Separados por una zanja, los vecinos de la toma de Guernica de un lado, y del otro funcionarios de los ministerios de Desarrollo de la Comunidad, Mujeres, Justicia, y Seguridad de Buenos Aires, mantuvieron ayer un diálogo, por momentos tenso y áspero, exponiendo cada uno las posibilidades de resolución del conflicto.

Los funcionarios expresaron que hay una imposibilidad de aceptar la situación de toma debido a la decisión de la Justicia que pide el desalojo y la restitución a los supuestos  dueños, y por su lado los vecinos están decididos a no ceder lo logrado hasta el momento y resisitir el desalojo como sea.

La gobernación bonaerense busca armar aceleradamente un acuerdo con las familias de la toma, originales de Guernica, para que se queden en ese municipio y que otros intendentes den una solución al resto de las familias, relocalizándolas en sus partidos de origen.

Rubén Pascolini, subsecretario de Hábitat de la Comunidad de la provincia de Buenos Aires, en declaraciones a Página12, manifestó que “la provincia está pensando, a partir de todo lo que ha sucedido en los barrios populares, atravesados por la pandemia y con deudas estructurales, que esta situación de toma de tierras tiene que dar lugar a un plan integral de hábitat, y en eso estamos trabajando”.

Por supuesto que los tiempos y las necesidades de las familias de la toma son más urgentes que los que se pueden proponer en un plan, lo que hace que esta negociación se torne más dificil.

Victoria, una de las referentes de la toma, dice que la impresión de los vecinos es que los funcionarios pretenden dividir y de esa manera desarticular toda resistencia al desalojo. Los participantes en el encuentro de ayer no encontraron respuestas medianamente satisfactorias a sus reclamos y esperan que en la reunión de la mesa de diñalogo pautada para mañana en La Plata, haya propuestas concretas, no promesas inciertas. 

“La realidad es que no tenemos adonde ir“, dice Victoria , y “si no hay una aceptación de la toma o una reubicación concreta, no nos queda más que resistir al desalojo”. 

Por otro lado, y como viene sucediendo desde la semana pasada, el ministerio de Desarrollo de la Comunidad, aportó alimentos que fueron distribuidos entre las familias de la toma.