Entrevistas
18/10/2020

Alberto Quevedo

“Los grandes grupos no están dispuestos a perder sus privilegios”

“Los grandes grupos no están dispuestos a perder sus privilegios” | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.
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El sociólogo sostuvo que Juntos por el Cambio es “una oposición muy salvaje”. Indicó que el presidente “enfrenta la derrota de su estrategia” de sentar “a todos en la misma mesa”, porque ese sector “le está diciendo que no va dialogar, ni a acordar, ni a pensar en el bien común”.

Diego Colao

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Alberto Quevedo, sociólogo y director de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) sostuvo que “Juntos por el Cambio está muy lejos de tener una oposición democrática, de debate de proyectos” y por lo tanto “es una oposición muy salvaje que tiene una alianza muy grande con los medios concentrados y con los principales grupos económicos”.

El sociólogo indicó en este diálogo con Va Con Firma que “los grandes grupos no están dispuestos a perder ninguno de sus privilegios y beneficios, y hoy están haciendo una vergonzosa campaña pro devaluación para maximizar la transferencia de renta, sobre todo al sector agroexportador y para marcarle a Alberto Fernández qué es esto que se llama el mercado”.

Para Quevedo, el presidente enfrenta la “derrota de lo que fue su estrategia original, dialoguista, de sentar a todos” los sectores “en la misma mesa”, porque la “oposición le está diciendo que no” está dispuesta a hacerlo.

“Todavía el gobierno no ha despertado a una nueva política después de esta desilusión de que efectivamente la oposición y estos grupos, no se van a sentar a dialogar, ni a acordar, ni a pensar en el bien común; antes más bien están pensando en sus intereses privados”, aseguró.

En cuanto a la polémica instalada por los medios de comunicación esta semana sobre el Observatorio Nodio, lanzado desde la Defensoría del Público, Quevedo indicó que en todo el mundo se investigan “las fake news y los modos en los cuales tanto los medios tradicionales como las redes sociales producen información falsa, que incide en la opinión pública, que interviene en procesos políticos, que interviene en la creación de climas electorales”.

“Lo que hizo la Defensoría del Público es tomar una iniciativa, de decir que en Argentina ha habido y hay campañas muy fuertes de desinformación y de fake news y que es necesario alertar a los públicos”, indicó el investigador y mencionó como ejemplo, que se generó una fake news con el observatorio, ya que “primero se ha mentido respecto de sus fines” y segundo “el Grupo Clarín también dijo cuál era la composición del directorio y ni siquiera está propuesto”.

-¿Cómo analiza la creación del Observatorio Nodio y la intención de analizar la desinformación y las fake news?

-En primer lugar me gustaría ubicar el tema en sus términos más globales y regionales. Los observatorios en Europa, en América Latina, en Estados Unidos han crecido mucho en los últimos 20 o 30 años. Son instituciones que se dedican a hacer seguimientos, investigación científica, procesamiento de datos de distintos aspectos que tienen que ver con la realidad social, económica, sanitaria, cultural, etcétera. Hay observatorios en toda la región, en Argentina, en Europa, de los que yo he participado que hacen sobretodo investigación más de corte académico. Los observatorios no tienen otro fin, no son órganos con capacidad punitiva, ni de juzgamiento, ni de sancionar a nadie; hacen más bien un trabajo de recopilación de datos. Digo esto porque una de las fake news sobre el observatorio de la Defensoría del Público es que tiene capacidad de sancionar a periodistas o cosas por el estilo. Ningún observatorio lo tiene y este tampoco. La segunda cuestión, regional y mundial, es el tema de las fake news y de los modos en los cuales tanto los medios tradicionales como las redes sociales producen información falsa que incide en la opinión pública, que interviene en procesos políticos, que interviene en la creación de climas electorales, que ha sido además objeto de consideración de las más importantes instituciones en Europa y en Estados Unidos. Los Ceos de Facebook, de Amazon, de Apple y de Google tuvieron que ir hace poco al Congreso de los Estados Unidos y Mark Zuckerberg tuvo que dar cuentas tanto en la cámara de representantes como en la Unión Europea de las acciones de Facebook en relación a la creación de fake news, de campañas de desinformación y a su intervención en los procesos electorales. Lo que la Defensoría del Público tuvo como iniciativa no es un invento que caiga de la imaginación de Miriam Lewin, lo que tienen los observatorios es una función social de transparentar y esclarecer sobre ciertas realidades. Y me parece que lo que hizo la Defensoría del Público es tomar una iniciativa, de decir que en Argentina ha habido y hay campañas muy fuertes de desinformación y de fake news y que es necesario alertar a los públicos. Esa es la función que tiene. Ejemplos de esto mismo es lo que se ha hecho con este mismo observatorio, primero que se ha mentido respecto de sus fines, y el Grupo Clarín también dijo cuál era la composición del directorio y ni siquiera está propuesto el directorio. 

-¿Cuál es la gravedad del pedido del fiscal Carlos Stornelli de que se indague a Miriam Lewin?

-El primer problema ahí es actuar sobre una política pública en una especie de censura previa. Porque no ha habido absolutamente ninguna acción del observatorio que pueda ser objeto de una investigación judicial. Puedo denunciar un robo un crimen, algún delito, lo que no puedo es ir a la justicia y decirle creo que mi vecino va a robar. Eso no es una denuncia. Acá están diciendo que el observatorio va a hacer cosas y ni siquiera se ha puesto en funcionamiento, están obrando con anticipación. La segunda cuestión es que si uno lee la motivación del fiscal Stornelli, mezcla además su situación personal. Él hace este pedido a una jueza anticipándose a algo y diciendo que él ha sido víctima de eso. La argumentación es una situación personal, si fuera así, el debería excluirse justamente por eso. Pero esto es una justicia que no obra de esa manera.

