Haciendo un rápido resumen de los últimos acontecimientos en la política española, nos encontramos con la siguiente situación:

Desde la llegada al gobierno de Pedro Sánchez, que accede al cargo al ganar una moción de censura al Partido Popular de Mariano Rajoy, la debilidad de su gobierno queda patente desde el principio, debido sobre todo a la heterogeneidad de sus apoyos. Podemos, fue desde el principio la parte fundamental de ellos, y los nacionalistas vascos y catalanes se les unieron. Con muchas reticencias y condiciones, también se contó con los independentistas de Bildu (País Vasco) y Esquerra Republicana (Cataluña). 

La fórmula sirvió para la moción de censura, pero cuando se intentó recavar esos mismos apoyos, para aprobar los presupuestos de 2019, tanto los independentistas de derechas e izquierdas catalanes, establecen unas condiciones, que implican el autogobierno, y que al ser desestimados, les llevan a votar en contra, como hacen también, los populares y los miembros de Ciudadanos, que se escoran a la derecha  hasta el extremo de tener un discurso idéntico al de los populares.

Paralelamente, entra con fuerza en juego una nueva organización política, que se dio a conocer en las recientes elecciones autonómicas andaluzas, haciéndose con doce escaños. Se trata de Vox, partido de inspiración franquista con el que ya se cuenta, para engrosar las filas de las agrupaciones españolas de derechas, y cuya suma, da una preocupante mayoría absoluta al bloque que ellos hacen llamar “constitucionalista”.

El Partido Socialista, ante el fracaso de la aprobación de los presupuestos más socialmente justos de la  historia reciente de la democracia en España, convoca elecciones para el próximo 28 de abril, con unos sondeos, que dan al bloque de derechas una mayoría absoluta con un escaso margen.

Por su parte los socialistas, se saben la opción que cuenta con más posibilidades  de convertirse de en la lista más votada, pero necesitaría de un Podemos más fuerte de lo que las encuestas auguran, y a nadie se le escapa, que la formación pasa por uno de los momentos más bajos desde su creación. Sus desacuerdos internos, y las campañas orquestadas de difamación, a la que siguen siendo sometidos, les hacen perder, poderosamente perdida de influencia real.

También habrá que esperar para saber qué efectos tiene en su electorado la negativa independentista catalana a aprobar los presupuestos. Cataluña vive un momento económico especialmente difícil, y no parece fácil que sus votantes secunden esta negativa con agrado.

Lo cierto es que, también en estos días, se está celebrando el juicio del “proces”, es decir, el proceso judicial que ha llevado al Tribunal Supremo, a los lideres del proceso soberanista por la declaración de independencia. Del fallo de este juicio saldrá un reforzamiento de los intentos de Independencia, o la respuesta al malestar popular, al ser responsables del rechazo a los presupuestos socialistas y de Podemos.

A pesar, de esa supuesta mayoría del bloque de derechas, no es fácil pensar que la fecha la hayan elegido al azar, la fecha se adelanta a la ya prevista para la elección de parlamentos autónomos y municipios. Sin duda, cuentan con dar la vuelta a las encuestas, y en último caso  no hacer demasiado caso de estas (los desaciertos de los últimos tiempos, han sido sonados, y el margen de error en los pronósticos se sitúa en casi un 8%).

Muy probablemente, los socialistas y podemitas, harán una campaña de estímulo al voto de izquierdas, sobre todo cara a los abstencionistas (en España, el voto no es obligatorio), pues la experiencia dice que los comicios con mayor participación, favorecen a las alternativas de izquierda, y también, que el efecto nostálgico de los neofranquistas se vaya diluyendo.

Cosa que no es tan descabellado pensar, pues la convocatoria que los tres partidos de derechas (Partido Popular, Ciudadanos y Vox), hicieron recientemente con gran despliegue de medios y de efectivos, fue un fracaso que solo pudo reunir 45.000 personas en el centro de Madrid.

Sesenta, son muchos días según hemos visto en las últimas convocatorias, y los sondeos, dan resultados muy distintos a medida que avanzan las campañas. Pero lo cierto es, que hoy por hoy, el giro a la

Derecha es más que probable, y el tema catalán está sacando la parte patriótico-emocional del electorado medio. Darán vuelta los pronósticos, pero de momento se prevé un triunfo insuficiente del PSOE. (Socialistas), un probable hundimiento de Podemos (aunque son expertos en remontadas), y un pacto de gobierno, de las derechas, a los que ya se les llama el Trifachito. Seguiremos atentos…