridad para no ceder a las condiciones del FMI”

“El gobierno tiene la autoridad para no ceder a las condiciones del FMI” | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

El economista y director del Banco Nación indicó que el gobierno debe “evitar” que el FMI “ponga restricciones fiscales y monetarias” y además, “lograr una quita”; aunque advirtió que “no ha mostrado hasta el momento una actitud de impugnar este acuerdo”.

Diego Colao

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Claudio Lozano, economista y uno de los directores del Banco Nación, indicó que “el gobierno tiene toda la autoridad política como para no ceder a las condicionalidades que históricamente y normalmente el fondo plantea” porque “el acuerdo es absolutamente irregular” y señaló que es necesario “evitar que el fondo ponga restricciones fiscales y monetarias a la gestión de la política económica y al mismo tiempo, lograr una quita”.

“El gobierno nacional no ha mostrado hasta el momento una actitud de impugnar este acuerdo”, manifestó Lozano en diálogo con Va Con Firma y aseguró que “el presupuesto es bastante moderado, bastante conservador, bastante restrictivo; muy en sintonía con la negociación con el fondo y muy alejado de las necesidades planteadas por la pandemia”.

El economista y ex diputado nacional explicó que el año que viene va a haber reactivación económica porque “es difícil que la economía no se reactive cuando viene de un pozo tan profundo”, aunque sostuvo que de acuerdo a lo planteado por el presupuesto, “va a tener contenidos de mucha mayor lentitud y de mayor desigualdad”.

“Lo lógico hubiese sido que el achicamiento del déficit en lugar de darse por caída del gasto, que es lo que está planteado en el presupuesto actual, se hubiera dado por ampliación del gasto público, mayor política de ingresos, mayor política de inversión en vivienda y en ese marco, la recuperación de la recaudación por aumento de la actividad y por mayor progresividad tributaria, propia de una reforma impositiva que la Argentina necesita”, definió.

Para el dirigente de Unidad Popular, “es una aberración directamente el hecho de que con 47,2% de la población bajo la línea de pobreza, no se haya pagado el IFE 4 y se plantee reducirlo a 2 millones y medio de personas”.

Sobre la situación del dólar, indicó que “las presiones cambiarias tienen que ver con que el gobierno no tuvo un control estricto sobre la oferta de divisas y sobre la salida de divisas”, por lo que es necesario “avanzar sobre el control estatal en el comercio exterior, sobre todo del complejo de granos y aceites, lo que sería el complejo agroindustrial y al mismo tiempo tener un estricto control del flujo de importaciones y de los pagos de deuda de las grandes empresas”.

-¿Cómo ve este inicio de negociaciones del gobierno con el FMI y cuál cree que son las opciones que tiene para avanzar?

-El gobierno tiene toda la autoridad política como para no ceder a las condicionalidades que históricamente y normalmente el fondo plantea. Digo esto porque el acuerdo con el fondo es un acuerdo absolutamente irregular, es un acuerdo que concretamente tiene responsabilidad directa en la crisis de la Argentina, que violó la normativa administrativa jurídica y constitucional de nuestro país y que violentó el propio estatuto del fondo que llevó adelante cuestiones que tiene prohibido realizar. Y ha sido público y notorio que esto se hizo por presiones expresas de los Estados Unidos en dirección a sostener la posibilidad de la continuidad de Macri en la gestión gubernamental y en donde la concentración de vencimientos que tenemos en estos años por parte del fondo está absolutamente asociados a condicionar al gobierno. Por lo tanto la lógica sería que el gobierno asuma con la mayor fortaleza política la discusión para evitar que tal condicionamiento exista. Y para que esto no exista se necesitan dos cosas: la primera evitar que el fondo ponga restricciones fiscales y monetarias a la gestión de la política económica y al mismo tiempo, que en el marco de la discusión de lo que se le debe, exista algún tipo de acuerdo que permita que el fondo se haga cargo de parte de lo que ha sido su responsabilidad. De los 44 mil millones de dólares que el fondo nos prestó, 36 mil millones se fugaron en el mismo período en que esos 44 mil millones ingresaron. Por lo tanto hacer pesar sobre la cabeza de los argentinos el total de la deuda es francamente un disparate. La lógica sería que el gobierno apostara por lograr una quita y evitar todo tipo de cuestionamientos.

