Leopoldo Moreau, diputado por el Frente de Todos, afirmó que “la pandemia aceleró en muchos casos una puja” por la “redistribución del ingreso en la Argentina” porque “la situación que hemos heredado de lo que llamamos la epidemia del macrismo sumado” a la crisis del coronavirus “obliga a discutir con seriedad estos temas”.

Y mencionó que para que “el Estado” pueda “atender simultáneamente las necesidades de la demanda y de la oferta con una deuda externa gigantesca que le impide acceder a los mercados de crédito” debe por ejemplo, buscar “el aporte de aquellos que han tenido a lo largo de estos últimos años ganancias extraordinarias”.

Moreau señaló en este diálogo con que hay “un núcleo duro” dentro de Cambiemos que tiene vínculos “con grupos económicos muy concentrados, con la embajada de Estados Unidos, con intereses de otra naturaleza” y que hacen “lo imposible por hacer trastabillar al gobierno sin tomar en consideración el momento en que se está viviendo”.

Para el diputado nacional, luego de la pandemia “va a haber una agenda extensa de nuevos temas que van a generar un debate muy fuerte en la sociedad” lo que genera que estén “desesperados quienes defienden esos intereses”.

“El capitalismo financiero como está no va a poder seguir funcionando de esa manera”, remarcó, además de aclarar que no es que va a “desaparecer el capitalismo” sino que “va a cambiar su naturaleza, cosa que ocurrió a lo largo de la historia desde la revolución industrial en adelante”.

-¿Cree que la oposición de Cambiemos abandonó esta especie de tregua que parecía estar transitando con la pandemia?

-Generalizar sería un error, creo que aquellos que tienen responsabilidad de gestión y que representan a Cambiemos en la mayoría de los casos tienen una actitud de carácter colaborativo porque saben de la gravedad del problema porque lo viven día a día, como lo viven quienes representan otros espacios políticos. Pero no cabe duda también que dentro de Cambiemos hay, lo que podríamos denominar un núcleo duro, cuyos vínculos no son con la gente, con la gestión, con la sociedad sino con grupos económicos muy concentrados, con la embajada de Estados Unidos, con intereses de otra naturaleza que hacen lo imposible por hacer trastabillar al gobierno sin tomar en consideración el momento en que se está viviendo. Y me parece que son llevados de las narices por los verdaderos opositores que son los grandes medios hegemónicos de comunicación que en muchos casos actúan o como voceros de los fondos de inversión acreedores de la Argentina, entre otras cosas porque ellos mismos tienen comprados bonos de la deuda argentina o lo hacen en representación de aquellos que se sienten afectados por la posibilidad de que un impuesto a los ricos les signifique tener que hacer un aporte aunque sea mínimo a la sociedad o porque tienen intereses políticos contrapuestos con el gobierno en lo que falsamente se ha ido denominando la grieta; esa verdadera oposición arrastra muchas veces a estos dirigentes de Cambiemos.

-¿Le parece que la pandemia puso en evidencia a los sectores de poder?

-Creo que la pandemia aceleró en muchos casos una puja que era inevitable que es la forma de distribución o de redistribución del ingreso en la Argentina. Con o sin pandemia estos problemas se iban a presentar, la pandemia lo que hizo es acelerar esos dilemas. Porque la situación que hemos heredado de lo que llamamos la epidemia del macrismo sumado a esta pandemia obviamente obliga a discutir con seriedad estos temas. Uno de ellos es cómo hace el Estado para atender simultáneamente las necesidades de la demanda y de la oferta, algo que no es usual, con una deuda externa gigantesca que le impide acceder a los mercados de crédito; entonces ahí surge la pregunta y empiezan las diferencias. Una de ellas es buscando el aporte de aquellos que han tenido a lo largo de estos últimos años ganancias extraordinarias y por lo tanto tienen patrimonios extraordinarios algunos de los cuales ni siquiera los tienen en el país y los tienen en el exterior. Y la otra puja distributiva se da con los fondos de inversión acreedores de la Argentina porque evidentemente no es lo mismo para el bienestar de la sociedad argentina pagar 50 mil millones de dólares de intereses en los próximos cuatro años que no pagarlos, y destinarlos al desarrollo del proceso productivo.

-¿Cómo se trabaja contra las fake news o la agenda que imponen los grandes medios de comunicación?

