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15/06/2020

Contaminación y pandemia: hoy el cielo es más azul

Lo que es una percepción que puede estar teñida por la subjetividad responde a un dato contundente: el coronavirus ha generado la mayor caída en la emisión de CO2 de la que se tenga registro en la historia (fotos: Tito La Penna y Pepe Mateos).

Pepe Mateos

“A los pocos días de iniciada la cuarentena empecé a notar que la luz era más brillante, más diáfana”, me dice mi amigo Tito en una charla telefónica. Perdí la cuenta de las semanas que pasaron desde nuestra última charla en el bar, pero cada tanto cruzamos unas palabras por celular.

También yo había notado lo mismo y no es muy difícil asociar la baja de circulación de automóviles, disminución de la actividad fabril y otras actividades a causa de la pandemia con la perceptible caída del índice de contaminación en la atmósfera.

Tito, fotógrafo de mil batallas periodísticas, tiene una de sus cámaras instalada de forma permanente en un trípode frente a una ventana en un balcón. Desde ahí ha registrado con maestría magníficos cielos e impactantes tormentas eléctricas. 

Por las tardes prende su pipa, abre un vino, observa como se va yendo la tarde y espera que se dé la alineación justa de nubes, luces y colores para hacer alguna foto.

“No recuerdo haber visto cielos de un azul tan intenso en Buenos Aires, es muy notable” refuerza Tito.

Lo que es una percepción que puede estar teñida por la subjetividad o el parecer de cada uno responde a un dato contundente: la pandemia de coronavirus ha generado la mayor caída en la emisión de CO2 de la que se tenga registro en la historia.

Hay menos autos, menos aviones, se ha reducido drásticamente la movilidad. 

El consumo de energía ha bajado. El promedio de transporte terrestre disminuyo en  un 50% respecto al año anterior a nivel mundial y en Europa se cancelaron el 90% de los vuelos, mientras que en Estados Unidos es del 50%.

Las observaciones realizadas por la NASA desde el espacio han detectado la disminución de gases contaminantes en la atmosfera.

Los sismólogos están registrando menos ruido sismico ambiental, es decir, las vibraciones generadas por automóviles, trenes, autobuses y personas en su vida cotidiana explican que, con la ausencia de ese ruido, la corteza superior de la tierra se mueve un poco menos.

¿Esto genera optimismo? No tanto. Esta es una situación circunstancial que permite que muchas empresas que utilizan combustibles fósiles tanto en EEUU como en China, en función de reactivar su economía luego de esta crisis, pasen por alto politicas y controles de contaminación. 

El respiro que vive el planeta es solo temporal, advierten especialistas. 

Necesitaríamos una reduccion sostenida del 10% global en forma permanente para que tenga un impacto real en el clima, para lo cual es necesario reformular un sistema económico y productivo basado en la extracción de combustibles fósiles. 

Jeremy Rifkin, sociologo estadounidense, que desde la década del ‘70 viene advirtiendo de la relación entre combustibles y cambio climático, autor de “ El fin del trabajo“ y “la tercera revolución industrial”, vinculado a organizaciones ambientalistas, asesor de gobiernos y lideres mundiales, en fin, alguien que podemos considerar una autoridad en entender qué es lo que viene, en una entrevista de la BBC dice:  “Todo lo que nos está ocurriendo se deriva del cambio climático, del que han venido advirtiendo los investigadores y yo mismo desde hace tiempo.

Hemos tenido otras pandemias en los últimos años y se han lanzado advertencias de que algo muy grave podría ocurrir. La actividad humana ha generado estas pandemias porque hemos alterado el ciclo del agua y el ecosistema que mantiene el equilibrio en el planeta.

Los desastres naturales -pandemias, incendios, huracanes, inundaciones…- van a continuar porque la temperatura en la Tierra sigue subiendo y porque hemos arruinado el suelo.

Ya nada volverá a ser normal. Esta es una llamada de alarma en todo el planeta. Lo que toca ahora es construir las infraestructuras que nos permitan vivir de una manera distinta.

Necesitamos una nueva visión, una visión distinta del futuro, y los líderes en los principales países no tienen esa visión. Son las nuevas generaciones las que pueden realmente actuar.

Tenemos que empezar con la manera en la que organizamos nuestra economía, nuestra sociedad, nuestros gobiernos; por cambiar la forma de ser en este planeta.La nuestra es la civilización de los combustibles fósiles. Se ha cimentado durante los últimos 200 años en la explotación de la Tierra.

El suelo se había mantenido intacto hasta que empezamos a excavar los cimientos de la tierra para transformarlo en gas, petróleo y carbón. Y pensábamos que la Tierra permanecería allí siempre, intacta.

Hemos creado una civilización entera basada en el uso de los fósiles. Hemos utilizado tantos recursos que ahora estamos recurriendo al capital de la tierra en vez de obtener beneficios de ella.

Estamos usando una tierra y media cuando solo tenemos una. Hemos perdido el 60% de la superficie del suelo del planeta; ha desaparecido y se tardará miles de años en recuperarlo.”

En la misma linea se manifiestan organizaciones como Greenpeace que sostienen la misma postura de reducción sostenible de emisiones de CO2, para lo cual debe revisarse el funcionamiento economico de nuestras sociedades, basado en actividades contaminantes y en la ampliación de desigualdades.

Contrasta con la visión que tiene de la cuestión la administración Trump que no está dispuesta a considerar ninguna medida que ayude a revertir esta situación. 

Muchos politicos, principlamente democrátas alineados con Alexandria Ocasio-Cortez, la congresista más joven de EEUU, estan proponiendo un ambicioso plan contra el cambio climático que definen como el Green New Deal (Nuevo acuerdo verde) en el medio de acusaciones que van de elitistas a genocidas.

El mismo Trump respondió, sarcástico, en Twitter: "Creo que es muy importante para los demócratas que hagan presión por su Nuevo Acuerdo Verde. Sería fantástico para la llamada 'huella de carbono' eliminar permanentemente todos los Aviones, Autos, Vacas, Petróleo, Gasolina y el Ejército, incluso aunque ningún otro país haga lo mismo. ¡Brillante!

Viene complicado; la preocupación por el medio ambiente ya es un tema instalado en todas las agendas mundiales y la forma en que se va a gestionar a la salida de la pandemia es motivo de estudios, debates y se plantean estrategias acerca de cambios de hábitos de consumo, de reciclado o las reducciones necesarias para garantizar la sustentabilidad del planeta y cuales serían los sistemas políticos mas acordes para sostener estos cambios. 

Esa ya es otra cuestión.

29/07/2016

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