Entrevistas
26/07/2020

Atilio Borón

“La derecha continental está preocupada porque se ve venir un tsunami”

“La derecha continental está preocupada porque se ve venir un tsunami” | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

El sociólogo y analista internacional consideró que desde Estados Unidos “pensaban que el kirchnerismo en Argentina había muerto” o que los “seguidores de Lula se habían desbandado”, y argumentó que la ola progresista “viene lenta” pero los “va a arrasar a todos”.

Diego Colao

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Atilio Borón, sociólogo y analista internacional analizó el contexto latinoamericano y consideró que “la derecha continental está muy preocupada porque se ven venir un tsunami, que se viene lento” pero que “los va a arrasar a todos”.

Para el politólogo, “estos gobiernos saben que ante el despertar de los pueblos” que arrancó con Chávez en 1999 “ganar una elección es muy difícil”, y agregó que “solamente pueden hacerlo en medio de un concierto de mentiras y de acusaciones, y de proscripciones y de maniobras”, como ocurrió con Lula en Brasil y como ocurre en Bolivia o Ecuador.

Borón planteó que la pandemia “nos da una oportunidad”, y se preguntó “qué va a pasar en este país cuando acabe el confinamiento y la gente pueda salir a la calle” a manifestarse para “neutralizar la ofensiva de la derecha”. 

“Ese momento va a ser bien difícil para ellos porque la gente está juntando mucha rabia, y además hoy en día, con todas las modernas tecnologías de información y comunicación, tenemos posibilidades de potenciar nuestra presencia en las calles como antes nunca la teníamos”, definió en diálogo con Va Con Firma.

Sobre las elecciones en Estados Unidos indicó que “nada bueno se puede esperar” de Biden y sostuvo que “va a ser igual de reaccionario” que Trump “pero no va a ser tan belicista, tan bestial” como el actual presidente, aunque “no más que eso”.

-¿A qué obedece la postergación de las elecciones en Bolivia?

-Hay indudablemente un cálculo, hay una vocación marcada desde antes de que aflore la pandemia de darle una continuidad al gobierno surgido del golpe del 10 de noviembre, de manera tal que no me sorprende esto. La pandemia le otorga una excusa perfecta porque es cierto evidentemente que hay un problema serio de contagio que se puede acentuar y crecer exponencialmente en el marco de un proceso electoral. Pero el objetivo de fondo era algo perseguido aun antes de la pandemia, porque el gobierno sabe que va a perder las elecciones y entonces prefiere postergarlas indefinidamente y ver de qué manera puede buscar mecanismos para desarticular a la dirigencia del Mas que está dentro de Bolivia, inventar pruebas, utilizar todos los mecanismos del Lawfare para poder sacarlos de la carrera y garantizar que el candidato de ellos pueda ganar. Creo que ése es el objetivo inconfesado de esa movida.

-¿La proscripción al partido de Rafael Correa en Ecuador es algo similar?

-Es más o menos lo mismo, la misma historia. Estos gobiernos saben que ante el despertar de los pueblos, que arrancó fuertemente si querés poner una fecha, en el momento en que asume Chávez la presidencia en el 99, y que da inicio a todo un ciclo virtuoso de la política latinoamericana; saben que ganar una elección es muy difícil. Solamente pueden hacerlo en medio de un concierto de mentiras y de acusaciones, y de proscripciones y de maniobras, como las que impidieron la candidatura de Lula a la presidencia en 2018; porque si Lula se presentaba ganaba ampliamente la elección. Entonces el objetivo fue no dejarlo competir. Lo mismo con Rafael Correa, indudablemente si va a las elecciones, va a ganarlas. Ecuador está en manos de un personaje absolutamente siniestro, porque no es otra palabra la que puede calificar a Lenin Moreno; un corrupto absoluto. Todo lo que ha hecho es porque en Estados Unidos se dieron cuenta que había estado involucrado durante mucho tiempo en negocios sucios y en lugar informarlo al gobierno ecuatoriano, los servicios de inteligencia norteamericanos se guardaron ese dossier. Y cuando Lenin ganó las elecciones, al día siguiente van a verlo y le dicen: bienvenido, usted a partir de hoy trabaja para nosotros y sino mire este dossier y lo llevamos ya preso a los Estados Unidos. La opinión que puedo tener de ese personaje no puede ser peor, pero confío que el pueblo ecuatoriano, que se sacó de encima a tres malos gobiernos a finales del siglo pasado, se va a sacar de encima al gobierno de Lenin Moreno y va a permitir que Rafael Correa pueda competir en las elecciones y eventualmente retornar al palacio de Carondelet.