-Una respuesta simplista sería con la verdad, lo que pasa que la verdad está distorsionada por los manejos que hacen estos grandes medios de comunicación y lo que se hace a través de las redes sociales. Al punto tal de que uno de los casos emblemáticos que se presentaban estos días como permisividad en el sentido de dejar presos libres, que es el caso de un asesino que mató a su mujer y a sus hijos  en Campana, se lo presentó como si hubiera quedado en libertad esta semana y se hizo una investigación y estaba en libertad desde el mes de octubre del año pasado. Y así se han presentado muchas falsas noticias. También es cierto que la cuestión penitenciaria, como tantas, otras es un problema en medio de esta pandemia, un problema que hay que abordar con mucha seriedad, no con liviandad, pero lo que está muy claro es que en este país el presidente de la Nación o los gobernadores no ordenan la detención de nadie, ni la libertad de nadie. Las decisiones se toman estrictamente en el ámbito judicial. La única intervención que tiene el poder ejecutivo en las cárceles federales, es cuando se producen motines tratar de establecer mecanismos de diálogo para evitar que esos motines deriven en una masacre. Y cuando se habla de las cárceles no hay que hablar solo de los presos, sino de quienes cuidan a los presos que son susceptibles de contagio. Es más, en este momento hay en el servicio penitenciario un alto grado de ausentismo, por parte de guardia cárceles, cocineros, médicos, que entran y salen y por lo tanto cuando salen van a sus casas los barrios y pueden ser portadores. Es un problema sanitario y la justicia es la única que puede actuar en estos casos. Ningún presidente puede tomar una disposición de carácter legal que permita que alguien salga o entre. La mala fe de la oposición está en eso, en  querer hacer aparecer esta situación como responsabilidad del gobierno nacional o de los gobiernos provinciales, y acompañan eso con noticias falsas para tratar de provocar indignación en la sociedad.

-El jueves se hizo un cacerolazo contra la supuesta liberación de presos, ¿Cómo analiza esto?

-Las sociedades son por definición complejas, plurales. Los que agitan estas cosas son grupos minoritarios para que los sentimientos nublen la racionalidad. Agitan esto, hace un mes atrás  agitaban el sueldo de los políticos, siempre buscan una manera de perturbar el accionar del gobierno sin tomar en consideración que el gobierno está tratando nada más y nada menos que salvar vidas de los argentinos. Lo que demuestra que esta gente no tiene escrúpulos de ninguna naturaleza. Me refiero a estos grupos minoritarios que fabrican falsas noticias o que tratan de adjudicarle responsabilidades políticas al gobierno donde no las tiene. No me refiero al ciudadano común que obviamente se puede indignar frente a la libertad de un tipo que asesinó, como nos podemos indignar cualquiera de nosotros. Pero también le dieron prisión domiciliaria al que era médico de la Esma, que participó de secuestros, de robos de bebés, de torturas y por supuesto tampoco me gusta. Pero nadie organiza un cacerolazo en Barrio Norte en repudio a la prisión domiciliaria del tipo de la Esma. Entonces en esto se juegan factores de politiquería y hay que tener en cuenta que los gobiernos tienen la responsabilidad de gobernar para todos. El gobierno de Alberto Fernández tiene que salvarle la vida a los que estaban en el exterior y vinieron acá y en muchos casos trajeron la pandemia, a los que viven acá, tiene que salvarle la vida al pobre y al rico. Entonces es distinta la responsabilidad de un gobierno que la irresponsabilidad de grupos minoritarios que están desesperados por ver cómo le sacan votos al gobierno en medio de la pandemia.

-¿Cree que a partir de la pandemia va a haber cambios profundos en la política?

-Creo que sí, no solo en Argentina sino en el mundo. Seguramente después de la salida de la pandemia la agenda que va a quedar es la que precisamente estos grupos no quieren; rediscutir el rol del estado, la importancia que tiene la inversión en educación y en salud pública, el significado que tiene la defensa del medio ambiente, la necesidad de un nuevo régimen tributario para la Argentina donde aporten más los que más tienen y se termine con las fortunas en el exterior que se ocultan para no pagar impuestos. Creo que va a haber una agenda extensa de nuevos temas, algunos no tan nuevos, que van a generar un debate muy fuerte en la sociedad. Por eso están desesperados quienes defienden esos intereses, los ves cuando hacés zapping y mirás en estos grupos hegemónicos la cara de los que están hablando, de los analistas, tienen cara de susto porque saben que esa agenda inevitablemente es la que se viene en la discusión en el planeta, no solo en la Argentina. El capitalismo financiero como está no va a poder seguir funcionando de esa manera. Con esto no estoy diciendo que va a desaparecer el capitalismo. Lo que digo es que seguramente va a cambiar su naturaleza, cosa que ocurrió a lo largo de la historia desde la revolución industrial en adelante. Varias veces el capitalismo modificó su forma de manifestarse. Había un capitalismo salvaje con Tatcher, con Reagan, y antes hubo un capitalismo que representaba el Estado de Bienestar, Ahora viene una nueva discusión que va a reformular el capitalismo. Entonces esta gente se desespera.