Movimientos sociales impulsados por el FOL (Frente de Organizaciones en Lucha) realizaron en Buenos Aires y en la mayoría de las provincias lo que denominaron “Polentazo nacional”, como parte de una jornada de lucha convocada tras la consigna “el hambre no es una elección”.

La protesta, cuyo destinatario político fue el gobierno de Mauricio Macri, consistió en entregar un plato de polenta a toda persona que lo pidiera. Así, la polenta tomó forma de expresión contra la dificultad o directamente imposibilidad de acceso a alimentos variados, una situación que margina, excluye y condena a amplios sectores de la población.

En la Capital Federal la demostración pública se realizó en distintos puntos de la ciudad, centralizando la acción en el Obelisco, y además hubo protestas similares en ciudades de 17 provincias.

Los convocantes dijeron en un comunicado que “este modelo económico de hambre y exclusión hace que cada día más familias queden en la calle y se acerquen a los comedores populares", y también exigieron la sanción e implementación urgente de la Ley de Emergencia Alimentaria.

"¡La deuda es con el pueblo! ¡Fábrica que cierra, fábrica que se recupera por sus trabajadores/as! ¡Salud y educación pública, laica y de calidad! ¡Tierra y vivienda digna para todxs!”, fueron algunas de las consignas planteadas.

También reclamaron “¡Tarifas acordes a los salarios y estudio de los aumentos aplicados por el gobierno de Macri ilegalmente y en beneficio de las empresas y no de lxs usuarixs!". El comunicado del FOL cerró con un llamado a "investigar la deuda externa del Gobierno con el FMI".