-¿Esto también está relacionado con la denuncia de los diputados del Pro a los periodistas de El Destape?

-Sí y no. ¿En qué sentido está relacionado y en qué no? Creo que no está relacionado porque lo que ahí se está juzgando es el acceso y transparentar información pública que existe y que los periodistas pusieron en evidencia, que tiene que ver con algo que los diputados deberían ocuparse, que es el modo en el cual el gobierno de Mauricio Macri espió a opositores, a periodistas y hasta familiares y compañeros de su propio espacio político. Lo que apareció en la AFI son documentos de carácter institucional que estos periodistas hicieron público pero que estaban ya puestos a disposición porque son documentos que van más allá del secreto de la AFI. ¿En qué se vincula? En que Juntos por el Cambio está en una actitud política muy agresiva con el gobierno nacional, y con cualquier iniciativa que tome el gobierno nacional y que tienen como objetivo proteger lo que fue la impunidad de la cual gozaron durante los cuatro años del macrismo y la no investigación sobre muchos de los elementos que en esos años se produjeron en materia de espionaje o de usos de datos públicos, o en materia de usar el aparato del Estado para perseguir justamente opositores y periodistas. En ese sentido, sí tiene vinculación, lo que no me parece que tenga vinculación es que lo que allí se aduce de que se hizo un mal uso de datos públicos, pero si se enmarca en una campaña más general.

-En el marco de esta campaña, ¿Cómo ve la reaparición pública del ex presidente Macri?

-El ex presidente tiene dos objetivos para aparecer ahora. El primer es respecto de su propia interna, porque está siendo cuestionado dentro de su propio grupo político, es alguien que no cuenta hoy con la aprobación de todos los que lo acompañaron en el 2015 y su gestión misma de gobierno, y entonces aparece haciendo una especie de acto en escena de que “yo soy el jefe de este grupo político”. Esa es la primera motivación para que aparezca. La segunda motivación tiene que ver con la autoprotección. El ex presidente está siendo investigado de hecho porque muchas de las cuestiones que se están investigando sobre, por ejemplo, espionaje ilegal, terminan en las órdenes del ex presidente. Me parece que está preocupado de que llegue un momento en que sea citado a indagatoria, puede tener un procesamiento, etcétera. Creo que hoy está atacando la política del gobierno nacional justamente porque quiere autoprotegerse. Esos son los dos motivos  que lo mueven a aparecer públicamente y creo que va continuar apareciendo como hasta ahora.

-¿Le parece que es un momento crítico del gobierno de Alberto Fernández por las presiones cambiarias y el papel de la oposición?

-Hay dos constataciones que a 10 meses del gobierno podemos tener. La primera es que la oposición mayoritaria que es la de Juntos por el Cambio está muy lejos de tener una oposición democrática, deliberativa, parlamentaria, de ideas, debate de proyectos, etcétera. Es una oposición muy salvaje que tiene una alianza muy grande con los medios concentrados y que tiene una alianza todavía más grande con los principales grupos económicos y sobre todo con los grupos financieros y con los grupos agroexportadores que producen divisas para la Argentina. El presidente Alberto Fernández hoy enfrenta por un lado una derrota de lo que fue su estrategia original, él tuvo una estrategia en la cual cree mucho, que es una estrategia dialoguista, de convergencia, de sentar a todos en la misma mesa, de agrandar esa mesa incluso con sectores opositores y me parece que la oposición le está diciendo que no se sienta en esa mesa. La segunda cuestión es que los grandes grupos no están dispuestos a perder ninguno de sus privilegios y beneficios, y hoy están haciendo una vergonzosa, diría yo, campaña pro devaluación para maximizar la transferencia de renta, sobre todo al sector agroexportador. Y para marcarle a Alberto Fernández qué es esto que se llama el mercado, que en realidad son pocos jugadores, que son los que definen las políticas que debería definir el Banco Central, por ejemplo la política cambiaria. Estamos en un momento muy delicado, pero sigo creyendo al día de hoy, que el final de esta pulseada va a depender mucho más de la acción del gobierno nacional de Alberto Fernández que de la enorme fuerza que tienen estos sectores. Pero todavía el gobierno de Alberto Fernández no ha despertado a una nueva política después de esta desilusión de que efectivamente la oposición y estos grupos, no se van a sentar a dialogar, ni a acordar, ni a pensar en el bien común; antes más bien están pensando en sus intereses privados.

-¿Es importante esto de “ganar la calle”?

-Creo que la política contemporánea tiene tres grandes escenarios: el escenario de la política misma, el palacio, el que tiene que ver con las instituciones de la política; tiene un segundo escenario que es el de los medios de comunicación, de las redes sociales, ahí hay un gran escenario; y después hay un tercer escenario que es muy importante, sobre todo para los gobiernos populares, que es la calle, el espacio público, salir a manifestarse. La pandemia ha traído una novedad en ese sentido, y es que la derecha sale a manifestarse, ocupa la calle, realiza estos banderazos muy acompañados y amplificados por los grandes medios de una manera bastante planificada, porque son los grandes medios los que convocan, los que transmiten y los que evalúan el éxito o el fracaso de esto. Entonces el gobierno nacional y el Frente de Todos, que tienen una capacidad de movilización junto a las organizaciones políticas sociales y sindicales, perdieron la calle. A mí me parece que lo que ocurre hoy es un dilema difícil de resolver porque el gobierno nacional no quiere que salgamos a la calle porque quiere proteger nuestra salud y la política parece necesitar la calle. Entonces esa es la tensión. 

29/07/2016

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