Entrevistas
10/05/2020

José Pablo Feinmann

“No creo que la condición humana cambie por una pandemia”

“No creo que la condición humana cambie por una pandemia” | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

El filósofo consideró que no cree en las teorías que afirman “que los sentimientos de solidaridad de la gente van a aflorar” luego del coronavirus o que va a venir un “comunismo bueno”. Sostuvo que el Covid 19 le genera “angustia a la gente” porque “ha vuelto inminente al hecho de morir”.

Diego Colao

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José Pablo Feinmann, filósofo y escritor señaló que “el Estado va a salir fortalecido de esta crisis y no el mercado” aunque aclaró que no cree en teorías como la de Slavoj Zizek quien sostiene que “vamos a ir a un comunismo razonable” o las ideas que circulan de que “los sentimientos de solidaridad de la gente van a aflorar”.

“Van a seguir las contradicciones y los conflictos porque la condición humana no creo que cambie por una pandemia”, afirmó el docente y agregó que “la historia va a seguir como ha venido hasta ahora, de tumbo en tumbo, y con muchas tragedias, muchas ruinas, muchas guerras y mucha incomprensión”. 

Feinmann consideró en este diálogo con Va Con Firma, que la pandemia “le produce angustia a la gente” porque el coronavirus “ha vuelto inminente al hecho de morir”; y aclaró que la idea que se pone en juego “no es” la de que “vamos a morir algún día” sino que “corremos peligro de morir en cualquier momento”.

En este sentido, trazó un paralelismo con lo que se vivió durante la dictadura cívico militar argentina donde “la muerte era cotidiana” y remarcó que “es muy semejante que a uno le digan a Carlitos de la otra cuadra, no se lo vio más, se lo llevaron, desapareció y que le digan Carlitos de la otra cuadra, esta contagiado, lo internaron y se murió”.

-¿Qué cosas pone en evidencia la pandemia?

-La pandemia pone en evidencia cosas que ya han sido explicitadas, no es nada nuevo lo que voy a decir, pero creo que la necesariedad de un Estado que intervenga en la salud esta puesta bien de manifiesta. El Estado va a salir fortalecido de esta crisis y no el mercado. Va a haber una concepción, que ya existe, que dice que el Estado debe intervenir en la economía porque el mercado librado a su propia dinámica es excluyente, se lo devoran los más grandes y finalmente es antidemocrático; porque quedan dos o tres dominando el mercado. Siempre teniendo en cuenta de que el Estado se puede desmadrar, en toda sociedad sobre vigilada, en una sociedad digital, como las que tenemos, es muy peligroso el exceso de un Estado interventor. Pero creo que es necesario en este momento, haciendo las salvedades que uno hace desde las libertades individuales, que es algo que debemos cuidar. Pero también debemos cuidar la salud de la población y la salud de los más desprotegidos que corren serio peligro en esta pandemia que los ataca preferencialmente por el hacinamiento en que viven.

-¿Qué opina de esta idea de que luego de la pandemia vamos a salir mejores, esta idea esperanzadora que circula?

-La conozco bien, e incluso hay pensadores de gran fama internacional como Slavoj Zizek que dice que vamos a ir a un comunismo razonable o racional, no recuerdo bien como lo califica, pero en fin, un comunismo bueno, no estalinista después de la pandemia y que los sentimientos de solidaridad de la gente van a aflorar. Y no creo en eso. Veo que hay mucha oposición, que las contradicciones siguen, que el impuesto a la riqueza que no es nada del otro mundo, que es un impuesto pequeño y por poco tiempo, es tremendamente resistido. Y tiene un gran apoyo esa resistencia por parte de sectores políticos bien diferenciados, la gente de Cambiemos, los radicales macristas que son muchos y creo que van a seguir las contradicciones y los conflictos porque la condición humana no creo que cambie por una pandemia. En ese sentido soy un poco pesimista pero creo que la historia va a seguir como ha venido hasta ahora, de tumbo en tumbo, y con muchas tragedias, muchas ruinas, muchas guerras, mucha incomprensión. Hay un elemento tanático en el ser humano, un elemento de muerte, una pulsión de muerte que lo lleva a las guerras, los enfrentamientos, el odio, la xenofobia. En fin todas cosas que no permiten imaginar un futuro bienaventurado.

