Entrevistas
31/05/2020

Claudio Lozano

“Exportar gas de Vaca Muerta para obtener dólares no es viable”

“Exportar gas de Vaca Muerta para obtener dólares no es viable” | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

El director del Banco Nación rechazó la posibilidad de que los no convencionales neuquinos sirvan para “una salida exportadora” como proponía el macrismo. Abogó por una “renta universal” para los que no son asalariados formales. “Hay una advertencia respecto al modo en que la humanidad tiene que comportarse”, sostuvo sobre la pandemia.

Diego Colao

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Claudio Lozano, director del Banco Nación remarcó que es inviable la idea de avanzar con “el fenómeno Vaca Muerta asociado a una salida en donde la Argentina fuera exportadora de gas no convencional y que esto permitiera un salto importante en el ingreso de dólares”.

El economista analizó varios aspectos de la “crisis” que estamos viviendo a nivel mundial, “que no registra prácticamente antecedentes”, aunque advirtió que “sería un error pensar que la pandemia es la razón” de la misma; y por “lo tanto, cuando esto pase, todo va a estar perfecto”. 

“Hay un desacople entre las relaciones sociales que impone el capitalismo a nivel mundial y el cambio tecnológico”, aseguró el ex diputado nacional y sostuvo que “los incrementos de productividad dan como resultado acumulación de excedentes en pocas manos y depresión en materia de demanda, que genera la imposibilidad de que aparezcan opciones de rentabilidad”; lo que “habilita permanentemente burbujas especulativas” que terminan estallando.

En este marco de crisis mundial, Lozano planteó que “tenemos un mundo luego de la pandemia que va a obligar a revisar la perspectiva con la que veníamos pensando el futuro” para Argentina y “aparecen muchos temas como la necesidad de la renta universal, del cambio en materia ambiental y por lo tanto la modificación en las orientaciones productivas”.

El ex diputado nacional indicó a Va Con Firma que “en el contexto en el que estamos, donde el sistema económico está paralizado y no puede garantizar las condiciones de vida de la población, es el Estado el que debe hacerlo” a través de “dos instrumentos: un salario universal para los que no son asalariados formales, y la asignación universal por hijo” sin condicionalidades, que “permitiría redondear un piso para los hogares”.

Sobre la investigación de la fuga de capitales que publicó el Banco Central, Lozano consideró que con la información de “los bancos que emitieron deuda, los funcionarios” que intervinieron en el proceso, y “los que fugaron”; además de “la consideración de si se cumplió con los pasos normativos y jurídicos” para endeudar al Estado, se podría “impugnar” parte del endeudamiento, finalizar “con la impunidad” y que “aquellos que han hecho del endeudamiento un importante negocio, sean los que más aporten a la hora de pagar”.

-¿Qué piensa del mundo que se viene?

-Estamos asistiendo a una crisis que no registra prácticamente antecedentes, la única que se le acerca es la crisis del 29 30. Está claro que la pandemia lo que hizo es catalizar condiciones de crisis que ya existían. Sería un error pensar que la pandemia es la razón y por lo tanto cuando esto pase todo va a estar perfecto. Acá hay otros problemas, hay un desacople entre las relaciones sociales que impone el capitalismo a nivel mundial y el cambio tecnológico. Los incrementos de productividad dan como resultado acumulación de excedentes en pocas manos y depresión en materia de demanda, que genera la imposibilidad de que aparezcan opciones de rentabilidad. Esto habilita permanentemente burbujas especulativas que son las que una y otra vez terminan estallando como en 2008 y vuelve a hacerlo de la mano de la pandemia en el momento actual. Claramente los niveles de endeudamiento representan prácticamente 3 veces y media el producto del mundo y consecuentemente los niveles de impagos y de defaults en los que van a ingresar las empresas, los estados y las familias en este contexto son monumentales. Y la crisis vuelve a poner de manifiesto que no hay salud para la población sin cuidar la salud del planeta. Es un error también pensar que la aparición de este virus no tiene nada que ver con la lógica que tiene la orientación productiva del mundo actual. Está claro que sobretodo la producción alimentaria de carácter industrial está generando condiciones para que virus vinculados a los animales salten hacia los humanos del modo en que lo ha hecho esta cepa del coronavirus y por lo tanto hay orientaciones productivas que tienen que modificarse. El mundo también muestra una disputa entre potencias que está de alguna manera poniendo en curso un cambio civilizatorio porque no solo es que los Estados Unidos pierden terreno frente a China sino que China es un mundo difícil de percibir para todos nosotros. Porque no solo es una potencia económica sino que culturalmente es otra cosa, muy distinta a la cultura occidental a la que estamos acostumbrados, por lo tanto es difícil de prever como sería un mundo donde el predominio chino sea mayor del que es hoy. Y también hay un cambio en la matriz energética en el mundo donde se tiende a pasar de los hidrocarburos fósiles a las energías limpias, eso está en curso, tiene que ver con el bajón del precio a nivel mundial. En todo ese contexto Argentina va a tener que moverse de manera muy distinta a como muchos habían pensado. Tenemos un mundo luego de la pandemia que va a obligar a revisar la perspectiva con la que veníamos pensando el futuro y aparecen muchos temas como la necesidad de la renta universal, del cambio en materia ambiental y por lo tanto la modificación en las orientaciones productivas. Estamos viviendo una pandemia que fue prevista, hace 5 años científicos advirtieron de procesos de esta naturaleza, la OMS el año pasado también advirtió sobre esto, o sea que esto no es algo que sea ajeno al mundo que tenemos. Me parece que hay una advertencia respecto al modo en que la humanidad tiene que comportarse.

