Ver y oír

Daniel Santoro

“La del peronismo es una revolución del dar”

El pintor emblemático de la iconografía peronista trabaja en un proyecto, mezcla de historieta y película futurista. Aclara que no está trabajando en el tema de la pandemia y opina que "tal vez el peronismo sea la respuesta adecuada para este momento".

Pepe Mateos (texto y fotos)

La cuarentena encontró a Daniel Santoro trabajando en el proyecto “Aluvión”, un proyecto que ya lleva diez años de elaboración.

Una mezcla entre historieta y story board para un film futuro. 

En “Aluvión” un joven pierde la mano izquierda y el médico le injerta la mano de 

Perón. Con esa mano tendrá el poder de convencer a cualquiera de las virtudes del justicialismo. 

Curiosamente (o no) en las páginas de Aluvión aparece una fundación, “Primero los pobres”, que esta vacunando masivamente con unos fines siniestros no manifestados. 

Una premonición a tono con algunas teorías conspirativas de las tantas que rondan alrededor de la cuestión de la pandemia.

“No se que pensar de este virus”, dice Santoro, “tampoco estoy trabajando en el tema de la pandemia, es algo que esta demasiado presente, tal vez sea necesario un poco de distancia. De todos modos, todo esto que esta sucediendo exige una corrección del rumbo en el sistema que puede parecer pequeña ahora pero se va a empezar a notar”.

En la obra de Santoro esta muy presente el análisis de las vinculaciones entre el deseo, el goce, la plusvalía, el valor de la mercancía, el mercado del arte y como desde  el peronismo se cuestionan todas esas categorías. 

Mete al peronismo en una cinta de Moebius donde conviven malones, entidades mitológicas y también personajes antagónicos al movimiento como Victoria Ocampo y el mismo Borges, del que además toma su “Poema conjetural´´ como base para una de sus últimas obras, “Pintura conjetural”.

“Hay algo en el hecho de haber tenido que quedarnos en casa. Mucha gente empieza a reflexionar sobre su existencia de otro modo, sobre cual es su ser en el mundo. 

Al sistema capitalista le urge volver a “la normalidad”. Se interrumpió el ciclo del consumo permanente y ahí se cuela la reflexión sobre el sentido de muchas cosas que normalmente no cuestionamos porque no podemos romper esa dinámica. El capitalismo trabaja sobre el deseo permanente, la necesidad de consumir, generada por ese deseo que nunca se satisface. Este virus interrumpe ese ciclo y puede generar algunos cambios.”

Santoro busca explicar lo que esta sucediendo con la inmediatez de un día a día en permanente mutación.

“Hay un malestar económico y hay que poner la mirada en cómo salir. Hay que cambiar el escenario. La oposición nos pone como “infectadura” y a ellos como los que quieren el progreso económico. Tenemos que invadir el campo de ellos. El núcleo duro de Cambiemos necesita la distancia para tirar contra cualquier cosa e identificar todo eso con el Gobierno.

La economía, las expropiaciones, el ataque a la libertad de expresión, el asesinato de Fabián  Gutiérrez, todas son oportunidades para atacar desde lejos al Gobierno. 

El ataque al móvil de C5N fue a causa de la cercanía. No pueden mostrarse como son.

Se ven ridículos, desesperados. 

Por eso el Gobierno tiene que acortar las distancias e ir a TN, a los medios opositores a presentarles frente. 

Hay que acercarse; Cambiemos necesita el enemigo a una distancia para poder disparar como fuego de artillería al bulto sobre un enemigo difuso, lejano, oscuro que se identifique como el otro.

Para esto, en este momento tal vez haya que ser más socialdemócrata que peronista”.

“Leí mucho sobre las cuestiones que se plantean a partir de la pandemia, desde las más pesimistas como las que desarrolla el filósofo coreano Byung-Chul Han que tiene una visón más bien pesimista, o Zizek que directamente creé que el virus le ha asestado un golpe mortal al capitalismo. Es incierto, imprevisible lo que vendrá.

Si en 1787, dos años antes de la Revolución Francesa, alguien hubiera ido a Versalles en el medio de la joda de la nobleza en la corte de Luis XVI, a decirles que en poco tiempo todos perderían la cabeza, nadie lo hubiera creído, se habrían reído  de semejante augurio. Quizás en este momento haya muchos Versalles desparramados por ahí y no los veamos. Una revolución siempre es deseable, pero todas las revoluciones tienen una contracara muy sangrienta. El peronismo es una revolución porque pone muchos valores del sistema en cuestión. Tal vez sea la respuesta adecuada para este momento. 

Una revolución trazada por la misericordia, una revolución pensada por un león herbívoro.

29/07/2016

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