-¿Va en ese camino?

-El gobierno nacional no ha mostrado hasta el momento una actitud de impugnar este acuerdo, que es lo que debería haber hecho de entrada; este acuerdo es nulo desde todo punto de vista. Desde la jurisprudencia argentina es nulo, no se ha cumplido con ninguno de los procedimientos administrativos necesarios para que este acuerdo se firmara. No hay ningún decreto del presidente Macri que haya autorizado a sus ministros de Economía o al presidente del Banco Central a suscribir los acuerdos de esa carta de intención, no ha habido ningún informe como hubiese correspondido de la Procuración del Tesoro, no hubo informes ni aval por parte del Banco Central como también reclama la ley de administración financiera, no se cumplió con absolutamente nada; y no pasó por el Congreso. Y además ha violado el propio estatuto del fondo y en el marco de esa violación es que se da el tema del ingreso de fondos que se fugan, porque el fondo tiene prohibido prestarles a países que fugan. Lo grave es que el gobierno no haya impugnado este acuerdo, que es lo que debería haber hecho. Lo otro es que también el presupuesto que el gobierno ha presentado hasta el momento es un presupuesto bastante moderado, bastante conservador, bastante restrictivo, muy en sintonía con la negociación con el fondo y muy alejado de las necesidades planteadas por la pandemia, por la cuarentena y por el deterioro económico social y laboral que tiene la Argentina.

-¿La decisión de no avanzar con el IFE 4 va en el mismo rumbo?

-Es una aberración directamente el hecho de que con 47,2% de la población bajo la línea de pobreza, 21 millones de personas en esta situación, no se haya pagado el IFE 4 y se plantee reducirlo a 2 millones y medio de personas. Incluso el presupuesto presentado en el parlamento ni siquiera incluye el IFE para el año próximo; en todo sentido no está bien. De hecho, los programas alimentarios se reducen respecto a lo invertido durante este año en un contexto donde tenemos casi 6 millones de personas en situación de indigencia. En ese sentido se ve la mano de lo que implica una negociación concesiva con el Fondo Monetario Internacional. Aspiro a que el gobierno flexibilice esas metas porque de lo contrario no va a ser fácil lidiar con la situación social de la Argentina.

-¿Cómo ve la posibilidad de reactivar la economía el año que viene?

-Es difícil que la economía no se reactive cuando viene de un pozo tan profundo, reactivación va a haber. Lo que pasa es que lo que están indicando las características del presupuesto es que la reactivación va a tener contenidos de mucha mayor lentitud y de mayor desigualdad. Porque la tarea de ponerle mayor velocidad a la recuperación y de mejorar la distribución del ingreso para que esta recuperación sea más igualitaria es tarea del Estado. Lo lógico hubiese sido que el achicamiento del déficit en lugar de darse por caída del gasto, que es lo que está planteado en el presupuesto actual, se hubiera dado por sostenimiento del gasto, ampliación del gasto público, mayor política de ingresos, mayor política de inversión en vivienda y en ese marco, la recuperación de la recaudación por aumento de la actividad y por mayor progresividad tributaria, propia de una reforma impositiva que la Argentina necesita. La estrategia de achicar el déficit vía contracción del gasto es un error en este contexto, porque le quita velocidad a la recuperación y le quita al Estado la posibilidad de intervenir en términos de política de redistribución de ingreso.

-¿Qué análisis hace de la situación del dólar y las últimas medidas del ministro Guzmán?