-¿Cómo ve la economía postpandemia en Argentina?

-Es muy difícil hipotetizar porque no tenemos claro cómo va a terminar esta situación. Pero lo que sí está claro es que muchas de las visiones que existían de un futuro de la Argentina exportadora, por ejemplo, y sobre todo en el sur del país con el fenómeno Vaca Muerta asociado a una salida en donde la Argentina fuera exportadora de gas no convencional y que esto permitiera un salto importante en el ingreso de dólares no es viable. Claramente vamos a un mundo donde el mercado mundial no se va a recuperar rápidamente y los precios del petróleo en el marco de las disputas existentes entre las potencias y el cambio en curso en la matriz energética desde los hidrocarburos fósiles a las energía más limpias, está colocando al petróleo en valores que hacen absolutamente inviable la perspectiva de Vaca Muerta. La orientación de la Argentina en perspectiva futura va a recuperar el papel central del mercado interno, que en el contexto de debilitamiento del comercio internacional obliga a una actitud de mucha mayor firmeza en el tema del endeudamiento para poder disponer de los dólares que permitan garantizar la recuperación, y que además va a cobrar mucho valor la política de sustitución de importaciones como mecanismo para tener mayores condiciones de autonomía en un mundo que va a estar complicado. Creo que la emergencia sanitaria plantea dos cosas, que la renta universal es necesaria y que hay una serie de consumos de carácter colectivo y social como el caso de la salud pública, tan descuidada durante mucho tiempo, que se van a transformar en nortes muy importantes a la hora de reconstruir la perspectiva de desarrollo del país. Lo mismo con el caso de la educación pública, la difusión acerca del hacinamiento que ha aparecido con tanta claridad entre todos nosotros, la falta de agua potable. Nunca como hoy estallaron ante los ojos de todo el mundo los niveles de informalidad laboral, la importancia del trabajo, porque si el trabajo no se mueve no se genera riqueza, el tema del hacinamiento habitacional, la falta de acceso al agua, la imposibilidad de hacer cuarentena para salvaguardarse de la situación del virus en poblaciones que carecen de alimento, de agua, de techo y demás. En ese sentido vamos a poder construir consenso para una orientación donde los consumos colectivos de salud, educación, vivienda, ocupen un papel central como inversión pública, como demanda de actividad.

-¿Cuál es la importancia de la investigación que publicó el Banco Central sobre la fuga de capitales durante el macrismo?

-El material del Central confirma estudios previos que habíamos hecho algunos respecto de que de los casi 100 mil millones de dólares que ingresaron de endeudamiento neto, 86 mil millones se fugaron. Esto con claridad marca el grado de ilegitimidad que este endeudamiento ha tenido porque no ha quedado aquí, y ratifica la importancia de esta investigación. Agrega que entre el 1% de las empresas y el 1% de las personas se concentra casi el 70% de esa fuga y no da nombres. Han trascendido pero no fueron dados por el Central. Hay una comisión bicameral de deuda que en el Parlamento aprobó un proyecto para pedirle información al Banco Central. Creo que tenemos las condiciones para poder hacer la investigación. Por un lado que el Banco Central diga quienes fueron los bancos que actuaron para colocar la deuda argentina, en general nunca hubo licitación, fueron a dedo. En segundo lugar, esto debe vincularse con los funcionarios que actuaron tanto en el Banco Central, como en la secretaría de Financiamiento y en el ministerio de Economía; todos ellos por lo general con fuertes vínculos con los mismos bancos elegidos a dedo. Y por otro, lado cruzar esto con la lista de quienes se llevaron dinero. Estas 3 columnas, los bancos que emitieron deuda, los funcionarios y los que fugaron y la consideración de si se cumplió con los pasos normativos y jurídicos que la Argentina tiene para endeudar al Estado o si no ocurrió, nos permitirían muchas cosas. Primero dar de baja parte del endeudamiento, poder impugnarlo. Segundo, trazar una línea que finalice con la impunidad de funcionarios que están de un lado y del otro del mostrador, y en tercer lugar nos permitiría que aquellos que han hecho del endeudamiento un importante negocio sean los que más aporten a la hora de pagar. Creo que habría que aprovechar lo que el Central tiene como información concreta, detallada con nombre y apellido que no ha publicado para llevar adelante la investigación, que sería una herramienta muy eficaz para fortalecer la capacidad de negociación de la Argentina en materia de deuda. 

