Entrevistas
20/09/2020

Fernanda Vallejos

“Una reforma tributaria es una deuda que existe con la sociedad”

“Una reforma tributaria es una deuda que existe con la sociedad” | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

La diputada nacional del Frente de Todos sostuvo que el gobierno tiene “vocación” para “mejorar la progresividad del sistema” tributario. Planteó como “indispensable” el proyecto de aporte de las grandes fortunas y lo calificó como “un paso más para construir un país más justo”.

Diego Colao

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Fernanda Vallejos, diputada nacional por el Frente de Todos planteó que el proyecto que propone gravar por única vez las grandes fortunas del país “es indispensable” y además de lo económico, “es un importante acto de reparación y un paso en el sentido de construir un país más justo”.

Vallejos aclaró que el proyecto grava con “alícuotas” que son “más que razonables”, que van del 2 al 3,5% de los patrimonios de “personas humanas”, que superan los 200 millones de pesos y que representa un “universo pequeño de personas”, entre 10 mil y 12 mil; por lo que era esperable “una perspectiva un poco más generosa por parte de la oposición”.

“En el interbloque de Juntos por el Cambio, hemos encontrado posiciones muy duras, muy decididas en la protección de los privilegios de esos sectores más favorecidos, más ricos, y no me cabe duda que son los intereses que han defendido históricamente”, indicó en este diálogo con Va Con Firma.

La economista consideró que “la reforma tributaria es una deuda que existe con la sociedad” y que el gobierno tiene “vocación” de avanzar en este sentido, ya que “los impuestos regresivos sobre la recaudación total crecieron en esos cuatro años, unos 5 puntos porcentuales, mientras que los impuestos progresivos se retrajeron unos 3 puntos”.

Vallejos remarcó que durante la gestión de Mauricio Macri hubo “un proceso de fuerte regresividad donde la brecha entre el 10% más rico y el 10% más pobre de la Argentina escaló de 16 a 21 veces”.

Y agregó que actualmente “el 1% más rico logra capturar más del 15% del ingreso nacional” lo que “nos coloca entre los países con mayor concentración del ingreso incluso dentro de nuestra región”.

“El 10% más pobre de nuestra población participa del 1,5% del ingreso nacional; es obsceno, es escandaloso, y claramente debe ser corregido”, indicó la diputada y señaló que “la política tributaria es un instrumento privilegiado a la hora de pensar en una distribución más justa del ingreso”.

-¿Cuál es la importancia del proyecto de aporte a las grandes fortunas?

-Es una iniciativa indispensable, su aprobación no solamente es una necesidad sino fundamentalmente es un importante acto de reparación y un paso en el sentido de construir un país más justo, sobre todo cuando uno observa de qué lugar viene la Argentina. En los últimos cuatro años, con la vuelta de políticas fuertemente regresivas que caracterizó al gobierno de Macri, se produjo una fuerte concentración del ingreso y de la riqueza en la Argentina, revirtiendo los avances que habíamos transitado en los doce años anteriores en los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, como cristalizan todos los datos del Indec y las cifras que queramos observar. Un proceso de fuerte regresividad donde la brecha entre el 10% más rico y el 10% más pobre de la Argentina escaló de 16 a 21 veces, donde los sectores más favorecidos de nuestra sociedad fueron privilegiados durante el gobierno de Macri prácticamente por todas las políticas económicas que se impulsaron en ese período. Se beneficiaron con la especulación financiera, con la completa desregulación de la economía, con la fuga, con la toma de deuda, el profundo endeudamiento externo al que se sometió al país en esos años y que permitió precisamente financiar esa escandalosa fuga de capitales que superó, de acuerdo con los números de la balanza de pagos del Indec, los 103 mil millones de dólares en apenas 4 años, fue el momento de mayor volumen de fuga de capitales desde que tenemos información estadística disponible, y se privilegiaron también esos sectores de la política tributaria. En aquellos años las sucesivas reformas en materia impositiva que Macri impuso tuvieron que ver con recortar los impuestos más progresivos que son aquellos que recaen sobre los contribuyentes con mayor capacidad económica y como contracara ganaron peso los impuestos regresivos, que afectan al conjunto de la población y que pesan con mayor énfasis sobre los sectores más vulnerables que son los que destinan la mayor proporción de sus ingresos, reducidos en aquellos años, al consumo; y aquí lo que tiene mayor peso es el IVA que precisamente grava al consumo. Cuando uno observa los números, encontramos que los impuestos regresivos sobre la recaudación total crecieron en esos cuatro años unos 5 puntos porcentuales, mientras que los impuestos progresivos se retrajeron unos 3 puntos porcentuales.

-¿Hay posibilidad de discutir una reforma tributaria?