-¿Le parece que Estados Unidos tomó nota de que existe la posibilidad de una nueva oleada de gobiernos progresistas?

-Ellos están muy preocupados, porque pensaban por ejemplo que el kirchnerismo en Argentina estaba muerto definitivamente; que los seguidores de Lula se habían desbandado y ya no eran importantes; que en Chile, que era el paraíso neoliberal, la izquierda y las protestas populares no iban a tener jamás un resurgimiento. O que en Colombia no iban a perder las tres principales ciudades del país a manos de una coalición de centro izquierda como pasó en Bogotá, en Cali y en Medellín; entonces están muy desesperados con eso. Tuvieron que suspender el proceso electoral de un delincuente, que ahora lo están acusando de narcotraficante, como Juan Orlando Hernández, en Honduras. El departamento de Estado demoró casi un mes en reconocer las elecciones de finales de noviembre de 2017 porque era tan escandaloso el fraude, que no lo podían aceptar de ninguna manera. Y al fin y al cabo se dieron cuenta de que sino convalidaban el fraude que ellos mismo habían creado, buscando una manera de disfrazarlo, el riesgo era que pudiera volver Juan Manuel Zelaya, entonces apoyaron a Hernández. La derecha continental está muy preocupada porque se ven venir un tsunami que se viene lento, pero es un tsunami, y los va a arrasar a todos.

-¿La pandemia y la crisis económica que está generando le da una oportunidad a la derecha para que calen sus discursos?

-Sí, pero también nos da una oportunidad a nosotros. Quiero ver qué va a pasar en este país cuando acabe el confinamiento y la gente pueda salir a la calle. Cuando nos podamos juntar en las calles y en las plazas a salir a manifestar, a presionar, para neutralizar la ofensiva de la derecha. Ese momento va a ser bien difícil para ellos porque la gente está juntando mucha rabia, y además hoy en día, con todas las modernas tecnologías de información y comunicación, tenemos posibilidades de potenciar nuestra presencia en las calles como antes nunca la teníamos. Antes para coordinar una acción de los sindicatos docentes de Tierra del Fuego, Neuquén, La Pampa, provincia de Buenos Aires y Salta había que hacer un desplazamiento de 5.000 kilómetros prácticamente, o a lo largo de un territorio inmenso como éste juntarse en Buenos Aires, reunirse y volver. Hoy en día lo hacés con Zoom y sale la estrategia de acción colectiva en forma inmediata. Creo que el asociativismo digital implica un empoderamiento objetivo para los sectores populares que antes tenían más dificultades. La derecha nunca tuvo problemas para reunirse, porque tienen dinero, tienen tiempo, tienen todo. En cambio para las clases populares reunirse siempre era difícil, muy costoso y eso se ha ido solucionando y eso es lo que les preocupa a esta gente.

-¿Cómo ve una posible derrota de Trump en las elecciones de Estados Unidos?

-Creo que Trump evidentemente está en problemas, de todas maneras habrá que ver si se presenta este cantante afroamericano, Kanye West, si tiene cierto arrastre, puede quitarle muchos votos a Biden. De todas maneras Biden es un tipo de una evidente mediocridad, nada bueno se puede esperar de él. En una escala de 0 a 10, Trump es 1 o 2, descalificado por completo. Pero Biden es 3 o 4. No estás hablando de un tipo que tiene una concepción política más de avanzada, no es Roosevelt, no es Kennedy, no es ni siquiera Bill Clinton; con eso te digo todo, es un tipo de una mediocridad absoluta. De todas maneras sacarnos a Trump de encima aunque el otro sea un incompetente y un inútil, va a ser igual de reaccionario pero no va a ser tan belicista, tan bestial como es Trump y eso ya es una pequeña ventaja, pero no más que eso.

29/07/2016

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