-Y también para avanzar en el impuesto a las fortunas, por ejemplo.

-Serviría para completar el impuesto a las grandes fortunas, porque hay una diferencia entre lo que la información disponible a nivel mundial dice respecto a los argentinos millonarios, que hay 114 mil argentinos que tienen más de 1 millón de dólares de patrimonio neto. Pero cuando uno mira la AFIP hay solo 32.000. La diferencia son las prácticas de evasión y de fuga de las principales fortunas y empresas de la Argentina, y esa lista de fugadores seriales debería incorporase como parte de la discusión del impuesto a las grandes fortunas. Normalmente las prácticas de fuga están asociadas a la no declaración. Ahora que se está discutiendo el impuesto a las grandes fortunas, al cotejarlo con los registros de la AFIP, hay que ver si cada uno de estos agentes económicos efectivamente declaró ese dinero y ampliar la masa de fondos sobre la cual se calcula el impuesto.

-¿Se debe avanzar con una propuesta de ingreso universal?

-Venimos insistiendo con que esto es así desde el Frente Nacional contra la Pobreza en el 2001. Las propuestas siempre han sido la necesidad de fijar un piso de garantía de ingreso para el conjunto de los hogares. Hoy creemos que en la emergencia sanitaria eso es indispensable, porque ha estallado ante todos nosotros el volumen de informalidad laboral y desempleo que tiene la Argentina y la lógica sería que instrumentemos una renta básica para enfrentar la emergencia que esté compuesta por dos instrumentos. Uno que ya lo tenemos, simplemente ampliarlo y universalizarlo en serio, que es el caso de la Asignación Universal por Hijo. Y otro que deberíamos crear, que es poner en marcha un salario universal para toda aquella población entre 18 y 65 años, es decir población potencialmente activa, que no son asalariados formales. Deberían percibir un salario universal equivalente al salario mínimo vital y móvil. Esto nos permitiría que una pareja que no tiene salario formal tendría 34 mil pesos y si se le suma en el caso de una familia tipo, los 3.000 pesos de cada chico estaríamos hablando de 40 mil pesos; prácticamente la línea de la canasta de pobreza. Es algo que mejoraría mucho la llegada. 

-¿Sería un opción para suplantar el Ingreso Familiar de Emergencia?

-El IFE que promueve el gobierno va en esa dirección pero tiene un diseño que es incorrecto porque está dirigido al hogar y no al que trabaja. Y al mismo tiempo tiene muchas condicionalidades. Al no poner el acento en la población laboral y encima hacerlo por hogar y establecer condicionalidades donde, por ejemplo, si hay otro del grupo familiar que percibe ingresos, que es muy abstracta esa definición, porque puede ser un hermano que tenga otro ingreso o un padre con una jubilación. El diseño debe ser sobre quienes están en condiciones de trabajar. Se anotaron 12 millones para el IFE, hay 4 millones y medio que quedaron afuera de las cuales más de 2 millones y medio fue por esta condición de la existencia de otro ingreso en el grupo familiar. Hay una tendencia en Argentina a fijar condicionalidades que limitan permanentemente la política social y que terminan dejando afuera gente. De hecho pasa lo mismo con la Asignación Universal, que no es universal; hay 4 millones de pibes que están afuera por distintas razones. Una de ellas, por ejemplo, la condicionalidad de que hay que presentar el certificado sanitario y educativo y eso hace que haya 520 mil pibes que no reciben nada por esa razón. Cuando esa condicionalidad no debería excluirlo sino en todo caso debería obligar a que el Estado se ocupe de que reciba la vacunación y la escolaridad que corresponden. Hay una tendencia a no avanzar con la universalidad y en el contexto en el que estamos donde el sistema económico está paralizado y no puede garantizar las condiciones de vida de la población, es el Estado el que debe hacerlo y creo que los dos instrumentos, un salario universal para los que no son asalariados formales y la asignación universal permitiría redondear un piso para los hogares.

29/07/2016

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