-¿Cómo analiza el hecho de que la pandemia ponga sobre la mesa el tema de la muerte, se cuentan muertos, se habla de muertos todo el tiempo?

-Realmente es inevitable, y esta pandemia le produce angustia a la gente. Y la angustia siempre nos revela nuestra propia finitud, somos seres que vamos a morir, todos. Ahora la angustia es porque la pandemia ha vuelto inminente al hecho de morir. No es que vamos a morir algún día, corremos peligro de morir en cualquier momento porque el virus es tremendamente agresivo. Entonces el tema de la muerte está sobre el tapete. El virus es la muerte porque mientras no se lo frene, no se lo pueda curar, no se pueda contener, sigue siendo la muerte y eso la gente no va a dejar de pensarlo. Únicamente una actitud negadora muy grande podría llevar a aislarse de las noticias que se dan y de la cantidad de muertos en distintos países. Nueva York, Brasil, Gran Bretaña, Italia, España; es muy poderoso lo que está pasando y todavía no tenemos una respuesta contundente frente al virus. El virus sigue ganando la batalla y es un virus tremendo, de gran reproducción que es devastador para el organismo humano. Entonces, la muerte se ha vuelto una inminencia.

-¿Hubo algún periodo en la historia Argentina donde haya sucedido algo de esta magnitud?

-No lo veo en Argentina. En Argentina hubo un período, por supuesto, en la dictadura militar en que la muerte era cotidiana porque constantemente llegaba la versión de alguien que había desaparecido, que no se lo veía más y se sabía que había sido secuestrado, se sabía que había campos de concentración; llegó a haber en Argentina 340 campos de concentración. Y eso es la presencia de la muerte. Y algo más doloroso aún, la presencia de la tortura, que era el sistema de obtener información que tenían los militares según la doctrina francesa aplicada en Argelia. Así que en ese período se olía la muerte en el país, se la respiraba y había mucha preocupación realmente.

-¿Cree que la pandemia puede evocar esa memoria histórica si se incrementa la cantidad de muertes?

-La memoria histórica puede generarla. Porque es muy semejante que a uno le digan a Carlitos de la otra cuadra, no se lo vio más, se lo llevaron, desapareció y que le digan Carlitos de la otra cuadra se murió. Esta contagiado, lo internaron y se murió. Es menos terrible que la del acto de desaparecer el cuerpo, que es lo más espantoso que se puede hacer porque impide el luto, que impide velar al muerto, que es un acto fundamental en la condición humana, la de enterrar y velar a los muertos. Y en ese sentido la desaparición es lo peor que se le puede inferir a una persona. Así que se parecen, no en el acto de desaparecer. Los muertos por el coronavirus están, son visibles, se los puede enterrar, se puede rezar por ellos. Pero de todos modos son muertos por una causa incognoscible porque nadie sabe a qué se debe esto, si es un castigo divino, bíblico, apocalíptico, si es un error de laboratorio de alguna de las grandes potencias, o si es como dice una de las teorías más conspirativas, que intentó ser una maniobra de China para perjudicar el comercio con Estados Unidos. No creo en eso pero todo eso está a la mano y se ha dicho y revela la indefensión de la gente para explicarse este fenómeno tan duro de entender e ininteligible.

-¿Es válida la antinomia entre economía y salud?

-Acá hay una crítica que intenta erosionar la legitimidad y la credibilidad del gobierno de Alberto Fernández y es una crítica que insiste en decir que la economía se va a derrumbar por la cuarentena. Y hasta llegan al extremo de decir un disparate total de que esto es comunismo, uno de los lemas de la protesta del jueves que no tiene ni pies ni cabeza, y es totalmente condenable. Pero eso es pura política, no es salud ni es economía. El intento de erosionar a un gobierno contra el cual están desde el primer día, una oposición muy dura, muy belicosa y que tiene una presencia muy fuerte porque no en vano sacaron todos los votos que sacaron, que son muchos. Y aunque mucha gente está apoyando la gestión de Fernández, sigue existiendo mucha gente que cree que esto es el populismo comunista, por decir una fórmula que cubriría todos los aspectos que odian y rechazan.

29/07/2016

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