-No solamente hay posibilidad, sino que encuentro que hay una vocación del presidente, del equipo económico que lo acompaña y del bloque de diputados que formamos parte del oficialismo, de poder avanzar en este sentido. Por un lado porque una reforma tributaria es una deuda que existe con la sociedad. Las últimas "reformas" que se han producido en los han sido retoques, parches que terminaron configurando un sistema mucho menos eficiente de lo que debiera ser en lo que hace a la capacidad recaudatoria del Estado, que es complejo para los contribuyentes. Creo que hay que ordenarlo e ir a un sistema más sencillo y que tenga prioridades mucho más claras: el primer objetivo debe ir en el sentido de mejorar la progresividad del sistema, que es muy regresivo y por supuesto se ha agudizado de manera profunda durante los cuatro años de Macri, donde retrocedimos varios casilleros. Argentina, de acuerdo con los datos de la CEPAL, tiene un sector de su población, el 1% más rico que logra capturar más del 15% del ingreso nacional y esto nos coloca por encima de los niveles de concentración de esas economías más desarrolladas, con mejores índices de desarrollo humano que muchas veces observamos como modelos; nos coloca entre los países con mayor concentración del ingreso incluso dentro de nuestra región, teniendo en cuenta que América Latina es una de las regiones más desiguales del planeta. Cuando contrapone esos niveles de concentración con lo que participa el 10% más pobre de nuestra población, que participa del 1,5% del ingreso nacional, es obsceno, es escandaloso, y claramente debe ser corregido. La política tributaria es un instrumento privilegiado a la hora de pensar en una distribución más justa del ingreso, de lo que se produce en nuestro país.

-¿Cómo ve a la oposición, sobre todo los sectores más duros, para poder avanzar en estas reformas?

-La experiencia que hemos tenido en estos meses de discusión en torno del proyecto del aporte solidario y extraordinario de las fortunas más grandes de la Argentina, ni siquiera estamos hablando del 1% sino de apenas del 0.02% de la población, no ha sido buena. No estoy hablando de toda la oposición, hay sectores que van a acompañar este proyecto, pero dentro del interbloque de Juntos por el Cambio, del macrismo, hemos encontrado posiciones muy duras, muy determinadas, muy decididas en la protección de los privilegios de esos sectores más favorecidos, más ricos, y no me cabe duda que son los intereses que han defendido históricamente. Y esto lo vimos con claridad a lo largo del mandato de Macri, cuando les tocó ser gobierno se dedicaron a impulsar políticas económicas que lo que hicieron fue promover y extremar aún más los privilegios de estos sectores minoritarios de nuestra sociedad en detrimento de las grandes mayorías nacionales. Y la actitud con la que nos encontramos hoy tiene que ver con la defensa de esos mismos intereses, lo cual no deja de ser coherente con la historia de ese sector político, pero tal vez hubiese sido razonable otra, por el contexto particular en el que nos encontramos. Frente a una crisis sanitaria a nivel internacional y teniendo en cuenta la difícil situación en la que Argentina ya se encontraba como consecuencia de las políticas que ellos mismos instrumentaron cuando entramos en la pandemia, algo que se había reflejado en diciembre del 2019 cuando se aprobó la múltiple emergencia que daba cuenta de la situación de crisis económica y social en la que estaba nuestro país, y que fue acompañada por todos los sectores políticos, incluso Juntos por el Cambio, porque nadie podía desconocer la crítica situación en la que el país se encontraba. Y a eso se sumó la pandemia que ha agudizado esas dificultades y que exige al Estado Nacional y al resto de los estados subnacionales, la necesidad y la responsabilidad de generar un montón de respuestas para atender no solamente a los enormes déficits que la Argentina ya traía de arrastre sino a desafíos nuevos que se plantearon como consecuencia de la pandemia. Y cuando uno observa lo que propone el proyecto de aporte extraordinario, siendo que las alícuotas son más que razonables, van del 2 al 3,5% para un aporte que recae sobre personas humanas, no sobre empresas, porque muchas veces se dice que va a afectar la inversión. No son las empresas las que están gravadas, son las riquezas, los patrimonios personales de aquellos que tienen grandes fortunas, grandes stocks de riqueza acumulada que superan los 200 millones de pesos. Es un universo pequeño de personas, entre 10 mil y 12 mil, teniendo en consideración todo eso y los destinos específicos de lo que se recaude, que estimamos en unos 300 mil millones, daba una composición del cuadro que hubiera debido habilitar una perspectiva un poco más generosa por parte de la oposición. 

-¿Qué ocurrió en la comisión?

