Ver y oír

Una viralización que no es virtual

Postales de Ezeiza desde la lente de una cámara de fotografía que mira más allá de los barbijos. Comenzaron a llegar los últimos vuelos que conectan a la Argentina con países de Europa, Estados Unidos y otros de Asia, una restricción obligada al menos por 30 días.

Pepe Mateos

Las miradas por encima de los barbijos, como si estuvieran (estuviéramos) intentando ponerse (ponernos) en otro lado.  Parece un lugar que nos distancia del miedo, de la incertidumbre, del desconcierto que provoca una situación disruptiva que exige reformular mucho de los parámetros bajo los que vivimos. Como un sitio que nos separa de la infección, pero más que nada que nos crea la ilusión de que ésto no puede estar pasando, que es un momento que no puede ser tan grave, aunque haya algo no sabemos. 

Asi se veían muchas de las miradas de los pasajeros que arribaban ayer al aeropuerto de Ezeiza provenientes de Europa, en los que serán los últimos vuelos en un tiempo estimado, por ahora, de 30 días. Esta drástica determinación del gobierno nacional es un intento serio de contener el avance del virus Covid-19, o coronavirus.

La gran mayoría de los viajeros había interrumpido vacaciones, paseos, planes de trabajo o de estudio. Otros simplemente llegaban, como unas turistas holandesas que lo hicieron como si no se hubiesen enterado de nada y de golpe se asomaban a un escenario de emergencia. 

Mucha irritación, fastidio palpable y ningún “culpable” a la vista.

En  “La peste”, Albert Camus escribe: “Cuando estalla una guerra, las gentes se dicen: "Esto no puede durar, es demasiado estúpido…la plaga es irreal, es un mal sueño que tiene que pasar”.

Esto pareció ser el deseo, la ilusión de Donald Trump cuando dijo, hace unos días, que la epidemia retrocedería y todo volvería a la normalidad. ¿Qué normalidad, no?

Porque si algo hace crujir situaciones como las catástrofes y las guerras, es la idea de “normalidad” que se ha ido construyendo y de pronto vemos a un gran telón a punto de caer.

¿Cuántas creencias, hábitos, estructuras se ven afectadas por este movimiento planetario que parece hacer temblar todo el sistema económico mundial con consecuencias que no podemos ni imaginar?

Hay quienes creen que esto es una gran manipulación, un gran artificio para controlar y generar nuevos escenarios. Hay quienes ven en esta viralización varios tipos de teorías conspirativas que en algún lado parecen tener algo de real. 

Ya la ciencia ficción y el cine nos lo habían advertido. 

29/07/2016

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