Hugo Yasky, diputado nacional por el Frente de Todos sostuvo que “la oposición asume la agenda” de los grupos “del poder económico” que quieren “empujar al gobierno a una devaluación, que significaría multiplicar el hambre en la Argentina”.

“Esos son los que quieren poner al gobierno contra las cuerdas, los que estarían dispuestos y felices si este gobierno no llegara a terminar el mandato y lamentablemente la oposición hace el triste papel de ser gestores de esos intereses poderosos”, explicó en diálogo con .

Sobre el proyecto de aporte extraordinario de las grandes fortunas, que obtuvo dictamen de comisión el viernes, señaló que “plantea un debate en la Argentina” que implica “pensar en un país donde los sectores que tienen mayor capacidad contributiva aporten más que el resto”, porque “hoy esa balanza está absolutamente invertida”.

“Es un primer paso que va a tener sentido si después de esto logramos avanzar en una discusión a fondo de la reforma tributaria y por eso están en guardia los que defienden los intereses de esos poderosos grupos dominantes”, aclaró Yasky.

El diputado indicó que trabaja en un proyecto que establece “una jornada semanal de 40 horas en reemplazo de la que rige actualmente de 48”, cuyo objetivo es reducir la informalidad y que “significaría más posibilidad de descanso, y la posibilidad de abrir otras fuentes de trabajo que complementen esta jornada”.

-¿Cómo analiza los números de desocupación que se conocieron esta semana y la extensión de la prohibición de despidos que realizó el gobierno?

-Los números muestran la profundidad y extensión de una crisis recesiva que tiene que ver con las condiciones en las que quedó el país después de 4 años de gobierno, en los que se beneficiaron solamente los especuladores financieros y los grandes exportadores; que significó la destrucción de decenas de miles de pymes y de puestos de trabajo agravado hasta puntos extremos ahora por los 6 meses de convivencia con este virus que hace estragos no solamente en la Argentina. Porque números como este y más graves existen en todos los países de América Latina y en otras partes del mundo. Pero lo cierto es que América Latina en sus graves condiciones de desigualdad y de destrucción del tejido social es el continente que está pagando el precio más alto en términos sociales, de contagio, de muerte, y económicos y estos números en Argentina tienen que servir para entender que necesitamos la continuidad de las políticas públicas. Y en ese sentido, la extensión de la prohibición de los despidos y de otras acciones complementarias como la ATP, las IFE y otras, son necesarias.

-¿En qué consiste el proyecto para reducir la jornada laboral en el que está trabajando?

-Es un proyecto que establece una jornada semanal de 40 horas en reemplazo de la que rige actualmente de 48, que está pensada en parte para generar un período de trabajo similar al que tienen la mayor parte de los países del mundo; son muy pocos los países que tienen 48 horas en su norma legal. Esto significaría más posibilidad de descanso, la posibilidad de abrir otras fuentes de trabajo que complementen esta jornada y además significa cuidar la salud, porque el estrés, el cansancio, la fatiga, en estas condiciones en las que estamos hace que la gente sea más vulnerable a la situación del contagio. El objetivo es reducir la carga de horas semanales para que más trabajadores que están en la informalidad sean contratados y pasen a la esfera formal.

-¿Qué puso en juego la discusión del proyecto de aporte extraordinario de las grandes fortunas?

-Evidentemente, primero sirve para poner la lupa sobre un sector que casi siempre está en una zona opaca, oscura, en secreto, muy bien guardado. Recordemos cuando en la época de Macri se dio a conocer una lista de grandes millonarios a través de la AFI hubo una especie de purga interna que alcanzó inclusive a una parte del periodismo. Y creo que el aporte extraordinario plantea además un debate en la Argentina que muchas veces es solapado porque los grandes medios tratan de silenciarlo, y es de qué manera comenzamos a pensar en un país donde los sectores que tienen mayor capacidad contributiva aporten más que el resto. Hoy esa balanza está absolutamente invertida, en el platillo de los que más aportan esta todo el pobrerío, los que trabajan, la clase media baja. Ese es el sector de donde surgen los mayores aportes a través de los impuestos al consumo directo. Y la especulación financiera, la concentración de la riqueza, la acumulación pasiva de bienes, propiedades, tierras, etcétera no tributa en la proporción que tendría que hacerlo. Es un primer paso que va a tener sentido si después de esto logramos avanzar en una discusión a fondo de la reforma tributaria y por eso están en guardia los que defienden los intereses de esos poderosos grupos dominantes de la casta superior. Porque estamos hablando de un aporte extraordinario que alcanzaría, con los datos de la AFIP, menos de lo que nosotros pensábamos, son 9.000 personas.

-¿Esos defensores de los que habla incluyen a la oposición de Juntos por el Cambio?

-Sí, han buscado 10 mil excusas pero lo cierto es que no acompañan la iniciativa. Porque no quieren discutir a distancia, porque el clima no acompaña, porque la época del año no conviene, han inventado distintos tipos de excusas pero la verdad es que se podría recaudar cerca de 3 mil millones de dólares que para el gobierno sería muy importante. Y tendría asignación directa, porque no va a renta general, donde ellos podrían decir: no sé qué van a hacer. Esa plata tiene destino fijado por ley, cuando se apruebe va a ir 20% a la compra de vacunas, 20% a créditos a largo plazo para reactivar las pymes, otro 20% a exploración gasífera e instalación de redes, otro 20% a garantizar que todo el mundo tenga acceso a internet, me refiero a los estudiantes a través de la beca Progresar. No hay una razón valedera que explique por qué estos sectores no pueden ceder una gota de su fortuna en un momento tan difícil como el que estamos viviendo en la Argentina y en el mundo.

-¿Cree que la oposición intenta desestabilizar al gobierno?

-Más que la oposición, el poder de fuego de los grupos de lo que denominamos el poder fáctico. La oposición asume la agenda de ellos, se ofrece como gestor de sus intereses pero son los grupos del poder económico los que quieren empujar al gobierno a una devaluación que significaría multiplicar el hambre en la Argentina, multiplicar los padecimientos. Quieren empujar a una apertura irrestricta de entrada y salida de dólares para que la especulación financiera otra vez zapatee sobre las cabezas de todos los argentinos. Quieren beneficiar a un 5% de la población en detrimento del 95% restante y para eso están desplegando todo su poder, desde la incentivación de corridas cambiarias a los titulares de los grandes medios de comunicación, a los movimientos especulativos que hacen por ejemplo reteniendo la liquidación de la producción cerealera. Esos son los que quieren poner al gobierno contra las cuerdas, los que estarían dispuestos y felices si este gobierno no llegara a terminar el mandato y lamentablemente la oposición hace el triste papel de ser gestores de esos intereses poderosos.

-¿La CTA va a sumarse al acto de la CGT y el presidente el 17 de octubre?

- Vamos a participar ahora de un acto conjunto, en el que seguramente vamos a poder hacerlo combinando un poco lo virtual y otro poco lo presencial. Todavía no vamos a poder salir a la calle, está claro que el nivel de contagios que hay indica que sería una decisión que tendría un alto costo y no queremos ser responsables de eso. Vamos a estar esperando el momento para salir y el día que salgamos vamos a ser cientos de miles en las calles. Ahí a  la derecha se le va a derretir la ilusión de que ganó la calle, como un pedacito de hielo puesto al sol del mediodía en pleno verano.