-Lamentablemente lo que hemos visto en la apertura del debate el martes en la comisión es que ni siquiera se han conmovido frente a la crisis y por el contrario vimos una actitud de profunda mezquindad, insolidaridad hacia el conjunto de la sociedad argentina, que estamos haciendo esfuerzos importantes para sostener las medidas que exige hacerle frente a la pandemia, pero que también esos esfuerzos recaen con mucho más dureza sobre los sectores más vulnerables en esta sociedad. Y son muchos. Macri nos dejó una Argentina con 40% de pobreza y dos dígitos de desocupación, con prácticamente 15 millones de argentinos de acuerdo con la FAO en situación de inseguridad alimentaria, es decir pasando hambre, y encima vino la pandemia. Entonces la vulnerabilidad de vastos sectores de la sociedad es muy pero muy importante y sin embargo ninguno de estos elementos ha sido capaz de conmover a sectores muy radicalizados de la oposición, de la derecha argentina y se mantienen insensibles frente a lo que ocurre en el país, y siguen sosteniendo ese ideario neoliberal que promueve no solo la concentración del ingreso sino una suerte de intangibilidad de los privilegios. Los vemos poniendo el grito en el cielo por algo que no le va a modificar el standard de vida a nadie, ninguno de esos multimillonarios que tienen la posibilidad de hacer un pequeño aporte en comparación con lo que tienen y de ayudar mucho con ese pequeño esfuerzo va a ver modificado su standard de vida. Nadie va a dejar de ser rico por contribuir con un 2% o 3% de lo declarado.

-¿Cuáles son los niveles de evasión?

-No podemos hacernos los distraídos frente a eso, porque obviamente el Estado puede gravar aquellos patrimonios que están declarados, y el 80% de la riqueza de los más ricos de la Argentina está fuera del país. Esto también desalienta esos argumentos que hablan de la inversión. Ese stock de riqueza es la antítesis de la inversión productiva. Ese enorme porcentaje de ahorro nacional que se produjo con trabajo, con esfuerzo, con recursos argentinos, se fugó de la Argentina, se sustrajo del circuito productivo nacional y está en las antípodas de la inversión productiva. Está acumulado y sometido a la lógica de la especulación financiera; son capitales ociosos que están en un 80% fuera del país. Y cuando vemos las declaraciones juradas de AFIP contra la contabilidad que lleva el Indec para los activos externos que los argentinos mantienen en el exterior, la conclusión a la que arribamos es que no menos de dos tercios de la riqueza exteriorizada de ese ahorro nacional que se fugó de la Argentina, no está declarada ante el fisco nacional. Y eso es uno de los mayores desafíos que tenemos por delante no solamente los argentinos, sino que es un problema del conjunto de los estados nacionales porque todos los países estamos siendo víctimas de estas conductas predatorias de las elites económicas que se refugian en guaridas fiscales, que evaden o que eluden sus responsabilidades fiscales, y que por lo tanto vacían a los Estados de los recursos que necesitan para atender las necesidades de los más vulnerables y del conjunto de la sociedad. Y por otra parte, sobre todo cuando se trata de economías como la nuestra con restricción externa, con dificultades ante la escasez de dólares, vacían a la economía de esas divisas que son absolutamente necesarias para sustentar cualquier proceso de desarrollo que se quiera impulsar. Y con una agravante, porque esas divisas que se fugaron en realidad fue riqueza que se generó en pesos, en la Argentina, que luego se dolarizó y se fugó. Pero para que pudiera dolarizarse primero tuvieron que haber dólares.

-Acá entra en juego el endeudamiento.

-Durante los 4 años de Macri vivimos en situación prácticamente todo el tiempo con déficit comercial, teniendo en cuenta que el saldo exportable es la única fuente genuina de divisas, entonces, ¿De donde salieron los dólares para que esos súper ricos pudieran dolarizar sus excedentes y fugarlos? Salieron de la deuda externa. Y ese es el agravante, además de dejar a la economía sin dólares, además de fugar la riqueza que se produce en el país que debiera quedar aquí y reinvertirse y sustentar procesos de producción y de crecimiento económico, además de dejar al Estado sin los recursos tributarios que el Estado necesita y de plantear un nuevo nivel de desigualdad con respecto al resto de la sociedad porque a los trabajadores les descuentan ganancias del sueldo y a los consumidores les cobran el IVA y en cambio estos sectores privilegiados tienen a su disposición toda una industria de la fuga, desde servicios jurídicos, financieros, contables globales y los propios bancos que se dedican a través de sus servicios de banca privada a generar todas las condiciones para que esta fuga sea posible; y además nos dejan el lastre de la deuda que la pagamos todos los ciudadanos. Pero los dólares se privatizaron porque se los lleva una pequeña porción de la sociedad. Sobran los argumentos que tornan claramente justa esta medida que estamos impulsando y que deja en la negativa de ese sector de la oposición muy expuesto cuales son los intereses que defienden, más allá de los relatos retorcidos que a veces podemos escuchar para justificar estos comportamientos tan mezquinos.

29/07/2016

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