-El gobierno instrumentó un conjunto de medidas de carácter monetario y financieras todas ellas en línea con terminar subiendo la tasa de interés o aumentando los rendimientos financieros en pesos, tanto vía bonos como vía plazos fijos y demás, aumentando las tasas de referencia del sistema monetario. Y esto por un lado puede permitir contener el tipo de cambio, de hecho es lo que pasó con el caso del contado con liqui y con el dólar MEP; porque lo que tuvimos en estos últimos días fue un rebote en el blue y no en los otros, con lo cual no sé si se puede hablar de una presión alcista o una cosa muy coyuntural. Lo cierto es que por más que se esté controlando el tipo de cambio, si se lo controla subiendo la tasa de interés lo que termina pasando es que estamos limitando el financiamiento del crédito, estamos encareciendo el costo del dinero y estamos quitándole a la política económica una herramienta central a la hora de la reactivación, que es financiar el capital de trabajo de las empresas. Acá la recuperación tiene que combinar más demanda por vía de mayor poder adquisitivo de la población y más gasto público para utilizar capacidad ociosa para responder a esa demanda, y financiando el capital de trabajo de las unidades económicas que tienen que abastecer esa demanda. Estos son los tres ejes, poder adquisitivo, uso de la capacidad ociosa y financiamiento de capital de trabajo. Y las medidas que se están tomando son medidas que limitan la posibilidad de un financiamiento barato al tiempo que también se está acelerando la devaluación del dólar comercial, como parte de las concesiones que el gobierno ha hecho a las presiones cambiarias vigentes. Y eso también tiene impacto en términos de precios y deterioro de los ingresos. Hay que ser muy cuidadoso, uno puede tener políticas de carácter ortodoxas como estas para controlar la fiebre cambiaria, pero tienen que tener una duración muy limitada porque de lo contrario nos limitan lo que es central como expectativa futura, que es recuperar la actividad. Creo que acá hay un punto que no se está mirando, es que en realidad la razón de las presiones cambiarias tiene que ver con que el gobierno no tuvo un control estricto sobre la oferta de divisas y sobre la salida de divisas. Y por lo tanto hay que agregar entre las medidas para poder tener mayor juego y capacidad de control, el tema de avanzar sobre el control estatal en el comercio exterior, sobre todo del complejo de granos y aceites, lo que sería el complejo agroindustrial y al mismo tiempo tener un estricto control del flujo de importaciones y de los pagos de deuda de las grandes empresas; y acompañar esto con una fuerte reforma impositiva de carácter progresivo. Estas medidas son claves para que la Argentina pueda tener una agenda distinta. De lo contrario entramos en una lógica donde para que no se dispare el tipo de cambio subo la tasa de interés, y al subir la tasa de interés no tengo crédito barato y al no tener crédito barato tengo limitaciones para acompañar la recuperación de la actividad económica. Romper esta lógica exige de otros instrumentos de regulación estatal, donde el tema del comercio exterior y de la reorganización del sistema financiero ocupen un papel fundamental.

-¿Para eso es necesaria una decisión política contundente?

-Sí. Es un horizonte de definiciones que reclaman que el Frente de Todos además de ser como ha sido hasta acá, una coalición electoral exitosa, se transforme en una coalición política donde de alguna manera articule adecuadamente al conjunto de actores sociales y políticos que lo integran, que son en gran medida, buena parte de las organizaciones populares del país que confrontaron con la experiencia de Macri y que tienen intenciones de respaldar al gobierno en este tipo de definiciones. Hay que ponerle un límite al proceso de concesiones que de alguna manera el gobierno ha hecho en el marco de las presiones recientes hechas por distintos actores del poder económico porque estas presiones debilitan la legitimidad del gobierno. Hemos tenido rebaja de retenciones sin que los exportadores hayan liquidado y eso no corresponde. Tenemos hasta septiembre por lo menos diferencias del orden de los 4 mil millones de dólares entre las exportaciones que se vendieron y lo que efectivamente se liquidó. Y son 4 mil millones de  dólares que están faltando de ingresar a la Argentina. Si no lo es, porque las resoluciones normativas del Banco Central no alcanzan, hay que transformar esto en un delito porque pone en vilo la realidad de Argentina. No puede ser que se tenga una actitud de absoluta inflexibilidad frente a personas que ocupan un terreno porque no tienen donde caerse muertas y que haya sectores que hagan y deshagan con el ingreso o la salida de divisas lo que les place, poniendo en vilo a toda la población porque el efecto que produce al impactar sobre el tipo de cambio impacta sobre todos nosotros. El tema de que el dólar es una mercancía de carácter esencial que no debería estar sujeta a especulación y que el gobierno debiera disponer de todas las herramientas para castigar los movimientos especulativos en este sentido es algo indispensable incorporar. 

29/07/2016

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